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Monday, October 31, 2011

Día de muertos: Evocación y reclamo en Alemania
Por Francisco Olaso
Fuente: revista Proceso / 28 de Octubre, 2011

BERLÍN, (apro).- El humo del copal impregna la sala del Theater Aufbau Kreuzberg. El público berlinés se concentra frente a la colorida ofrenda. Mario Vázquez recibe a los asistentes con una oración libre, hecha de palabras y ruegos en castellano: “Bienvenido a esta ofrenda, ojalá que goces con tus recuerdos, ojalá se recuerden los vivos y los muertos.”

Fundador en Berlín de la Asociación Calaca, e iniciado en México en la tradición de los concheros, Vázquez dirige la ceremonia de apertura de la ofrenda. Sopla el caracol hacia los diferentes puntos cardinales. Pide a Dios, a la madre tierra y a los cuatro vientos que otorguen protección, vida y sustento a los presentes, para que perdure la vida, pero también el recuerdo de los que se fueron.

La celebración del Día de Muertos en la capital germana cumple 24 años de existencia. Los asistentes –un variado mosaico de nacionalidades, culturas, creencias– tienen aquí la posibilidad de contactarse con seres queridos, cuyo recuerdo se mantiene vivo hasta el presente.

Han traído fotos, flores, alguna pertenencia del difunto. Aquí y allá se hincan para agregar una vela encendida a la ofrenda colectiva. Éste es el primer carácter distintivo de este altar de muertos. Otros están a la vista. Junto al tabaco mexicano o la botella de tequila se ven hojas del otoño berlinés, porciones de Käsekuchen (pastel de queso), paquetes de gomitas masticables que aquí se llaman Gummibärchen. De canto melodioso, y voz de timbre apenas áspero, Víctor Ibáñez abre una vez más, junto a su multicultural mariachi, el camino del festejo.

En esta oportunidad, el acontecimiento cobra además una fuerte dimensión política. Esta edición de la Mexikanisches Totenfest también evoca, de manera expresa, “a las casi 50 mil víctimas de la violencia, la guerra contra el narcotráfico, la corrupción y la impunidad en México”, según reza en el volante de invitación al evento.

Últimamente esta violencia ha conmocionado a la comunidad mexicana local. Algunas víctimas de hechos sangrientos, en el marco de la así denominada “guerra contra el narcotráfico”, son familiares o amigos de inmigrantes mexicanos en Alemania.


Tabú

Actor y director de teatro, Mario Vázquez realizó en 1987 su primera ofrenda de muertos en tierra berlinesa. Ese año perdió a su amigo Rodrigo Ortega, con quien había llegado a Alemania para hacer “un tipo de teatro independiente, comprometido con temas sociales y con mitos de la cultura mexicana”, según cuenta a Apro.

Con la ayuda de algunos amigos alemanes y latinoamericanos, Vázquez consiguió llevar a México las cenizas de su amigo y hacerle una despedida en Cuernavaca. Al regresar a Alemania, cayó en una depresión. Surgió en él la idea de agradecer a quienes lo habían ayudado. “Ese fue el momento adecuado de elegir esta tradición, que yo conocía de Ocotepec, en el estado de Morelos”, sostiene.

Para esa primera ofrenda, Vázquez ornamentó un cuarto de su pequeño departamento. “Obviamente estaban los elementos teatrales, como las máscaras. Ofrendé máscaras a Rodrigo e hice un cuerpo de pan, al cual vestí, y puse como cabeza una cabeza de azúcar”, cuenta. “Invité a los amigos y les dije que era una fiesta para recordar a Rodrigo, y que con eso quería darles las gracias.”

La resonancia fue enorme. Esa atmósfera que combinaba alegría y tristeza causó una gran impresión. A pedido de estos amigos la fiesta fue pasando año tras año por otras casas, hasta llegar a una galería de arte, donde la ofrenda se abrió por primera vez al público.

“Se pudo hacer música, teatro, ofrecer comida y tocar el tema de cómo festejan los mexicanos el día de muertos”, relata Vázquez. Desde entonces, la ofrenda del Día de Muertos ha pasado por salas de eventos y museos importantes de la capital germana.

A primera vista se podría pensar que esta tradición choca con el trato que aquí se le da a la muerte. En Alemania no suelen verse velorios ni cortejos fúnebres, y los entierros o las cremaciones se hacen varias semanas después del fallecimiento. Vázquez resalta, sin embargo, la forma de acercamiento de los alemanes a esta fiesta.

“Yo siento que están muy abiertos a tocar el tema, claro, es un tabú el tema aquí, en esta sociedad, donde la muerte pasa cotidianamente inadvertida”, sostiene.

El retraimiento de los que se acercan se transforma conforme avanza la fiesta. “La gente me platica de sus seres queridos que se han ido”, sostiene Vázquez, “o simplemente se sienta y se queda largo tiempo observando la ofrenda, toma un sentido propio de sus sentimientos, se transporta en sus recuerdos, en sus vivencias con la persona querida, disfrutando de esta festividad.”

La ofrenda mexicana del Día de Muertos es cita obligada de la nutrida colonia de latinoamericanos. Provenientes, muchos de ellos, de países en los que no existe una tradición semejante, han tomado la ofrenda como propia, afrontando así, desde la distancia, las muertes de seres queridos.

Desaparecidos

Al ingresar al Theater Aufbau Kreuzberg el visitante se adentra en una instalación de sombras y sonidos. Este túnel, que lleva a la ofrenda, evoca la condición de los desaparecidos en el marco de la “guerra contra el narcotráfico”. “Se habla mucho de los muertos, de las cifras de muertos, pero poco de las desapariciones”, dice a Apro la politóloga Sabina Morales Rosas, integrante de México vía Berlín, un colectivo de jóvenes académicos, en su mayoría mexicanos, que ha asumido la tarea, este año, de acentuar el tono político del evento.

“Pensamos en los desaparecidos, porque son reclamados tanto por vivos como por muertos, ya que están en ese tránsito, en ese lugar intermedio”, sostiene.

“El hecho de que permanezcan desaparecidos, y de que ese crimen se siga cometiendo, no es la cuestión ilusoria de pensar que siguen vivos –explica Morales Rosas–, pero los propios familiares no sienten que esas personas deban ocupar un lugar en el altar de muertos.”

El colectivo México vía Berlín surgió a partir de las movilizaciones que se realizaron en esta ciudad para apoyar la marcha por la paz y la justicia convocada en México, en mayo último, por el poeta Javier Sicilia. El grupo forma parte de la Red Global por la Paz en México, con presencia en 28 ciudades de todo el mundo.

A cargo del colectivo está también la proyección del documental Vivos se los llevaron, vivos los queremos, dirigido por Cecilia Serna, y producido por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL y por el Comité Eureka, liderado por Rosario Ibarra de Piedra.

La película aborda la desaparición de cientos de jóvenes durante las décadas de 1970 y 1980, a manos de grupos paramilitares como La Brigada Blanca, perteneciente a la Dirección Federal de Seguridad.

El colectivo cuestiona la estrategia militarista del gobierno de Felipe Calderón y denuncia la connivencia de funcionarios y estamentos del Estado con el narcotráfico. “En México existe la idea de que las élites son totalmente corruptas, lo cual es cierto, pero no es sólo eso”, dice Morales Rosas, quien escribe su tesis de doctorado en la Universidad Humboldt de Berlín.

“Básicamente lo que nos planteamos es que el problema del crimen organizado en México tiene causas locales pero también causas globales, dentro de un sistema de división del trabajo internacional que hace posible que exista ese crimen organizado en lugares específicos: ayer pudo llamarse Colombia, hoy puede llamarse México”, dice.

“En México es tanta la corrupción y tanta la sombra que hace la vecindad con Estados Unidos que uno no se pone a pensar que Europa sigue siendo el primer lugar del mundo donde se lava dinero.”

La politóloga recuerda además el sonado caso de venta de fusiles G36 alemanes a la policía de cuatro estados mexicanos en conflicto, en los que se violan los derechos humanos.

