Fuente: La Cronica / Rafael Cardona
Mayo 26, 2013
Cajas, cajas de cartón; paquetería rústica, expuesta a la humedad del trópico, alguna vez llenas de huevos y dentro de las cuales, sorpresivamente, se hallan por pitazo oportuno o por siembra o por milagro de la feracidad tabasqueña, miles y miles de billetes y millones de pesos aprisionados con ligas.
Ligas, cajas de cartón, paquetes mágicos cuya movilidad nunca se explica, como aquellas pacas de droga halladas en Zacatecas en una bodega de chiles deshidratados y de la cual se rehúsan a responsabilizarse sus dueños, ahora amagados por torpes sicarios. Elementos físicos de la policía mexicana, utensilios imprescindibles, ligas “bejaránicas”.
Cajas, paquetes, pacas, objetos todos ellos en cuyo conjunto y súbita exhibición el público nada más confirma los hechos ya sabidos y memorizados: la política es el camino para los negocios sucios, pues los limpios al parecer no existen en este país de la coima, el soborno y la transa. Si no transa no avanza.
Pero no son estas cajas las únicas cuya existencia debemos guardar en la memoria de hechos políticos de escándalo en Tabasco. Gerardo Albarrán de Alba ha escrito estas líneas. Recordemos tiempos no muy lejanos, capitales abundantes, billetiza indecorosa, danzas millonarias; pavanas con faldón de dólares. Eran los tiempos de la hipocresía; los tiempos de Ernesto Zedillo.
“…Seis meses después de las elecciones (1994), López Obrador realizaba un nuevo plantón en el Zócalo capitalino. En la madrugada del 5 de junio, alguien llegó en una camioneta roja y entregó a los perredistas miles de documentos de la Secretaría de Finanzas del Comité Directivo Estatal del PRI en Tabasco.
López Obrador presentó, en una conferencia de prensa, catorce cajas que contenían información jamás antes vista por la sociedad mexicana: un gasto electoral demostrable de 237 millones 871 mil 112 pesos. Ese mismo día, López Obrador me entregó las 14 cajas, que estuvieron cinco días en mi poder, guardadas bajo tres llaves en un baño de la revista Proceso”.
“Así supimos que cada uno de los 297 mil 365 votos atribuidos a Madrazo había costado unos 800 pesos, por menos de 3 pesos que costó cada uno de los 200 mil 087 votos perredistas. El gasto de Madrazo fue equivalente al 73% del costo total oficial de la campaña presidencial del PRI. Era casi el 80% de la deuda pública del estado y casi el 10% del presupuesto del gobierno de Tabasco para 1995”.
“Yo revisé los 237 millones 871 mil 112 pesos gastados por Madrazo en los talonarios de siete cuentas de cheques”.
“Y ahí vi que no sólo se habían gastado en Madrazo, sino también en la corta campaña de Luis Donaldo Colosio y en la de Ernesto Zedillo, en las de diputados federales y senadores, en las de diputados locales y presidentes municipales”.
“Ahí estaban las pruebas de acarreos, desayunos, comidas y cenas; “chayos” para los periodistas; contratación de guaruras; pago de avión, hotel, comidas y “atenciones” para políticos, artistas, periodistas extranjeros y columnistas nacionales; estudios “estratégicos”; carteles anunciando la victoria, y conteos rápidos el día de las elecciones, por si las dudas...”.
“También vi fichas de depósito originales que sumaban 56 millones 118 mil 886 pesos. Los depósitos en efectivo llegaron hasta 2 millones 455 mil 420, en una sola exhibición”.
“El 12 de junio (le) devolví las cajas a López Obrador, y ese mismo día presentó una denuncia en la Procuraduría General de la República (PGR), acompañada por una copia notariada de cada uno de los documentos. El entonces consejero electoral José Agustín Ortiz Pinchetti me comentó: “Ahora podemos ver, desde dentro, el corazón y los intestinos del sistema político mexicano”.
Hoy las buenas conciencias se rasgan el peplo y se llenan el pelo de cenizas. ¡Dios mío! ¿A dónde hemos llegado? Hemos llegado, digo yo, al punto de partida. La víbora de nuevo se muerde la cola.
En aquellos días de impugnación Arturo Núñez, el actual gobernador cuya actitud (dice Juan José Rodríguez Prats) es de un Ministerio Público, militaba en otras filas y desde ellas colaboró para frenar las investigaciones y acciones contra Roberto Madrazo de quien terminaría distanciado.
Hoy el hallazgo de la papeliza, la marmaja, los “billullos” o como se le quiera decir al acopio de “lana”; de “guita”, de “parné” a lo loco, tiene dos explicaciones: una, la labor de inteligencia del gobierno capaz de hallar y confiscar las pacas y la otra, la siembra de las mismas para inculpar al gobernador de los mil ropajes, Andrés Granier, cuya fama de ladrón ni siquiera necesita estas evidencias. Basta verlo a él y a sus demandados familiares, basta ir a Villahermosa o a Macuspana y hablar con cualquiera. Cosa de horror.
