El Movimiento por la Paz y el escapulario
Marco RascónLa espiral de la violencia no terminará por un decreto, sino por un proceso.
La razón de Estado es distinta a la razón social, que es víctima no sólo de los delincuentes, sino también de las fuerzas gubernamentales. Si hay 40 mil muertos y cientos de desaparecidos, hay miles de familiares de éstos que fueron obligados a guardar silencio, a esconderse, para no ser criminalizados junto con sus muertos y desaparecidos. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, representado por Javier Sicilia, abrió una puerta que el gobierno de Felipe Calderón difícilmente podrá cerrar; es un espacio de gran poder para reclamar respuestas contra la impunidad.
El gobierno aceptó el diálogo, en el momento de mayor aislamiento. Si los 40 mil muertos eran su victoria, el drama se revierte cuestionando el papel del Estado como repartidor de justicia, dando a las víctimas un peso cualitativo en el proceso. De poco le servirá al gobierno denunciar ante el país que ha sido víctima de la separación de poderes (por ejemplo, caso Hank Rhon), que los ha llevado a exhibirlos como ineptos o, peor aún, como sospechosos de paramilitarismo para realizar ejecuciones extrajudiciales.
Sin duda hay claroscuros en el diálogo de Chapultepec, pero más allá de una "comisión de seguimiento" o los graves riesgos de manipulación de un gobierno acorralado y débil está haber abierto un espacio de reclamo en el proceso para que miles de esposas y esposos, amigos, padres, hijos y huérfanos puedan salir y reclamar la verdad de cada caso, sin que se les criminalice. El Movimiento por la Paz demostró que el mal es imperfecto y que tras la versión oficial y mediática de que detrás de cada víctima había un delincuente que merecía la muerte, hoy existe un referente con dignidad y ética ciudadana exigiendo la verdad para cada caso. El Movimiento por la Paz abrió una herida infectada que se intentó cerrar y hacer de los 40 mil muertos una violencia políticamente correcta, donde nadie reclamaría nada. Esto se acabó.
No puede esperarse mucho de la "comisión", pero su simple existencia es el reconocimiento a un interlocutor social, no mediático, que en su andar por el país alienta la denuncia de familiares, abre la herida para ser curada sólo por la verdad. Es el final de las procuradurías y los ministerios públicos subordinados al Ejecutivo y que tendrá que ser reforma inmediata. De manera directa el diálogo logró que el Ifai demande a la PGR información y verdad jurídica sobre 35 mil víctimas de la violencia que no pueden llamarse delincuentes o culpables, porque nunca fueron juzgados por tribunal alguno y, si no hay veredicto judicial, en principio ninguno es culpable. El diálogo derrumbó el estado de excepción impuesto de facto.
Ante eso surgió la descalificación de los detractores y damnificados del diálogo: primero, los que reclamaron a Javier Sicilia abogar y defender delincuentes muertos. Son los que justifican el paramilitarismo y las ejecuciones extrajudiciales por encima del estado de derecho; es el fascismo nacional.
Desde el otro extremo, los que, bajo una supuesta pureza, lo acusan de "caudillismo"; los que desde la fabricación de derrotas y aberraciones de gran imposición, como el plantón de Reforma en 2006 o la creación de Juanito, acusan al Movimiento por la Paz haber logrado con principios y ética política la construcción del espacio para la denuncia y la exigencia de todas las víctimas de la violencia y obligando a los señores de la guerra a dar sus argumentos. Si Sicilia y el Movimiento por la Paz lograron sentar al gobierno, ¿qué no hubiera hecho un movimiento sustentado en 15 millones de votos y con una diferencia de 0.25 por ciento respecto al poder del otro lado de la mesa? El Movimiento por la Paz cuestiona la idea impuesta de que todo diálogo es traición.
El Movimiento por la Paz, al igual que los damnificados de 1985 y los zapatistas en 1994, construyeron con el diálogo espacios para dar perspectiva y cambios. En aquellos diálogos, como ahora en Chapultepec, el reto era avanzar o la derrota efectiva. Construir o el resentimiento. "¡Estar hasta la madre!", pero truncando con inteligencia la espiral de la violencia.
Los detractores silenciosos: el priísmo que azuza y acusa desde atrás, pues el diálogo abre las raíces de la violencia, del narcoestado que nos gobernó hasta que Estados Unidos decidió pagar droga con droga y asignarnos el papel de consumidores al menudeo y mercado interno. Felipe Calderón, en su guerra, no sabe ya para quién ha trabajado reorganizando el mercado para concentrarlo de nuevo. Trabajar para restaurar también el viejo esquema de la droga y que viene de nuevo a administrar el priísmo.