“Estamos tratando de trabajar conceptualmente dónde está el vínculo de las continuidades en la forma del gobierno de hacer contrainsurgencia y ahora luchar contra el narcotráfico”, dice Morales Rosas.

Justamente este es el tema del diálogo público, en el marco del Día de Muertos, con la presencia de los periodistas mexicanos José Reveles y Marta Durán de Huerta.

Personales

Este día de muertos es importante para Sabina Morales Rosas, tanto en el plano político como en el personal. Esta es la época del año en la que más extraña no estar en México. “Llevo cuatro años en Berlín, y siento que hay una parte de mí que no entiende que las personas de mi familia que han fallecido en este tiempo, en verdad han fallecido”, cuenta.

La distancia le ha permitido enfrentar las pérdidas en el plano consciente, aunque no en el plano emocional. “Este año falleció mi abuelo paterno, una persona muy importante para mí”, cuenta, “y me costó mucho saber cómo trabajar eso a través de la ofrenda.”

Finalmente se ha decidido por un barquito de papel. Cuando era chica, su abuelo las llevaba a ella y a su hermana a comer a un restaurante, tras la comida les enseñaba a plegar los barquitos, que luego tiraban en una fuente cercana.

Para Mario Vázquez esta celebración del Día de Muertos es muy especial. Este año falleció su madre en México. Como si no bastara, también perdió a dos buenos amigos, un mexicano y una alemana, que fueron asesinados brutalmente, presumiblemente por el narcotráfico. “La violencia que está en México ya no se queda en sus fronteras”, resume. “Las ha traspasado y ha llegado aquí a Berlín.”

Es imposible saber cuántos de los presentes gozan del don o la capacidad de percibir la presencia de los muertos en la fiesta. “Hay un momento dado en el que yo siento eso”, dice Mario Vázquez. “Cuando echo una mirada a la ofrenda que he puesto, y está rebosante de flores, de luces, de fotografías, de rostros de viejos, de jóvenes, de niños, entonces sé que han llegado, y sé que están ahí con nosotros, compartiendo lo que nosotros los vivos estamos haciendo: tomando, platicando, fumando, comiendo, bailando o escuchando música”, sostiene.

“Después ellos tomarán la esencia de lo que nosotros pusimos en la ofrenda –prosigue–, tomarán los aromas del pan, de la flor, olerán a copal, llenarán sus bolsas con las cosas que nosotros les estamos ofreciendo y se las llevarán en su viaje.”

Mario Vázquez está casado con una periodista alemana. Decidió quedarse en Berlín al nacer su hijo, hace 23 años. Preguntado acerca del destino personal que se desea al finalizar su vida, dice: “Uno piensa también en su propia muerte, pero creo que uno no la puede elegir. Uno quisiera poderse despedir y tomar su camino, eso sería lo más gratificante para alguien que se va. Pero la muerte no espera, llega en cualquier momento. La estoy esperando.”

Encontrar la muerte en el país de origen o en el de adopción es otro tema que suele presentarse entre los inmigrantes de larga data. “Siempre he querido que mis cenizas sean regresadas a México, pero a partir del largo tiempo que he vivido en esta tierra, pues, no sé, estoy en la disyuntiva de qué parte de mi se va a quedar aquí y qué parte se va a ir a México”, dice Mario Vázquez.

“Al final de cuentas, yo creo que lo más importante es estar cerca de la gente que a uno lo va a recordar.”


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Una red de mexicanos en el extranjero se moviliza por la paz.
Por Veronica Diaz Favela
Fuente: CNN Mexico
Lunes 31 de Octubre, 2011


(CNNMéxico) — Grupos de mexicanos residentes en el extranjero de forma definitiva o temporal se han convertido en militantes por la paz en México. Desde hace un año han comenzado a organizar foros de debate, marchas e intervenciones artísticas en 17 países, en un movimiento que se hace llamar la Red Global por la Paz.

"A todos nos une el poderoso deseo compartido de paz para México", explica en su página de internet la Red Global, que surgió a raíz de la violencia generada como consecuencia de las acciones del gobierno federal contra el crímen organizado.

Marta Valderíos es una de las activistas de esta red, “cuando oía noticias de matanzas horribles no daba crédito, me tardé tres años o más en entender que eso era posible”, recuerda en entrevista telefónica con CNNMéxico.

Entre diciembre del 2006 y diciembre del 2010 han muerto 34,600 personas en enfrentamientos entre grupos criminales o con fuerzas federales, según cifras del gobierno federal.

Marta, una profesora que radica en Japón hace más de 30 años, entró en contacto con la Red Global y poco después se propuso hacer un millar de grullas (el ave nacional de Japón) con la técnica de origami y colocarlas el 29 de octubre en Hiroshima, como una forma de apoyar al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en México.

En Japón se acostumbra hacer 1,000 grullas para que un deseo se cumpla. La tradición comenzó cuando una niña enferma a consecuencia de la bomba atómica de Hiroshima se propuso hacer esa cantidad de figuras de origami para salvar a personas en la misma condición que ella, aunque murió antes de conseguirlo.

Marta compartió Facebook su proyecto y personas en Holanda, Alemania, Estados Unidos, así como residentes en ciudades mexicanas como Tijuana aprendieron a hacerlas con la ayuda de videos de YouTube y se las enviaron. Este sábado colocó 4,406 figuras en el Parque de la Paz, Hiroshima.

"Creo que es la primera vez que de forma organizada pero no institucional, grupos de mexicanos (en el extranjero) se comunican por un mismo objetivo", asegura a CNNMéxico Rosi Morales, una mexicana de 32 años que dirige un centro cultural en Barcelona, España, donde, dice, está uno de los grupos más activos de la Red Global.

Rosi fue una de las primeras en darse a la tarea de congregar en la Red Global desde principios del 2011 a distintos grupos que, de forma autónoma y espontánea, habían comenzado organizar acciones a favor de la paz en México.

Rosi se involucró en la Red Global luego de trabajar como voluntaria en una página de internet que contaba los muertos relacionados con la violencia en México. "Me di cuenta de lo lejana que estaba de mi país, que ya no estaba informada", recuerda.

Ahora coordina reuniones virtuales entre los integrantes de la Red Global, funge como mediadora y agrega a nuevos miembros, dice que le dedica de 1 a 3 horas al día a este trabajo

"Tenemos alrededor de 21 o 22 ciudades. En África no hay contingente. En Nueva Zelanda ya hay un grupo de chicos. Estamos en toda Europa, en América y en Asia", explica sin precisar la cifra del total de integrantes de esta red.

El Movimiento de Ciudadanos de Mexicanos en Barcelona (MCMB) tiene cerca de 40 miembros y una convocatoria de 500 personas, de acuerdo con Edson Lechuga, escritor nacido en Puebla y que vive en España.

Convoca a “periodistas, antropólogos, escritores, artistas plásticos, músicos, personas relacionadas con la cultura y el arte y público en general”, dijo a CNNMéxico.

La Red Global también involucra “a amigos de México”, precisa Rosi. “La chica que inició el movimiento en Madrid (por ejemplo), es una argentina que vivió en el país”.

El objetivo es “apoyar el único movimiento que veo con suficiente legitimidad, honradez, solidez ideológica y que además tiene premisos claras”, dice en referencia al movimiento encabezado por Javier Sicilia, Ruth Mandujano, en entrevista telefónica con CNNMéxico desde Vancouver, Canadá.

Ella y un amigo que solían tener largas charlas sobre lo la violencia en México decidieron un día convocar a una caminata-protesta a un “lugar icónico de la ciudad” (la montaña Grouse) para apoyar a la Caravana de la paz al norte organizada por Movimiento por la Paz.

“Para mí fue una especie de catarsis”, cuenta. Llegaron cerca de 30 personas.

“Hasta ese momento había tenido impotencia y frustración por estar lejos y no poder apoyar, y nada más tragarme un muerto más y un muerto más”, recuerda Ruth, quien estudia un doctorado en Historia en Vancouver y da clases de español.

Después ayudó a convocar a un partido de futbol soccer en un parque público para apoyar la Caravana al sur, que recorrió esa zona del país en septiembre pasado.