El problema en este nuevo episodio es su explosiva condición mediática. Hoy la profusión de canales informativos en la TV; su diferencia entre unos y otros, la diversidad de intereses representados en los medios y la ensordecedora presencia de las redes sociales y el chismorreo de los mensajes telefónicos, le dan a estos escándalos una dimensión inmediata cuyo riesgo de fugacidad es tan grande como su paradójica auto anulación.
Las redes sociales hacen ruido; no fincan memoria. Al minuto ya se distribuye con velocidad de microsegundo un nuevo rollo; ya sea la final del futbol o las prótesis de Ninel Conde. Por eso no crean conciencia, pero generan percepción.
Y no hay percepción más simple. Los políticos son ladrones. Todos. Y a ver quién saca de ahí a cualquier mexicano.
El gobierno de Tabasco ha presentado así los hechos:
Fernando Valenzuela Pernas, procurador de Justicia del Estado de Tabasco, atribuyó a un trabajo de “investigación”, la suspicacia sobre un dinero trasladado en cajas de cartón del despacho contable particular del ex tesorero (José Saiz Pineda), en la calle Sánchez Magallanes, en Villahermosa a un escondite en la Ranchería Lomitas, municipio de Nacajuca. Ahí estaba el dinero empaquetado en cinco cajas de cartón.
Pero es dinero, dice Saiz fue “sembrado” por la propia Procuraduría para abundar en la campaña contra Andrés Granier y justificar el pasmo del nuevo gobernador Arturo Núñez, quien ha hecho de la persecución contra su antecesor el único fin de su gobierno y la entera justificación para todo cuanto haya ocurrido, ocurra y vaya a ocurrir en las tierras tabasqueñas.
Pero para completar la confusión aparece un elemento novedoso: la secretaria del secretario, Marlis Cupil López (junto con Javier Hernández) dice haber sido golpeada, torturada, vejada, amenazada y cuanto hay, para obligarla a declarar en el hallazgo de cuya existencia no sabe ni ha sabido ni sabrá nunca.
Pero “a través de un comunicado (Tabasco hoy), el procurador del estado, Fernando Valenzuela Pernas, indicó que los involucrados no fueron detenidos como aseguran e incluso, para ejemplificar (¿?), la ex asistente de Saiz Pineda solicitó autorización para llevar a su hija recién nacida a la comparecencia.
“Indicó que Cupil López participó de manera voluntaria en varias diligencias, no solamente en el hallazgo de recursos; de hecho, precisó, ella es quien accedió a que se realizara la visita al domicilio propiedad de Miguel Ángel Contreras, ex subsecretario de Egresos, actualmente amparado, donde se realizó el decomiso millonario.
“Tengo a la vista las declaraciones de Marlis Cupil López y de Javier Hernández, firmada por ellos ante el Ministerio Público, en donde están en carácter de relacionados con los hechos, y donde se aprecia una descripción detallada de la contadora Cupil.
“No tengo reporte de alguna lesión que haya sido causada en el ánimo de tortura, por eso es importantísima la intervención de la CNDH”, puntualizó.
Y mientras gira esa rueda infinita, tenemos a la mano –sólo para reafirmar la podrida vocación nacional—, el caso del ex gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat a quien se “clavó” la lana de un tomógrafo de catorce millones de pesos para repartirse con sus diputados; nos enteremos de la impunidad en la “Estela de Luz”, en la inflada construcción del horroroso edificio del Senado de la República y así en la interminable lista del más constante elemento genético en el ADN de los mexicanos: la corrupción.
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La reforma de la migración
Fuente: La Cronica / Manuel Gomez Granados
La semana pasada, en medio del ruido que provocan en México y Estados Unidos la interminable sucesión de escándalos, los servicios de información circularon una nota que anunciaba que el Comité Judicial del Senado en Washington, DC, había logrado un acuerdo preliminar para una muy amplia reforma del sistema de inmigración en EU.
Obama expresó: “Ninguno de los miembros de la Comisión Judicial ha conseguido todo lo que quería, tampoco yo, pero le debemos al pueblo estadunidense conseguir el mejor resultado posible sobre la línea de meta”.
Si ese Comité Judicial logró el acuerdo, es un hecho que lo hizo con el consenso de cada uno de los grupos parlamentarios. Las razones no son humanitarias. A pesar de que varios medios de comunicación a ambos lados de la frontera publican en fechas recientes historias sobre la muerte de cientos, quizás miles, de personas en el desierto de Arizona, lo que motivó a los dos principales partidos de EU fue el reconocimiento de una serie de realidades.
La primera es que a pesar de que EU tiene cerca de once millones de indocumentados, muchos son personas con baja o nula escolaridad y lo que EU, lo mismo que muchos otros países del mundo buscan ahora, es atraer a personas capacitadas, calificadas, que hagan más productivas a las economías de los países. Incluso China, país que expulsa millones de personas al año, ha entrado a la competencia por atraer cerebros y capitales extranjeros, y para ello ha reformado sus propias leyes.
Por su parte, Canadá tiene diseñados mecanismos que le permiten atraer personas calificadas que son rechazadas en EU. Alemania, un país que históricamente se ha distinguido por no aceptar inmigrantes que no sean obreros en los sectores de menor rentabilidad de su economía, reformó también sus leyes.
