Perfil: Samuel Ruiz García, Tatic
De los 50 años que fungió como Obispo, 40 fueron en Chiapas, donde abogó por los derechos de las poblaciones indígenas
En el conflicto. A Ruiz García le tocó vivir el movimiento armado que se inició cuando apareció en el escenario de la guerrilla y la política el EZLN (Foto: archivo EL UNIVERSAL )
Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, fue reconocido por su labor en favor de las poblaciones indígenas de Chiapas y de Latinoamérica.
El “Tatic" (padre en lengua tzotzil) como lo llaman los indígenas de Chiapas, se desempeñó durante 40 años como obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en la región Altos, una de las más grandes de Chiapas, con una población mayoritariamente indígena.
Por iniciativa suya, en 1989, se creó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, con sede en San Cristóbal de las Casas, una organización no gubernamental dedicada a la defensa y promoción de los derechos humanos, especialmente de los pueblos indígenas
A Ruiz García le tocó vivir el movimiento armado que se inició el 1 de enero de 1994, cuando apareció en el escenario de la guerrilla y la política el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), compuesto, en su mayoría, por gente de escasos recursos e indígenas, quienes enfrentaron al gobierno federal, en un principio, para derrocarlo.
Fue en esta etapa cuando la imagen del obispo de San Cristóbal trascendió, incluso las fronteras nacionales, para ser reconocido en varios países en donde se defendió su tarea en pro de los indígenas más pobres del país.
Con la idea de colaborar en la solución del conflicto armado, Samuel Ruiz fue designado miembro de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), la cual encabezó, pero que tiempo después tuvo que ser desintegrada porque la ruta que comenzaba a tomar ya no era compatible al cien por ciento con la Iglesia y se acercaba más a los terrenos de la política.
MEDIADOR
Luego del alzamiento del EZLN el primero de enero de 1994, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG) del EZ hizo pública la Declaración de la Selva Lacandona con la que declaran la guerra al gobierno de Carlos Salinas de Gortari y anuncian su lucha por democracia, libertad y justicia para todos los mexicanos.
El EZLN propone como intermediarios a Rigoberta Menchú, Julio Scherer y al obispo Samuel Ruiz. A año siguiente del levantamiento armado, el primero de enero de 1995, el EZLN lanzó la Tercera Declaración de la Selva Lacandona que proponía a la sociedad la formación de un Movimiento para la Liberación Nacional.
La relación entre el presidente Ernesto Zedillo y el EZLN se tensó, así como con los sacerdotes de la diócesis de San Cristóbal e incluso fueron expulsados algunos de los religiosos.
En junio de 1998, el obispo Samuel Ruiz García abandonó su mediación entre el gobierno de Zedillo y los zapatistas después de acusar a aquél de perseguir su labor conciliadora. La Comisión Nacional de Intermediación presidida por Ruiz se disolvió de inmediato.
Samuel Ruiz fue nominado en dos ocasiones para recibir el Premio Nobel de la Paz, que no se le otorgó bajo los argumentos de que no "logró" con su mediación que el gobierno mexicano y el EZLN firmaran la paz, y porque se encontró con el veto del gobierno mexicano, de Washington y el Vaticano.
Sin embargo, nunca se había visto tantas firmas de apoyo de tantos pueblos indios y de personalidades para otorgar un premio Nobel por la Paz como para Samuel Ruiz García.
Se registró una fuerte campaña contra el obispo Samuel Ruiz y su diócesis por parte de autoridades federales y locales acusándolos de ser los causantes del conflicto en Chiapas, de resguardar armamento en las instalaciones de la Catedral, de ser los responsables de las muertes y de la sangre derramada de indígenas.
La población enemiga del obispo a agredió las oficinas de la curia, lo difamaron e insultaron. Tiempo después renunció a la CONAI como un acto de denuncia contra el gobierno por simular un diálogo con los indígenas para conseguir la paz en medio de la violencia desatada por los militares, los paramilitares y los cuerpos policiacos.
La renuncia del obispo Samuel Ruiz García al cumplir 75 años de vida en noviembre de 1999 fue bien recibida no sólo por el gobierno federal, sino también por algunos obispos del llamado "Club de Roma" que ansiaban su renuncia.
El 25 de enero de ese 1999, Samuel Ruiz García festejaría sus 40 años como obispo con la celebración de un Encuentro Teológico Pastoral llamado "Del Concilio Vaticano II al Tercer Milenio".