A Ruth le llamó la atención que en el partido “hubo muchos más extranjeros que mexicanos”. Ella piensa que si el Movimiento por la Paz tiene resonancia fuera de México, los políticos se verán obligados a prestar atención a sus demandas, entre ellas, que el gobierno federal modifique su Estrategia Nacional de Seguridad y dé más atención a las víctimas de la violencia.

Rosi destaca que la Red Global también busca promover cambios en legislaciones de otros países. El tráfico de armas, de drogas y el lavado de dinero "son problemas globales, no solo del país", opina. Su función, dice, "es crear conciencia en el extranjero".




Tuesday, October 25, 2011

El periodista Ricardo Aleman comenta: el objetivo de Andres es eliminar a Marcelo y al PRD, y competir con el escudo del PT y/o Convergentes

AMLO: eliminar a Marcelo

En pocos años, López Obrador cometió parricidio político con Cárdenas, mató políticamente a Rosario Robles y a todo ese grupo...

Ricardo Alemán

Detrás del escándalo que tiene al PRD en las primeras planas de la prensa nacional, no sólo aparece la fallida elección de consejeros estatales y nacionales en cinco entidades del país, sino que la batalla de fondo es la mayor embestida del lopezobradorismo contra Marcelo Ebrard.

En realidad, el objetivo de ese escándalo político y mediático —que exhibe la grosera cultura antidemocrática de los amarillos— es aplastar las aspiraciones presidenciales de Marcelo Ebrard, a quien torpedean, desde distintos flancos, los grupos políticos y mediáticos que están dispuestos a todo para quitarlo del camino de López Obrador.

Entre los grupos radicales de la llamada izquierda, que a toda costa intentan imponer la candidatura presidencial de López Obrador —y al mismo tiempo eliminar a Marcelo Ebrard—, están los grupos políticos encabezados por la pareja de Dolores Padierna y René Bejarano, dueños de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN); Martí Batres, de Izquierda Social (IS), y la Red por la Unidad de las Izquierdas (Runi).

Esos grupos crearon un poderoso bloque que no sólo busca acabar con las aspiraciones presidenciales del jefe de Gobierno —para despejarle el camino a AMLO—, sino que pretende apoderarse de la sucesión de aquél en la Jefatura de Gobierno del DF. No es todo, ya que en ese mismo bloque también están el Partido del Trabajo y Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano), partidos familiares que usan todos sus recursos políticos y económicos no sólo para apoyar a AMLO, sino para derribar a Marcelo.

Pero, además —y por si no fuera suficiente—, también son parte de los propagandistas de AMLO y de los sectores que apuestan por dejar fuera de la llamada izquierda radical a Marcelo, el diario La Jornada y el semanario Proceso: dos poderes mediáticos que olvidaron por completo su tarea periodística, para convertirse en propagandistas de López Obrador y de su proyecto político-electoral. Pero también hacen el papel de golpeadores de Marcelo y de los adversarios del tabasqueño.

Sin embargo —y a pesar de lo evidente—, nadie se atreve a explicar las razones por las que todo un bloque de la llamada izquierda se propuso tirar a Marcelo Ebrard de la contienda presidencial. Las razones las explicamos ayer en este espacio: lo quieren fuera de la contienda porque Marcelo Ebrard es el único precandidato presidencial capaz de encabezar una alianza PAN-PRD contra el PRI de Enrique Peña Nieto. En realidad la embestida del pasado domingo contra el jefe de Gobierno es un nuevo capítulo de la alianza AMLO-Peña Nieto, que se coaguló para impedir la alianza PAN-PRD en el Estado de México.

Y seguramente muchos fanáticos del tabasqueño —acólitos que no razonan, sino que, ciegos, sólo insultan— tienen dudas sobre el “filicidio político” que intenta AMLO contra su hijo político, Marcelo Ebrard. Bueno, si no creen, vale la pena que recuerden que desde enero de 2000 López Obrador inició una estrategia para eliminar electoralmente a su padre político, Cuauhtémoc Cárdenas.

Si recurrimos a la memoria, recordaremos que, en pocos años, AMLO cometió parricidio político con Cárdenas, mató políticamente a Rosario Robles y a todo ese grupo, y escapó sin rival rumbo a Los Pinos. Si no lo creen, pueden consultar el Itinerario Político del 19 de diciembre de 2001, titulado “PRD: ¿parricidio político?”, en donde detallamos la forma en que López Obrador destruyó a sus adversarios políticos, con tal de convertirse en candidato presidencial.

La historia se repite hoy. López Obrador ya decidió eliminar a su hijo político y, si para ello es necesario destruir al PRD, lo hará, sobre todo porque ya tiene garantizado su lugar en la boleta electoral de julio de 2012, sea por el PT, sea por Convergencia. Lo curioso del caso, sin embargo, es que si AMLO destruye al PRD —desde su cómoda posición de jefe de facto del PT y Convergencia—, y si nadie es capaz de recordarle o reclamarle, que si ya duerme en otra casa y otra cama, ya perdió sus derechos de pernada en el PRD es porque, en realidad, AMLO es intocable.

Pero que nadie se sorprenda, todos saben que AMLO es intocable, no sólo entre la izquierda, sino en el IFE y en el Tribunal Electoral. Por lo pronto, sólo resta preguntar si Marcelo Ebrard aguantará los obuses lanzados por su otrora padre político o si, de plano, un día de estos aventará la toalla y le dejará el camino seguro al locuaz tabasqueño. Y para los que aún dudan de la hipótesis, sólo sigan la pista a los beneficiarios de que Marcelo se retire de la contienda. Se llaman AMLO y Enrique Peña Nieto. Al tiempo.

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Pactar con los narcos, más allá del PRI
Jorge Fernández Menéndez
Editorial: Excelsior

Hay quienes quieren regresar al pasado, a pactos con el narcotráfico, le dijo el presidente Calderón a los corresponsales del New York Times.

Y es verdad: no sólo existe esa tentación entre algunos políticos, sino también entre distintos sectores sociales. En la misma nota del NYT se dice que, en alguna plática privada, el presidente Calderón habría dicho que Enrique Peña Nieto, si llegara a la Presidencia, sería débil con el crimen organizado y que el sentido de su declaración al periódico giraba en torno a ello.

La verdad es que no recuerdo a Peña Nieto diciendo que cambiaría la actual estrategia de lucha contra el crimen organizado. El único documento firmado por el ex gobernador sobre el tema se publicó en The Financial Times hace ya varios meses y en los hechos lo que se planteaba era prácticamente lo mismo que tenemos ahora, haciendo hincapié, sólo, en que la estrategia tendría que ser obligatoria para estados y municipios.

Es verdad que en el priismo hay quienes no quieren ni hablar de continuar el enfrentamiento al crimen organizado en los términos en los que los ha planteado la actual administración. Ahí está, aunque no haya sido reproducida con total fidelidad, aquella declaración del ex gobernador Sócrates Rizzo de los pactos de los gobiernos priistas con el narcotráfico, o los evidentes acuerdos, aunque fueran tácitos, de muchos gobernadores con el narcotráfico. Apenas este viernes el Presidente hizo acusaciones muy serias al ex gobernador Fidel Herrera, en Veracruz, al que acusó de permitir la entrada de Los Zetas a la entidad e incluso de ocultar el número de víctimas y de eventos criminales: hasta se ejemplificó con la declaración del gobierno estatal de que en Veracruz no había secuestros al mismo tiempo que el ex gobernador se vanagloriaba de haber pagado seis rescates de personas secuestradas.

Pero el problema entonces es doble: primero, porque son muchos, también en el PAN y en el PRD, los que están pidiendo pactos. En el PAN el ex presidente Fox, en cada foro que se le presenta, insiste en que se debe pactar con el narcotráfico e incluso propuso la idea de crear una suerte de Cocopa para negociar con él. Acaba de decir que México debe abandonar los esfuerzos para impedir que ingrese la droga a Estados Unidos. En el otro extremo, el padre Solalinde y el movimiento de Javier Sicilia han terminado demandando que se les pida “perdón” a Los Zetas. Y, López Obrador, de una u otra forma, lo viene diciendo desde 2006. Incluso en las encuestas esa posición ha crecido: la gente, ante la violencia y la inseguridad, termina aceptando pactar con el narcotráfico (como termina aceptando la pena de muerte).