La segunda y quizás más importante es que el Partido Republicano pagó un precio muy alto por las posturas antiinmigrantes que asumió, contra sus propuestas, Mitt Romney el candidato republicano a la presidencia en 2012. Los republicanos no están dispuestos a volver a perder así y lograron acallar al Tea Party, el movimiento nacionalista, conservador y antimigrante, para que —al menos de aquí a 2015— no sean ellos quienes definan el desempeño en el Congreso de los republicanos.
Los demócratas, obviamente, han tomado nota de la urgencia republicana y tratan de capitalizar su cercanía con los migrantes indocumentados y con sus familiares que son ciudadanos o están próximos a serlo cuando cumplan 18 o 21 años y puedan votar. En ese sentido, la reforma de la migración que seguramente ocurrirá en los próximos meses es un triunfo de demócratas que desde hace muchos años presionan para incluir a las comunidades de migrantes en el proceso político en EU.
Hay una tercera razón. Sin reforma migratoria EU tendría que aplicar, como lo ha hecho los últimos años, las absurdas leyes en esa materia. Ello implica expulsar a jóvenes que han estudiado en ese país. Es perder un capital humano que ha sido formado por EU y que no crece en maceta.
Finalmente está el asunto de la necesidad que EU tiene de mano de obra barata si es que, como todo parece indicar, Barack Obama efectivamente le apuesta a reactivar la industria de la manufactura y la agricultura. Esto es terrible, porque la inmensa mayoría de esos inmigrantes son mexicanos que buscan allá los empleos que acá no consiguen, pues en México todavía no aprendemos a generar las condiciones para facilitar la inversión, para evitar que nuestros ciudadanos prosperen aquí y tengan que buscar el sustento allá.
Habrá quienes vean con buenos ojos la reforma de la migración. Se evitarán abusos y sufrimiento. Las familias podrán mantenerse unidas y los engranes de las remesas volverán a andar como lo han hecho los últimos 30 años en México. Ojalá nos demos cuenta, empero, que las remesas han sido mal negocio. No sólo perdemos capital humano. Muchas comunidades rurales del país se han dislocado por los efectos perversos de las remesas. A muchos niños, por ejemplo, les importa poco estudiar acá, pues desean irse pronto.
La reforma migratoria tendría que ser vista como un llamado de atención para México; podríamos avanzar si se aprueba una reforma fiscal sensata, que no exente a grandes empresas y castigue punitivamente a las pequeñas. Ojalá que la tan anunciada reforma ayude a evitar la emigración y favorezca un desarrollo que favorezca la productividad, cree empleos y reduzca la devastación de nuestros recursos naturales y humanos.
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No al maíz transgénico
Editorial de La Jornada del domingo, 26 de Mayo
La Jornada
Internacional contra Monsanto, convocada por diversas organizaciones
civiles y ambientalistas, logró sumar ayer multitudinarias muestras de
apoyo en cientos de ciudades de más de 50 países de todo el mundo:
Estados Unidos, Argentina, México, Japón, Sudáfrica, Alemania y
Australia, entre muchas otras naciones.
En el caso concreto de nuestro país, el correlato de este rechazo es la solicitud de permisos, formulada por las empresas Monsanto y DuPont-Pioneer al gobierno mexicano, para producir maíz transgénico a gran escala, con fines comerciales y sin restricciones, con el supuesto objetivo de contener las crecientes importaciones del grano en el país.
Tal solicitud es improcedente. Como ha sido documentado por distintas publicaciones científicas en el mundo, ese tipo de cultivos constituye un factor de riesgo para la salud de las poblaciones y para la biodiversidad, en la medida que su consumo está relacionado causalmente con afecciones diversas a los órganos vitales, en tanto que su producción está vinculada con la contaminación irreversible de especies autóctonas en distintos entornos.
Los ejemplos abundan: el año pasado un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Caen, Francia, documentó la aparición de tumores cancerígenos en ratas alimentadas con una variedad de maíz transgénico producido por Monsanto. Tres años antes, el International Journal of Biological Sciences publicó un artículo académico en que se demostraba que tres variedades de maíz genéticamente modificado, producidas por la trasnacional alimentaria estadunidense, pueden ocasionar daños a los riñones, el hígado y el corazón.
Si es verdad que el combate al hambre es una de las prioridades del actual gobierno federal, el punto de partida obligado sería el reconocimiento de las autoridades nacionales, a la relación entre dicho flagelo y el modelo de política alimentaria que ha sido impuesto al conjunto de la población, el cual se basa en una apertura indiscriminada de los mercados y ahora, también, en la conversión del derecho a la alimentación en negocio privado de unas cuantas compañías.
La corrección de la problemática requiere, pues, del diseño y aplicación de medidas orientadas a garantizar la autosuficiencia alimentaria, empezando por mantener o ampliar las restricciones a los cultivos transgénicos; revertir el escandaloso incremento en las importaciones de alimentos, y reorientar los apoyos gubernamentales a pequeños productores agrícolas.
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