Más de 500 delegados de diversos continentes y del país, así como indígenas de Chiapas se congregaron en San Cristóbal de Las Casas en el contexto del dolor y la confusión por la remoción del obispo coadjutor que supuestamente quedaría en su lugar. Cinco años antes de la renuncia de Samuel Ruiz, el Papa nombró al sucesor de la diócesis, al obispo coadjutor Raúl Vera López.
En 1996, Ruiz fue galardonado con el premio católico Pacem in Terris (Paz en la tierra) y en el año 2000 le fue otorgado el Premio Internacional Simón Bolívar de la UNESCO por su lucha contra la violencia, la pobreza y la exclusión.
Recibió además el doctorado honoris causa por la Universidad Iberoamericana en la ciudad de México.
Organizaciones civiles y de derechos humanos lo promovieron, en su momento, como candidato al premio Nobel de la Paz.
En abril de 2008 es nombrado por el Ejército Popular Revolucionario (EPR) mediador al lado de escritores e intelectuales, ante el gobierno federal.
Después de 40 años de obispado en Chiapas, Ruiz García decidió retirarse en 1999 e irse a la ciudad de Querétaro.
Nació en 1924 en Irapuato, Guanajuato, pero la mayoría de su vida vivió en San Cristóbal, donde fue nombrado obispo en 1959 a la edad de 35 años, y desde entonces acogió las causas indígenas como suyas.
(Con información de Óscar Gutiérrez, corresponsal y del CEDOC)
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En Guerrero, primera pelea de Marcelo y Enrique Peña
No sólo se juega el relevo del respectivo gobierno estatal, sino también la supervivencia del Partido de la Revolución Democrática y de Los Chuchos.
Pocos han advertido que en unos cuantos días los ciudadanos de todo el país —pero sobre todo los de Guerrero y Baja California Sur— serán testigos de la primera confrontación real entre los dos más aventajados aspirantes presidenciales para 2012: Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard.
Y es que pocos han querido ver una realidad indiscutible: que detrás de las elecciones de Guerrero y Baja California Sur —a realizarse el 30 de enero y el 6 de febrero, respectivamente—, se producirá la primera gran escaramuza presidencial entre el jefe de Gobierno del Distrito Federal y el gobernador del Estado de México. ¿Por qué?
Porque en Guerrero y BCS no sólo se juega el relevo del respectivo gobierno estatal, sino que está en juego la supervivencia del PRD y de Los Chuchos —por un lado— y el relanzamiento del PRI —por el otro—, luego del triunfo de las alianzas opositoras en 2010, que significaron un severo revés para el PRI. En pocas palabras, que una porción de la disputa de 2012 se jugará, por adelantado, en esas dos entidades.
Al mismo tiempo, un triunfo del PRD en esas dos entidades sería mucho más que una mera victoria estatal. Y es que una vistoria de los amarillos en esos estados resultaría, para Marcelo Ebrard, un paso gigantesco en sus ambiciones de ser candidato presidencial del PRD, por sobre su adversario natural, AMLO. En realidad el triunfo amarillo en Guerrero y en BCS significaría la consolidación de Marcelo Ebrard como candidato ganador de la izquierda.
Por eso, el jefe de Gobierno del DF —junto con Los Chuchos, jefes reales del PRD— tomó en sus manos el control total de la campaña del ex priista y neoperredista Ángel Heladio Aguirre, al que ofrecieron, no sólo apoyos económicos, sino logísticos, estratégicos y operadores electorales que hacen todo lo necesario por convertir en realidad “el milagro” de rescatar para el partido amarillo una entidad literalmente depredada por el gobernador saliente, Zeferino Torreblanca, quien ha sido el peor gobernador de Guerrero.
Y si existen dudas de la influencia de Marcelo Ebrard en ese estado, vale revisar la propuesta de gobierno de Ángel Heladio Aguirre, candidato del PRD. Se propone llevar a Guerrero buena parte de las políticas sociales y económicas aplicadas en el Distrito Federal; con todo y las reformas que hicieron de la capital del país una ciudad de Primer Mundo. Sin embargo, esa misma propuesta de gobierno hizo reaccionar a sectores políticos y empresariales que colocaron espectaculares en Acapulco, en los que exhiben que, en el DF, el león no es como lo pintan. Eso sin contar con el apoyo de “la senadora chupitos”, Claudia Corichi, que fue conocido por todo el país.