Si el presidente Calderón analiza el tema del pacto con el narcotráfico a partir de variables electorales o de partidos, se equivoca. El tema trasciende y cruza los partidos y es precisamente eso lo que lo hace peligroso y lo que obliga a romper con una inercia creciente que golpea todo el proceso de destrucción de las bandas criminales. El pacto con los grupos criminales, primero, es imposible, inviable por la definición de esas organizaciones: no son disidentes políticos, son criminales. Segundo, por la creciente pulverización de las mismas (en Guerrero operan, por ejemplo, 17 grupos diferentes, en la mayoría de las ocasiones enfrentados entre sí). Tercero, porque no tendría el menor sentido ético y generaría un deterioro moral de la administración que lo realizara (es en realidad una puerta abierta para la corrupción).

Pero más allá de todo eso, lo importante es convencer de que la sola idea del pacto con los grupos criminales es una suerte de rendición del Estado mexicano en varias de sus responsabilidades esenciales, comenzando por la de garantizar la seguridad de sus habitantes.

Y nadie, con sentido común, puede permitirlo, sobre todo, desde el escalón más alto de la escalera del poder. ¿Hay una receta para evitar esa tendencia?

Sí y es lo que realmente cambió las cosas en Colombia: comenzar a detener y juzgar a todo funcionario público, de cualquier partido, que se compruebe que tenga relación con el crimen organizado. En Colombia, por lo menos 80 legisladores, y muchos más funcionarios partidarios y de gobiernos federal y locales terminaron en la cárcel. Eso rompió la narcopolítica y le demostró a la gente que no se podía pactar con el narcotráfico. En nuestro caso los pocos que son detenidos pagan 15 mil pesos de fianza y se van a su casa.

Wednesday, October 19, 2011

Vancouver's Ethnic Enclave Series:

Many call the central neighbourhood around Fraser Street home, and Tagalog signs abound
By Douglas Todd The Vancouver Sun

“DON’T FORGET MOM. SEND MONEY HOME.”


That’s the chiding message, in all caps, from one of the many ads in Filipino newspapers, which can be found stacked in ethnic shops throughout many east Vancouver neighbourhoods.


The omnipresent ads promote a serious business. They encourage expatriate Filipinos to send their hard-earned money to struggling moms, dads, brothers, sisters and grandparents in their Southeast Asia homeland.


“Remittance” is a word heard often among Metro Vancouver’s 80,000-strong Filipino community, the third largest visible minority in the city after Chinese and South Asians.


The word refers to the way overseas Filipinos — known as “Balikbayans” — routinely transfer payments or financial gifts to the old country by mail or, more commonly, by electronic means through financial institutions.


“Most Filipinos send money home, and other things,” said Rafael Dumandan, manager of the Padalahan Centre on Fraser and 26th Avenue, whose store features several ways to deliver remittances.


The central Vancouver neighbourhood that is home to the Padalahan Centre — roughly bounded by Fraser and Knight streets, King Edward and 33rd avenues — has the highest concentration of Filipinos in Metro Vancouver.


On average, Filipinos account for four per cent of all Metro citizens. But 19 per cent of all residents in this neighbourhood of old and new houses have their origins in the Philippines, according to the 2006 census.


(Canada Census questions on ethnic origin are updated every five years. Ethnic data from the 2011 census is not expected to be released until at least 2012).


Another service Dumandan offers to Filipinos in his neighbourhood is “balikbayan box” deliveries. They are corrugated boxes, about the size of microwave ovens, which Filipinos use to ship home special goods, food and clothes.


With 95 per cent of the customers to his bright grocery store being Filipinos, Dumandan also tries to sell the special kinds of canned goods, salted eggs, chips, pork and squash they remember from the homeland.


Friendly but shy, Dumandan wore a black T-shirt with a map of the multi-island Philippines on the front.


The T-shirt featured Tagalog words, which he said translate as: “This is my country.”


Although Dumandan likes Canada — he’d never seen snow until he came to Vancouver and finds the Philippines “too hot” — he feels strongly loyal to his native land.


He’s respectful of how much the Philippines has been through, including long, bitter struggles for independence from Spanish and American colonizers.


Dumandan finds multicultural Metro Vancouver “very beautiful” and “safe.” But he also feels “comfortable” to have so many Filipinos in the Fraser Street neighbourhood and others parts of the city.


“Every time we see a Filipino we are proud.”


Second largest visible minority in area


Counting for one of every five residents, Filipinos are the second largest visible minority group in the Fraser Street neighbourhood, which has multi-ethnic Sir Richard McBride elementary school as its centre.


There are more ethnic Chinese than Filipinos in the neighbourhood but fewer South Asians and fewer people who claim an English heritage.


The pocket of ragtag, somewhat dowdy commercial outlets on Fraser, north of King Edward, contains many posters promoting Filipino rock concerts and special ethnic nights at local casinos.


In addition, many Tagalog signs sit above laundromats, computer stores, credit unions, tailors and restaurants, which offer everything from plates of fried smelt to bubble tea.


Although people in this neighbourhood said members of the diverse cultures generally get along, this is the region near where Sir Charles Tupper secondary school student Mao Lanot, a Filipino, was murdered by a gang of South Asians in 2003.


Members of all ethnic groups, including Filipinos, said it was just one of those terrible things that could have happened to any young person.


Residents said Lanot was just in the wrong place at the wrong time.


In addition to this Fraser Street neighbourhood, the four other most concentrated Filipino neighbourhoods in Metro Vancouver (at about 17 per cent of the population) run along the SkyTrain line to New Westminster.


Three of those Filipino enclaves are based around the Joyce, Metrotown and Edmonds SkyTrain stations.


There are also pockets of Filipinos in the Guildford area of Surrey, as well as in southeast Vancouver and the urban core of Richmond.


There are few ethnic Filipinos residing in West Vancouver, the west side of Vancouver, south Delta or south Surrey.


Most of Metro Vancouver’s Filipinos value being near transit hubs — since many need to travel inexpensively to low-to-middle-wage jobs as nannies, cleaners, seniors care aids, security officials, service clerks, short-order cooks and practical nurses.


Growing army of temporary workers


As well as making up Metro Vancouver’s third-largest visible minority, Filipinos comprise the largest ethnic cohort among Canada’s growing army of 280,000 temporary foreign workers, according to immigration specialists.


Canadian companies are increasingly targeting the country of 95 million people to recruit the eager workers.


The skilled, semi-skilled and non-skilled workers come to Canada for up to four years, working in everything from eldercare and construction to Tim Hortons. Most end up applying for permanent residency status.


Even with sending remittances to the Philippines (which often range upward of $400 a month), many low-wage-earning Filipinos in Canada can have a higher standard of living than they would in their poverty-stricken homeland.


Citizens of the Philippines have spent much of the past 300 years trying to get on their feet after gaining independence from Spain, the United States (after the Second World War) and, up until the 1980s, foreign-backed dictators such as Ferdinand Marcos.


With their ongoing struggle for human rights and economic justice, Canadian political scientists say Filipinos, many of whom are Catholic or evangelical Christian, often lean to the left side of the political spectrum.


The fondness for centre-left politicians was on display inside Alger’s Tailoring: House of Barong and Filipiana on Fraser Street, which was packed with orange, sky-blue, yellow and rose-coloured Filipino skirts (sarongs) and men’s dress shirts (barongs).


Co-owner Lucy Jotic described how she proudly made sarongs for Vancouver Mayor Gregor Robertson. She did the same for the New Democratic Party’s Don Davies, the federal MP for the Vancouver-Kingsway riding, whose posters are written in five languages, including Tagalog. (The provincial MLA for the neighbourhood is the NDP’s Mable Elmore.)