El Movimiento por la Paz oxigena la lucha por los desaparecidos y contra la represión; en su ruta hacia el sur, permitirá reconectar la dignidad de los mexicanos con Latinoamérica y sus migrantes.
Javier Sicilia, al colgarle el escapulario a Felipe Calderón, no le puso una medalla le puso encima toda la responsabilidad histórica sobre esta guerra.
http://www.marcorascon.org
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Mexican priest alleges mass kidnapping of Central American migrants
- Father Alejandro Solalinde says witnesses told him that at least 80 people were abducted from a train by masked gunmen in Veracruz state.
By Tracy Wilkinson,
Source: Los Angeles Times
June 28, 2011
A Roman Catholic priest who has long championed the cause of migrant workers denounced on Monday what he said was another mass kidnapping of undocumented Central Americans, purportedly yanked from a train by masked gunmen in southern Mexico.
Father Alejandro Solalinde, who runs the Hermanos en el Camino shelter for migrants, said at least 80 people mainly from Guatemala and Honduras were apparently abducted Friday in Veracruz state. He based his claim on information from several members of the group who said they managed to escape.
If the report is true, it would be the latest in a string of cases in which armed gangs have intercepted illegal immigrants on their voyage across Mexico to the United States. The gangs often try to extort money from the immigrants' families or force them to work as drug mules or in other tasks.
Many of those abducted have ended up in mass graves; in the worst massacre of such migrants, 72 were slain execution-style last year in Tamaulipas state, which borders Texas.
Mexico's National Human Rights Commission demanded that Solalinde's assertions be investigated swiftly and that the missing immigrants be rescued. The commission says it documented the kidnapping or disappearance of 11,333 immigrants in a six-month period last year and criticized the government for failing to improve safety conditions.
Solalinde told reporters that the witnesses said about 10 heavily armed men pulled the migrants from a train when it stopped at a desolate spot around midday. The gunmen seemed to target women and children in particular, rounding them up first and forcing them into waiting trucks, he said.
"Some ran and escaped but the others didn't," Solalinde said. "And now we don't know what's happening to these poor people."
The group numbered as many as 250 people, many of whom had been staying in Solalinde's shelter in Oaxaca state before the abduction, the priest said. He suspected that the notorious Zetas criminal network was responsible.
The federal attorney general's office said it would investigate the incident. President Felipe Calderon has repeatedly had to face the anger of Central American governments that complain their citizens are not being protected.
In an annual report on human trafficking released Monday, the U.S. State Department said Mexico "does not fully comply with the minimum standards for the elimination of trafficking; however, it is making significant efforts to do so." It also noted reports that local authorities were often in cahoots with the gangs.
With fanfare, Mexico last month signed an immigration law meant to reduce the dangers and announced a purge of corrupt immigration officers.
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City comes alive with sounds, smells of festivals
By STEPHANIE LAW VANCOUVER, BC - Beats were blasting, dancers were tango-ing, clowns were joking and songs were sung as Vancouverites crowded the city Sunday to enjoy the sunshine and take in the spirits of Greece and Latin America, and to wash away the bad vibes from the downtown riot just a couple weeks ago.
Three separate events Sunday meant residents were spoiled for choice with Carnaval de Sol, Vancouver’s Latin American summer festival; Greek Day, the Vancouver Greek heritage festival; and Walk for Peace, a response to the Stanley Cup riots organized by a coalition of downtown churches.
The Latin American festival, held on Granville Street between Smithe and Dunsmuir, featured foods from the south like churros, also known as Spanish doughnuts, live performances by Spanish musicians and dancers, and a street soccer tournament.
A group of artists and activists also showcased a 60-foot mural that travelled across Latin America to communities affected by Canadian mining corporations, so that 65 painters could tell the stories of the struggles within their communities through art. Details of the project can be found at goldminingart.com
Just around the corner at around 2:30 p.m., more than 40 people led by Rev. Peter Elliott marched from Christ Church Cathedral to a parking lot at Cambie and Georgia as a response to the violence that happened in the city after the Canucks lost Game 7 of the Stanley Cup Final two weeks ago.
After the marchers arrived at the parking lot, there was a benediction, a moment of silence and a traditional first nations smudge ceremony to cleanse the grounds and erase the memory of the riot.
Meanwhile, across the bridge in Kitsilano, the Greek Day street festival was happening on Broadway, between MacDonald and Blenheim, to celebrate Greek heritage.
Close to 20 food vendors were doing brisk business selling items like souvlaki and gyros, live musical acts performed throughout the afternoon, and activities featured dancing lessons and cooking demonstrations.
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