A su vez, el candidato del PRI al gobierno de Guerrero, Manuel Añorve, no sólo es el hombre de Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes en aquella entidad, sino que es el delfín de Enrique Peña Nieto y, nada menos, que de la profesora Elba Esther Gordillo. ¿Por qué todo el PRI y hasta la profesora Gordillo están metidos hasta el cuello en ese estado?
Porque una eventual derrota del PRD en Guerrero sería una victoria histórica y simbólica para el PRI de Peña Nieto. En esa lógica, el PRI le habría arrancado al partido amarillo uno de sus gobiernos emblema: donde la izquierda transitó de la guerrilla a partido político, y donde es evidente el fracaso de esa izquierda. Por eso, en Guerrero, el PRI y Enrique Peña se juegan una carta fundamental. Y, por eso, también el mexiquense ha enviado todos los apoyos y operadores a Guerrero.
Pero, además, también en ese estado se podría probar la eficacia o el fracaso de esos gemelos perversos que podrían ser imbatibles en 2012: la alianza del PRI y el poderoso Panal, el partido de la profesora Gordillo. Un triunfo probaría la eficacia de esa mancuerna. En cambio, una derrota sería la evidencia de que a Peña Nieto sí se le puede vencer, aun con el apoyo del magisterio, de la profesora Gordillo.
Lo mismo podría ocurrir en Baja California Sur, en donde el PRD ha caído al tercer lugar, y la disputa se ha concentrado entre PRI y PAN. Y en la península también pelean Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto, quienes tendrán su segunda confrontación el 6 de febrero. Al tiempo.
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Video: Narcotrafico en Michoacan, entrevista de Carmen Aristegui a ciudadanos, empresarios y al gobernador Leonel Godoy, 2011
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Desde el otro lado
La revancha republicana
Arturo Balderas RodríguezFuente: La Jornada
Una de las secuelas de la tragedia en Tucson, donde murieron seis personas y 12 fueron heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Gifford, es la reflexión que algunos de sus compañeros hicieron sobre la necesidad de abordar sus diferencias en forma más "civilizada".
Por su parte, el presidente Obama, siguiendo su inquebrantable aspiración al consenso, recordó a los ciudadanos su pertenencia a una sola nación en la que el disenso no debe interponerse en el acuerdo y la civilidad para superar diferencias.
La semana pasada, el Congreso de EU reanudó sus trabajos con renovado espíritu de colaboración y respeto por el discurso del contrario. Los legisladores se esforzaron por representar a sus opositores como "mis amigos", frase con que iniciaron casi todas sus intervenciones. La cortesía en el trato se tradujo en un desacuerdo monumental cuando en la Cámara de Representantes se discutió la derogación del plan de salud, aprobado a finales del año pasado por la mayoría demócrata en ambas cámaras.
Por buenas que hayan sido las intenciones de los legisladores en abordar ese asunto, fue evidente un desacuerdo de fondo en un tema trascendente para la nación. Retirar el derecho que más de 30 millones de ciudadanos ganaron en obtener los servicios médicos con la aprobación del plan de salud no se puede abordar sin causar raspones. Y con ello también perderían el derecho a un seguro otros 100 millones de ciudadanos, a quienes las compañías aseguradores se han negado cubrir, pues en el pasado han padecido alguna enfermedad.
Ese fue el debate de fondo, y la tersura del discurso no pudo ocultar la profunda diferencia entre unos y otros cuando se trata de beneficios sociales. La mayoría republicana se impuso en la Cámara de Representantes y derogó la Ley de Salud, y así cobró la revancha anunciada el año pasado. Por su parte, el líder del Senado, donde los demócratas conservan la mayoría, ha dicho que no pondrá a discusión ese asunto. Por tanto, dicha ley permanecerá en vigor tal como fue aprobada el año pasado.
Como era de esperarse, quienes insisten en derogar la ley ya armaron una estrategia para "informar" sobre sus calamidades e influir en el electorado para que presione a quienes en el Senado se niegan a derogarla. Los demócratas, incluido el presidente y sus colaboradores más cercanos, saben que la información sobre el plan de salud fue poco clara, por lo que ahora sí tienen la intención de difundir en forma amplia sus beneficios.
Tal vez ahora sí logren hacer entender la importancia del acceso a los servicios médicos para todos los ciudadanos y que, por tanto, la salud no deber ser negocio ni botín político.
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