“Filipinos love Gregor Robertson and Don Davies because they are nice persons. Filipinos think they help us. We Filipinos are social oriented,” said Jotic.


The fashion shop owner attends the large Church of God International in Surrey, even though she lives near Fraser Street.


The neighbour on one side of her home is Italian, she said, the other Chinese. “They’re both good.”


In addition to Filipinos, Chinese, South Asians and people of European heritage, the Fraser Street neighbourhood also has a significant collection of Vietnamese.


Do Vancouver’s Filipino neighbourhoods illustrate noted Harvard sociologist Robert Putnam’s recent research discovery that ethnic enclaves tend to create distrust among neighbours?


It’s hard to come to a solid conclusion based on the comments of a few people. But the cluttered office for Metro Vancouver’s main Vietnamese newspaper is nestled in among many Filipino outlets on Fraser near 27th Avenue.


And newspaper editor Melinda Khiu, who was born in Vietnam, said she’s often mistaken for a Filipino, even though she thinks there is no similarity.


“This is the most Filipino neighbourhood. And I’m stuck right in the middle of it,” Khiu said, laughing.


“I don’t interact with the Filipinos too much. They have nothing to do with me. They don’t bring any business.”


A kilometre away, on the other side of the neighbourhood at Grays Park at East 33rd and St. Catherines Street, a group of 10 teenage boys gathered on the playground.


One of them described their group as predominantly “brown,” or South Asian. However, a South Asian youth quickly pointed out the Filipino among their cohort.


He was Allan Asuncion, a soft-spoken young man shooting hoops with others on the basketball court. Asuncion called the area between Fraser and Knight streets a “good neighbourhood.”


People, he said, tend to get along.


Like every Filipino interviewed, Asuncion said he attends a Christian church. His congregation is Lakeview Multicultural United Church, north of Trout Lake in East Vancouver.


“There are lots of mixed cultures here,” Asuncion said. “I don’t see any conflict.”

Read more: http://www.vancouversun.com/life/Family+church+important+Filipinos/5559392/story.html#ixzz1b42wHvjl

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EU: el juego de las conjuras
Editorial de La Jornada / Oct 12, 2011

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, informó ayer que la FBI y la DEA lograron frustrar "un importante acto terrorista en Estados Unidos", urdido por "facciones del gobierno iraní", que incluía el asesinato del embajador de Arabia Saudita en Washington, Adel Al-Jubeir, y ataques con bomba contra las embajadas de ese país y de Israel. De acuerdo con la acusación presentada por el gobierno estadunidense, uno de los detenidos, el ciudadano iraní Manssor Arbabsiar, sostuvo varias reuniones en México con un agente infiltrado de la DEA que se hizo pasar por integrante de algún cártel del narcotráfico y a quien pagaría por llevar a cabo el atentado.

Más tarde, el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Julián Ventura, informó que el pasado 28 de septiembre personal del Instituto Nacional de Migración impidió el ingreso al país a Manssor Arbabsiar –sobre quien pesaba una orden de arresto girada por una corte de Estados Unidos–, emitió una alerta internacional y lo hizo regresar a territorio estadunidense, donde fue finalmente detenido.

Es pertinente recordar que uno de los rasgos característicos de la proyección internacional de Estados Unidos, particularmente en lo que se refiere a seguridad nacional, ha sido la difusión –con ayuda de los círculos de pensamiento cercanos al poder y de los principales medios de comunicación de ese país– de presuntos vínculos entre enemigos reales o imaginarios de Washington, independientemente de si tales nexos se corresponden con la realidad. El ejemplo más célebre de esa tendencia es la invención del llamado "eje del mal" por George W. Bush, que incorporaba a los gobiernos de Corea del Norte, Irak e Irán, los cuales eran presentados por el político texano como regímenes aliados entre sí –lo que no podía ser más falso–, además de cómplices del "terrorismo internacional".

En el caso concreto de nuestro país, desde hace tiempo el gobierno de Washington ha venido jugando con la idea de alianzas entre las organizaciones delictivas que operan en el territorio y grupos terroristas internacionales: baste citar, como botones de muestra, las declaraciones de la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, quien en febrero pasado sostuvo que la administración de Obama “ha estado pensando qué pasaría si Al Qaeda se uniera con los Zetas”; los dichos formulados un mes después por el director de Inteligencia estadunidense, James Clapper, quien aseguró que la narcoviolencia en la frontera con México supone una potencial amenaza terrorista para Estados Unidos y, más recientemente, las expresiones del senador republicano de Texas Michael McCaul, quien sostuvo que los niveles de violencia extrema al sur de la frontera "se ajustan totalmente a la noción de terrorismo".

Estas afirmaciones, a su vez, han de ser contrastadas con lo asentado por el embajador Carlos Pascual en un cable diplomático fechado en febrero de 2010, filtrado por Wikileaks y difundido por este diario: "Ninguna organización terrorista internacional conocida tiene presencia operativa en México ni han tenido lugar incidentes terroristas dirigidos contra personal o intereses estadunidenses en territorio mexicano u originados en él".

La supuesta conjura contra las embajadas israelí y saudiárabe en Washington es poco verosímil por sí misma, pero resulta preocupante que las propias instancias del gobierno vecino se empeñen en involucrar a México en ella, así sea mediante falsos narcotraficantes.

No debe olvidarse que, aunque lo dicho ayer por Holder carezca de elementos de sustento en la realidad, el telón de fondo ineludible de ese presunto atentado frustrado es el creciente protagonismo de Estados Unidos en la "guerra contra el narcotráfico" emprendida por el gobierno calderonista y la correspondiente abdicación de este último a potestades y responsabilidades soberanas en materia de inteligencia y seguridad.

Así pues, no puede descartarse que el propósito real de esta revelación sea potenciar el injerencismo estadunidense en el proceso de violencia que se desarrolla en México y dar sustento a las cada vez más desembozadas propuestas de intervención militar por parte de diversos políticos y funcionarios estadunidenses.

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Cuántos capos, como El Chapo, están tranquilos en EU, dijo Calderón en la entrevista con NYT

Hay que preguntar a las autoridades aduanales de ese país por qué no lo han capturado, señaló

Periódico La Jornada
Miércoles 19 de octubre de 2011

Una versión de la entrevista completa concedida por el presidente Felipe Calderón a The New York Times (NYT) fue divulgada por el diario –tras la polémica desatada por sus declaraciones contra priístas–, en la cual también se pregunta “¿qué lleva a (Joaquín) El Chapo Guzmán a tener a su familia en Estados Unidos?” y "¿cuántas familias o cuántos capos mexicanos estarán más tranquilos en el lado norte de la frontera que en el lado sur?"

Sobre la causa por la que aún no se ha aprehendido a El Chapo Guzmán, en particular tras darse a conocer que la esposa del capo dio a luz en Estados Unidos sin que fuera detenida, afirmó que “eso habría que preguntárselo a las autoridades aduanales estadunidenses, porque la aduana que tiene que cruzar para ir a Los Ángeles es la de Estados Unidos, no la de México. Y si El Chapo estuvo en Los Ángeles, yo me pregunto, ¿los estadunidenses por qué no lo atraparon. No sé si estuvo en Los Ángeles, pero son preguntas para mí”.

El Ejecutivo federal aseguró que El Chapo Guzmán “no está en territorio mexicano; supongo que está en territorio estadunidense. Aquí lo sorprendente es que él o su esposa están tan tranquilos en Estados Unidos, lo cual me lleva a preguntarme, bueno, ¿cuántas familias o cuántos capos mexicanos estarán más tranquilos en el lado norte de la frontera que en el lado sur? ¿Qué lleva a El Chapo Guzmán a tener su familia en Estados Unidos?”

Pese a no haber logrado la detención del líder del cártel de Sinaloa, el Presidente destacó que no está frustado. "No soy amigo de las frustraciones ni de las angustias. Son palabras que hace rato quiero erradicar de mi léxico".

Sin embargo, puntualizó que en el caso de El Chapo “sospechamos que tiene un área de influencia en la Sierra Madre Occidental, entre los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa, que le permite una gran movilidad y que cualquier operativo que hacemos para capturarlo tiene manera de detectarlo a decenas de kilómetros y horas de distancia”.

