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Monday, June 11, 2012

Carta de los paisanos que residen en Washington:

En Washington también #somos 132

Compañeros del movimiento #Yo soy 132: Somos mexicanos sin partido que, por diferentes razones, salimos del país y residimos en Maryland, Virginia y Washington DC, capital de Estados Unidos.
También nosotros fuimos obligados a salir del país a razón de la injusticia social y económica y de la descomposición y degradación de la vida publica, especialmente la del gobierno. Expresamos nuestra admiración, respeto y apoyo, haciendo pública nuestra decisión de unirnos al movimiento en sus razones, principios, acciones y demandas. Suscribimos sus documentos y declaramos que en Washington DC ¡también #Somos132!

Ayer domingo marchamos de la Casa Blanca a la embajada de México, donde nos manifestaremos para exigir una democracia verdadera; que las elecciones del 1 de julio sean limpias, libres y democráticas; para expresar nuestro rechazo a la guerra sucia. Nos manifestaremos por la veracidad en la información y contra la manipulación en los medios de comunicación, así como contra la pretensión de imponer como presidente de México a Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, contra el derecho del pueblo de elegir a sus gobernantes.

Compartimos su sentir y anhelos, deseamos y luchamos por un cambio que nos dé una vida digna a todos los mexicanos y que ponga en el camino de la paz, la justicia y el progreso a nuestro país. Juntos podemos rescatar a México.

Gracias por devolvernos la esperanza y por su ejemplo. No se rindan jamás.

Por Washington DC, #Somos132: Ricardo Juárez Nava (ricardo@mexicanossinfpronteras.org)

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Video: el almohadazo comenta articulo de The Guardian, sobre pagos a Televisa por apoyo a EPN



Cual es el aporte del movimiento #YoSoy132

Los 132, The Guardian y el miedo
Carlos Fazio
 
 
En la etapa, la inercia del consenso político prefabricado y del borrón y cuenta nueva que quiso imponer el bloque dominante vía campañas de saturación mediática desde principios de 2006, hace aguas. 

La verdad monolítica, de estirpe maniquea y guerrerista que ha buscado implantar Felipe Calderón, también. El terrorismo de Estado pro oligárquico no logró el silenciamiento social. Los agentes del poder violento que mediante el caos, la tortura sistemática, la desaparición forzada y la ejecución sumaria extrajudicial quisieron lograr la sumisión y la parálisis de la sociedad gobernada –bajo la fachada de una guerra a las drogas– fracasaron. También los papagayos y cagatintas de los medios, asalariados del poder real, y reproductores de la verdad oficial y la ideología dominante.

La puntería del movimiento estudiantil #YoSoy132, con su exigencia de juicio político a Calderón, Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo, volvió a exhibir al régimen autoritario encarnado por los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, en tránsito hacia un pretendido Estado policial de tipo concentracionario. También fue certero el señalamiento del duopolio de la televisión (Televisa y Tv Azteca), como los principales instrumentos para la manipulación sicológica de la sociedad. Y si el despertar estudiantil erosionó el mito del candidato invencible y precipitó el regreso a una guerra sucia electoral siempre latente contra el enemigo a exterminar: Andrés Manuel López Obrador, las revelaciones del diario inglés The Guardian documentan colusiones varias, demuestran que los poderosos nunca pueden dormir tranquilos y dejan entrever fisuras en el bloque dominante.

En un sentido más profundo y difuso, aflora en la coyuntura el movimiento pendular de la guerra a la paz y de la paz a la guerra. Aunque siempre ha estado ahí, de la paz política del falaz discurso massmediático regresamos, a la manera hobbesiana, a una guerra de todos contra todos. Esa que oculta el enfrentamiento entre el poder despótico y las diversas resistencias que se manifiestan en el territorio nacional, desde las autonomías zapatistas en Chiapas, al valle de Juárez, en Chihuahua, pasando por Atenco, Oaxaca, Cherán, la Normal Rural de Ayotzinapa, el territorio sagrado de Wirikuta y otras latitudes del gran camposanto (Javier Sicilia dixit) en que ha convertido al país Felipe Calderón.