En la entrevista con el NYT, Calderón señaló que durante su administración el Ejército Mexicano ha estado “unas dos veces en el sitio en que horas antes estuvo El Chapo, pero tarde o temprano caerán él y otros líderes”. Cuestionado sobre si lo prefiere vivo o muerto, aseguró: "yo francamente no le deseo la muerte a nadie".

Tuesday, October 18, 2011

Labour sympathizers 'blacklisted': union

Mexican workers face hurdles coming to Canada

Source: Vancouver Sun / Oct 18, 2011


A Canadian labour union representing migrant farm workers in British Columbia is claiming the federal government of Mexico, along with its Vancouver consulate, conspired with two Fraser Valley employers to keep as many as 100 of its members - all of them Mexican nationals - out of the country because they are union sympathizers.

"Mexico is trying to play fast and loose with the law here. There needs to be a deterrent," said Andy Neufeld, communications director with the United Food and Commercial Workers Canada Local 1518, the union that represents seasonal workers employed at Floralia Farms and Sidhu and Sons Nurseries.

Workers won the right to certify under the UFCW in 2010 after a protracted labour dispute with their employers.

In documents filed in support of its complaints with the Labour Relations Board, the union alleges the government of Mexico has since acted to deliberately block specific workers involved in that certification drive from returning to Canada under the federal Seasonal Agricultural Workers Program.

The program allows agricultural employers in Canada to hire seasonal workers from Mexico and Commonwealth Caribbean countries for up to eight months every year. In B.C., workers are typically employed in greenhouse operations, picking fruit and vegetables, as well as packaging and freezing products.

Each year workers must re-apply for a visa, and are subject to the selection and approval of their own governments.

Neufeld said the alleged blacklisting of its citizens by the Mexican government is a "clear violation" of B.C. legislation, which protects union members and supporters. "You cannot do that. That's a right that every person in B.C. has, whether you are a migrant worker or not," he said.

The union was unable to provide a specific number of people it believes has been affected by the so-called blacklisting, but suggests it could be up to 100.

Mexico has filed its own documents with the LRB, made available by the union, advising the board it has no authority to intrude on the "sovereign actions" of a foreign state related to its own citizens. The Mexican consulate also emailed a written statement to The Vancouver Sun in response to an interview request.

"The mandate and actions of this Consulate are within the framework of the Bilateral Agreement between Canada and Mexico concerning the seasonal agricultural workers program. In our case, the only agenda and genuine interest is to work in favour of our workers. No black list has ever existed and we have no comments concerning other allegations," the statement reads.

Sidhu and Sons, whose managers also responded to The Sun via email, has filed a separate application with the LRB to dismiss complaints against it. According to the email, a collective agreement has been in place at the operation since November, 2010. However, earlier this year, in April, workers decided to cancel their union certification. That application is still before the LRB.

A phone call to Floralia Farms was not returned by press time.

Hearings in the matters are scheduled to begin before the LRB in February, 2012.

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Tougher language rules proposed for immigrants

Proficiency must be proven before writing exam

Source: agencies


The Harper government is proposing changes to the Canadian citizenship process that would force immigrants to prove their proficiency in English or French before being able to write an exam and be considered for acceptance into Canada.

Currently, immigrants between the ages of 18 and 54 must prove their language proficiency through a multiplechoice written test, which federal officials believe "does not adequately assess listening and speaking skills" that are needed for effective integration into Canadian society.

The proposed changes, which would affect about 134,000 applicants a year, would require immigrants to prove they can speak English or French when they submit their first application for citizenship, which immigration officials believe will streamline processing of the applications.

"The ability to communicate effectively in either French or English is key to the success of new citizens in Canada," said Immigration Minister Jason Kenney in a statement on Friday. "This change will encourage applicants to ensure that they can speak English or French when they apply for citizenship, thereby improving the integrity and effectiveness of the citizenship program for Canada and for new Canadians alike."

Proof would require immigrants to submit results of the English or French language proficiency test approved for immigration purposes by Citizenship and Immigration Canada, proof of secondary or post-secondary education in French or English, or proof of completion of a languagetraining course such as the federally funded Language Instruction for Newcomers to Canada.

Other language proficiency tests used previously for immigration to Canada could also be considered proof, immigration officials said.

"It is expected that the majority of citizenship applicants would already have evidence that they could submit with their application," a government notice of the proposal stated. "Therefore, the requirement is not anticipated to pose a burden on the majority of applicants."

Max Berger, a Toronto immigration lawyer, said the changes would pose "an unnecessary burden" on economic immigrants who have already demonstrated their English or French proficiency in order to receive permanent residency.

"If it ain't broke, don't fix it," he said. "There's no burning need for these changes."

Those who would be affected by the new rules are refugees, citizens who sponsor a husband or wife and the spouses of economic immigrants, he said.

In the past, the citizenship test has "always been considered good enough to assess one's ability in one of the two official languages," he said.

"If you've ever looked at the citizenship guide, you have to have a pretty good knowledge of English or French to get through and understand it," said Berger. "The citizenship test has proven the test of time."

David Matas, a Winnipeg-based immigration lawyer, said the new rules make application processing easier for the federal government, while making the application more cumbersome for immigrants.

"I think government should be user-friendly," he said. "Putting people through hoops for bureaucratic efficiency, I don't think that's user-friendly."

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In Canada, English name a clear advantage in landing job: survey


VANCOUVER — If your name is Alison Johnson or Matthew Wilson, an inventive national study suggests you could do better in the job market than if you go by Min Liu, Samir Sharma or Lukas Minsopoulos.

A comprehensive survey of employers in Vancouver, Montreal and Toronto has discovered that job applicants with English-sounding names have a much better chance of receiving a callback than if they have Chinese, Indian or Greek names.

Released Friday, the report, titled "Why do some employers prefer to interview Matthew, but not Samir?" is based on employers' response rate to thousands of online job applications.

The study, supported by Metropolis B.C., a federally funded diversity-research agency, was conducted to find out why recent immigrants are struggling much more in the Canadian job market than immigrants in the 1970s did.

To test possible discrimination by human resource officials in Canada's largest and most multi-ethnic cities, researchers sent dozens of employers identical resumes — changing only the name of the applicant.

On average, University of Toronto researchers Philip Oreopoulos and Diane Decheif found that resumes featuring English names were more than 35 per cent more likely to receive a callback than a resume featuring Chinese, Indian or Greek names.

Of the three cities surveyed in 2010, however, the study discovered Metro Vancouver employers, both large and small, were the least swayed by the ethnicity of applicants' names.

In Vancouver, resumes featuring English names were just 20 per cent more inclined to get a callback than those with Chinese or Indian names.

The Metropolis B.C. study is the first of its kind to cover ethnic hiring practices in three major Canadian cities, as well as to quiz recruiters about why they make their hiring decisions. It also suggests ways to combat possible bias.

The researchers interviewed time-pressed Canadian employers who told them they were highly concerned that job applicants with foreign backgrounds would have inadequate English-language and social skills for the Canadian marketplace.

But the researchers also suspect many recruiters, who they found fearful of making a "bad hire" in a tough economic climate, were making many decisions based on "subconscious" ethnic discrimination.

"It should not be overlooked that many recruiters are clearly concerned that immigrants may lack critical language skills for performing well on the job," concluded Oreopoulos and Decheif.

"It appears that many employers' unconditional concerns are based on real productivity worries. (However) we cannot rule out that the stated reasons for discrimination belie underlying prejudice."

The researchers theorized that name-based discrimination may well be a factor in Canada, since recruiters did not seem to improve their callback rates if resumes emphasized that applicants with Chinese, Indian or Greek-sounding names were fluent in English or French and a mother tongue.

The extensive study for Metropolis B.C., whose federal funding will run out this year, was conducted by having researchers respond to online job ads in Montreal, Toronto and Vancouver. Each sample resume said that the applicant had a bachelor's degree and four to six years' experience.

In a related test of Canadian hiring practices involving immigrants, the researchers sent out a series of virtually identical resumes to company recruiters — changing only the country in which the applicant had job experience.

"We find that employers value Canadian experience more than Canadian education when deciding to interview applicants with international backgrounds, suggesting that employers are more interested in internationally born applicants with more Canadian experience," wrote Oreopoulos and Decheif.

Recognizing the importance employers place on good language and communication skills, the report recommends that recruiters find ways to efficiently assess an applicant's English or French — including by making quick phone calls to see if an interview would be worthwhile.

To counter possible ethnic discrimination in hiring, the authors also suggested that hard-pressed recruiters "consider masking names on applications before making initial interview decisions."

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El 15 de Octubre en Mexico

Carta abierta a la opinion publica

A los medios de comunicación
A los movimiento sociales:
Al pueblo de México:
A los ciudadanos del mundo:

¡Somos el 99% contra el 1%!

El sistema de produccion capitalista se alimenta de la acumulación a partir del despojo y la explotación. Esta etapa de la crisis mundial del capitalismo ha llevado a la humanidad al borde del precipicio, lo cual se refleja en el incremento de la explotación del ser humano, la destrucción de la naturaleza, creciente desempleo , caída de salarios, deficiencias en la educación, salud, alimentación y vivienda. La crueldad del capitalismo es particular contra grupos como: niños, jóvenes, estudiantes, trabajadores, mujeres, indígenas, campesinos, la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual y Trangénero, ancianos, entre otros. Somos los nadies, el 99%.

Frente a esto se ve la respuesta de los pueblos en las múltiples manifestaciones que están llenando plazas en más de 950 ciudades, entre ellas Santiago de Chile, Madrid y en el mismo corazón del capitalismo, Nueva York. En el ámbito nacional 40 familias de han apropiado de la riqueza de todos. Representados por la clase política y los poderes fácticos legales e ilegales, que actuando como criminales cumplen la función de mantener este sistema destructor. La actual guerra contra el pueblo, disfrazada de guerra contra el narcotráfico, es el instrumento protector del sistema contra la protesta social fomentando el terror, desapareciendo, torturando y asesinando. Por ello consideramos que el profundo cambio político, económico y social, que necesitamos, no vendrá de los partidos políticos ni de las instituciones subordinandas al sistema.

En este contexto se están dando diferentes formas de lucha entre las que se encuentran el ejemplo del doctor Edur Velasco, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, quien mantiene una huelga de hambre con el cual nos solidarizamos y acompañamos acampando frente a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

Hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales, cívicas y políticas, a los indignados y al pueblo de Mexico en general a:

1) Construir un espacio de análisis y reflexión en donde se conjunten y conjugen los esfuerzos de todos a partir de sus necesidades y problemñaticas;

2) Reforzar el plantón permanete frente a la BMV y hacer de este espacio un atrinchera de lucha que como objetivo tenga abolir las condiciones de opresión, explotación, exclusión y marginación en las que el 1% mantiene sumergido al 99% de la sociedad y muendial.

¡Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen!

Wednesday, October 12, 2011

Looking for work? Join the club

Regina program for immigrants draws on the power of the group

Read article at Ottawa Citizen News


Here's a challenge: Cross your arms in front of you. Hold that for a second.

Now, take the top arm and put it beneath the other arm.

Feels strange, no? Gail Vandebeek uses that little exercise to make an important point: You sometimes must break out of familiar routines.

It's one of the points she's getting across to a "job-finding club" she and colleagues from Dragon 9 Training are overseeing for the Regina Open Door Society, which works with immigrants.

"It's a numbers game," says Vandebeek.

"The more calls, the more interviews you get - and the more your chances of getting a job.

"If you just stay at home, and watch TV, you're not going to work. Their job here is to find a job."

Hanging over everything, fellow instructor Rick Urbanski tells the dozen or so students in a sunfilled classroom another statistic: Only 20 per cent of job openings are advertised publicly - that is, on a website or in a newspaper.

The challenge facing the job seeker is to make calls and contacts that find those other jobs.

The membership of the club is cosmopolitan: Philippines, South Korea, Ethiopia, from India via England, Nigeria, Bhutan, Jordan and Kuwait. It's well-educated, too, with university degrees galore.

This two-week class involves not only learning how to make cold calls on potential employers, but also charting them on a wall chart that everybody can see, along with the number of letters and resumes sent out.

Attendance is taken and everybody signs "commitment sheets." That emphasizes what Vandebeek calls the power of the group - the synergy that comes from working together and sharing ideas and life lessons.

"They become mentors for each other," she says.

There's also role-playing, instruction on writing a resume and a cover letter, plus what Urbanski calls "the most important element: " writing a thank-you letter after every meeting with a potential employer.

There are also some interesting tactics, like doing research into an organization by asking its managers about what makes a good employee.

Urbanski says what often "seals the deal" is asking those managers how they got their own job, as experience has shown that people like to talk about what they've learned. And if job seekers can swing it, they should consider volunteering for a short, unpaid internship at an organization, so they can showcase their skills, he says.

Urbanski is keen to have job seekers realize they don't have to be passive, that they have the power to present themselves to potential employers, "It's not the employer just finding you; it's your job to find the employer."

In turn, employers need to know new arrivals bring energy and, often, considerable education and experience and the determination that brought them here in the first place.

"I don't think employers realize what these people can bring to them, to the workplace and to their employees."

Monday, October 10, 2011

Pues los indignados en Mexico comenzaron a manifestarse desde la oposicion al fraude electoral, cuando se tomo Reforma y ahora nuevamente con las caravanas al norte y al sur de Mexico..!

¿Dónde están los indignados en México?
Nada cambiará hasta que salgan a las calles
Por: Jorge Ramos
Source: Univision Noticias

CIUDAD DE MEXICO - La queja es un coro. Las cosas en México están mal. El país va en la dirección equivocada. No solo lo dicen las encuestas. Son las voces de millones de mexicanos. Basta oirlos.

Pero la pregunta es ¿dónde están los indignados en México? ¿Dónde están esos jóvenes mexicanos dispuestos a plantarse en el zócalo y en todas las plazas del país hasta que las cosas cambien? ¿Dónde están los mexicanos que -después de gritar “ya basta” de pobreza, desempleo, violencia, inseguridad y falta de oportunidades- presionan y presionan a los gobernantes hasta que las cosas cambien? ¿Dónde?

He estado siguiendo muy de cerca las rebeliones de la “primavera árabe” en Túnez, Egipto y Yemen, entre otros países, y el movimiento de “los indignados” en España, Francia y Grecia. Son, en su mayoría, jóvenes que están provocando un cambio.

Organizados a través de Twitter y Facebook, los jóvenes árabes han derrocado dictadores y destruído regímenes autoritarios. En el caso de los europeos, están obligando a las autoridades a rendir cuentas, a presentar resultados concretos de sus demandas y a adelantar elecciones. ¿Por qué no pasa eso en México cuando tenemos más quejas y más asesinados que los españoles?

Las marchas por la paz -y ahora la “ruta del dolor”- organizadas por el poeta Javier Sicilia y los juicios públicos hechos por los padres de las víctimas de la Guardería ABC son un maravilloso ejemplo de la fuerza de la gente. Pero mi frustración con estas masivas manifestaciones de inconformidad es que, después de realizadas, no pasa nada. Nada.

Las cosas siguen igual. El presidente Felipe Calderón sigue sin cambiar su fallida y mortífera estrategia contra el narcotráfico. Los asesinados se amontonan unos sobre otros. Y muchos de los responsables de la muerte de 49 niños en la guardería de Hermosillo en el 2009 siguen libres. Todo sigue igual. Las protestas ciudadanas, aparentemente, no tuvieron ningún resultado concreto.

Y por eso la indignación sigue, peligrosamente, creciendo.

Es indignante que el presidente Calderón no quiera cambiar una estrategia antinarcóticos que ha costado 40 mil vidas. 2011 puede ser uno de los años más violentos desde la revolución.

Es indignante que la principal exigencia de los mexicanos a su gobierno ya no sea trabajo, escuela y salud. Ahora piden lo más básico: que no me maten. El ejército no ha podido.

El 57 por ciento de los mexicanos cree que los narcos están ganando la guerra; solo un 19 por ciento cree que el gobierno gana, según la encuesta de Mitofsky para la asociación México Unido contra la Delincuencia.

Es indignante que uno de cada dos mexicanos haya sufrido en carne propia un crimen o delito. Son las matemáticas del terror. La cosas empezaron mal. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México reportó que del 2006 al 2008 hubo aproximadamente “48 millones de víctimas de delitos en todo el país”.

Es indignante que una maestra de Monterrey tenga que poner en el piso a sus niños de kinder y mantenerlos ahí cantándoles para que no los mate una bala perdida en un tiroteo.

Es indignante que el principal encargado de la economía en México, el precandidato presidencial y Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, diga que “hace mucho que México dejó de ser un país pobre” y que con unos 550 dólares al mes una familia mexicana puede pagar casa, coche y colegiatura.

El Tecnologico de Monterrey calcula que en México hay 54 millones de pobres. Unos, sí, se van a Estados Unidos; es la válvula de escape a la indignación. Pero la mayoría se queda.

Es indignante que haya tantos expresidentes, tantos exgobernadores y tantos exfuncionarios priístas que viven como millonarios a pesar de haber tenido casi toda su vida puestos y salarios públicos. Es indignante que muchos de ellos no estén en la cárcel y que ni siquiera hayan rendido cuenta de sus ganancias y del uso de partidas secretas.

Es indignante que los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo ahora se quieran hacer pasar por “demócratas” cuando cada uno de ellos fue elegido a dedazo y de la manera más fraudulenta y autoritaria.

Es indignante que con tanta indignación no haya un movimiento de indignados en México.
Sé -porque conozco a muchos y soy uno de ellos- que México está lleno de indignados. Están dadas todas las condiciones para un masivo movimiento ciudadano, no violento, que ciembre al país y haga temblar a sus inefectivos gobernantes. A veces tengo esa sensación de que algo está a punto de brotar o de explotar en México.

La “primavera mexicana” puede ser en otoño o invierno. Falta la chispa.

¿Dónde están los indignados en México? Por ahora, en su mayoría, en sus casas y en sus oficinas, no en las plazas y en las calles. Y así no viene el cambio. El cambio en México viene de abajo para arriba.

Pero mientras los indignados mexicanos no actúen, no exijan, no desenmascaren a sus gobernantes, no protesten, no pregunten, no desmaquillen a México, no incomoden, no propongan…nada va a cambiar.

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NOTA: Los indignados en la Ciudad de Mexico estaran presentes, este 15 de Octubre reuniendose en el monumento a la Revolucion Mexicana (12 am), y otros lo estaran haciendo en otras ciudades de Mexico.

Ver video:




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Occupying Wall Street

Like many people around the world, I’ve found the nascent Occupy Wall Street (OWS) action attention-grabbing and thought-provoking. The link in the previous sentence is to their own site run out of that park in lower Manhattan.

Way back in the same week that I launched this blog, I argued that the chief virtue of Democracy isn’t that the population can be trusted to pick the right policies (we can’t) nor even to pick the right people (check out recent history). But the general public can reliably be trusted to detect the condition where they are being badly ruled: Oppressed, robbed, cheated, or otherwise abused. In a democracy, when the people notice this, they can discard their current government without having to shed blood. With this alone, you have most of democracy’s upside; without it, you have nothing.

The standard critique of OWS is that they haven’t offered a clearly-written program of action. I think this may be a virtue, actually. I think OWS is a symptom of a fairly-widespread perception that:

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A large number of people in the finance business enriched themselves to the tune of billions in a manner that feels essentially like bald-faced theft. Nobody has been punished. Very few of these people even experienced much in the way of financial setbacks, because they were bailed out with other people’s money. As in, yours & mine.

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The general degree of inequality, whether measured in money or power, seems unreasonable.

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The political system seems structurally unable to take any action which runs counter to the interests of the finance-industry elite.

I think those perceptions are broadly correct, and I think it’s reasonable to be angry about them, and to engage in political action: This is what politics is for.

Street protesters’ demands work best when they’re simple enough to fit in a short declarative sentence, for example “Mubarak must go”. In this case the appropriate courses of corrective action aren’t like that, involving things like a financial-transaction tax, separation-of-concerns regulation, and eliminating institutions which are “too big to fail”.

So, it isn’t OWS’ job to make the proposals, anyhow; that’s what professional politicians are for. Their job is to express popular anger in a way that convinces the pros that taking immediate strong action is in their own best interests.

Looks like they’ve made a good start.

Thursday, October 06, 2011

Foreign workers speak out during police investigation

By Steve Arstad - Keremeos Review
Published: October 05, 2011

Part of the police investigation involving farm labourer Martin Hernandez included interviews with Mexican workers who provided the following statements. Sandy Diaz-Hart acted as interpreter for the police during the investigation.

A worker who was witness to Hernandez’ original accident, Ignacio Lopez, also witnessed his fall from the ladder.

“Martin eventually called Sandy because no one else would help him out,” Lopez said. He also stated that the workers were prohibited from asking anyone (helping the workers) to set foot on his property.

When asked if he was paying rent, Lopez replied that deductions of up to $550 per season were taken from the workers pay. He was under the impression that whoever the workers invited in to provide help was their right.

“I have been unhappy since I came here,” he continued, “the living conditions are so bad - nothing is being done about it.”

He also indicated that he was upset about the treatment they were receiving on the farm, and that he had had previous issues with the employer.

A second interview involving fellow worker Carlos Areaas revealed that although he did not witness the two accidents, he was in the vicinity.

He described the scene following Hernandez’ fall from the ladder. It appeared to him that Hernandez did not receive any assistance.

“The conflict started when Martin called the cousulate,” Areaas stated. “We are thankful for Sandy - she is the only one helping us.”

Areaas also had had heated exchanges with the employer, and had called the consulate himself in the past over another matter.

“He gets mad because we don’t speak English,” he answered to a question as to whether comments were directed at the workers were of a racial nature.

In describing the nature of the workers accommodations, Areaas described their situation as being four workers in a house with a stove that only had one working element.They slept on mattresses on the floor, there was no facility to do laundry, and the house was infested with ants and mice.

Next week: The Review speaks with other members of the foreign labour community, as well as other agriculturalists involved in the program. We also review the roles of the two federal agencies involved in the program.

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Foreign workers program needs oversight

By Staff Writer - Keremeos Review
Published: October 05, 2011

As the end of the season approaches for the region’s agriculturalists, news arises of problems surrounding the area’s other transient farm labourers - foreign workers who are in the valley by way of an international agreement.

Even though this group shares common labour, their issues are completely different from those we have been hearing about amongst the Similkameen’s transient Canadian farm labour force.
There is a demand for the foreign labourers, as many farmers find that for the most part, foreign labourers are productive. And, because both parties are under contract, agriculturalists can count on this type of labour for the full growing season - they won’t find themselves short of labour because their workers suddenly decided to pull up stakes and leave town, as some farmers have experienced with other forms of migratory labour.

In the case of the region’s Mexican workers, of which there are several hundred, it appears that these contract workers are for the most part at the mercy of their employers once they arrive here in B.C. Most of them do not speak English; they have no access to motorized transportation, and rely to a great degree on the ethical character of their employer to treat them according to their contractual obligations while they are here. If their situation is being abused in any way, they seem to have very limited means to get assistance. Fear of being cast as a troublemaker, or of losing their jobs is adding to the problem, as some abuses apparently go unreported.

The benefits of the foreign agricultural workers program is mutual. If reports of certain abuses within the system are occurring, it is imperative that the parties who are administering the program do some investigating and take corrective measures if necessary. These workers are in a position that could be described as marginalized; we have a duty as a modern, world leading democracy to look out for their welfare while they are here.

There is also the prospect that failure to ensure that contractual obligations are being fulfilled could also be damaging to the nation’s reputation on an international scale.