No está de más recordar que la guerra y el terror se diferencian de la política sólo por los medios, pero sin abandonar los fines, que siguen siendo los mismos. Exhaustos de soportar el miedo y el terror de la guerra de Calderón, para muchos mexicanos las elecciones de julio son una opción para alcanzar una paz política que no se muestra como lo que en verdad es: una tregua. En su esencia finalista, el cambio verdadero desafía al orden establecido. De allí que los que mandan –los señores del dinero que ejercen el poder real–, recurrirán una y otra vez a la fuerza si sus intereses se ven amenazados.

Como un continumm desde la matanza de Tlatelolco y la guerra sucia de los años setenta, pasando por el cerco militar de aniquilamiento contra el zapatismo en Chiapas, el Estado oligárquico amenazado recurre hoy al terrorismo mediático. Lo hace a través de tres mecanismos diferentes pero complementarios: la manipulación sicológica de las masas a través de la propaganda; el adoctrinamiento sicológico del personal de los órganos coercitivos del Estado y, en un tercer nivel, mediante la selección y preparación de los diferentes cuerpos especializados de la guerra antisubversiva, entre ellas, el adiestramiento específico en las llamadas técnicas de interrogatorio. El conocido tercer grado de la Gestapo, es decir, la tortura.

Disociados en apariencia, todos esos mecanismos están presentes en México. Incluida la tortura, y su punto límite, la desaparición de personas. Todos, han sido identificados de alguna manera por los integrantes del movimiento estudiantil #YoSoy132. Los universitarios están haciendo la tarea. Descubrieron que no alcanza el grito indignado, y están intentando comprender la magnitud y la naturaleza del horror; el origen y la naturaleza del discurso que justifica la barbarie, para decodificarlo y desmontarlo. Han identificado los mecanismos de una práctica autoritaria que echa mano de individuos conformados en la llamada personalidad autoritaria, prejuiciosa y conformista, que alude específicamente a una irracional modalidad de manejo de los valores ideológicos, políticos y morales, condicionada social y culturalmente.

La personalidad autoritaria –propia de los torturadores del sistema y de los comunicadores que generan opinión pública– trabaja para la malformación de la conciencia social. Sobre la base de una profunda desinformación, la manipulación sicológica se encamina siempre hacia la exacerbación de la ambivalencia, en particular en el terreno de los fines y valores que movilizan a la persona. Paralelamente, se les ofrece a los individuos una escala de valores falsa, irracional y prejuiciosa, que logra imponerse en función de la minimizada capacidad crítica de las mayorías y con base en la persistencia propagandística de una versión estereotipada de la realidad.

Como en el torturado y en el entorno de las víctimas de la carnicería calderonista, la guerra sucia mediática electoral busca que el individuo viva en una constante tensión entre el miedo y la resignación. El sujeto queda sometido a un mensaje de doble lazo. De un lado la orden: No te metas, que busca la intimidación y la parálisis por el terror. Del otro, lo intolerable del horror empuja al compromiso político y ético. El silencio y el olvido son aliados o cómplices del terror. En un país polarizado y torturado, la palabra engendra el esclarecimiento. Horizontalizar el pensamiento crítico genera conciencia social y ayuda a erosionar el voto del miedo. Ese es el gran aporte del movimiento #YoSoy132.

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Solidaridad mexicana e ingratitud española

José Luis Reyna




Apartir de 1937, en vista de la avanzada franquista en España contra la República, el presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) encabezó y encauzó personalmente el apoyo a las víctimas de la tragedia española, y dictó las primeras medidas para abriles las puertas de su país. “Cárdenas (…) inició así uno de los esfuerzos nacionales de solidaridad internacional más ejemplares de este siglo.

La amplia ayuda que prestó el gobierno cardenista a los refugiados republicanos españoles desplazados por la Guerra Civil fue única en la historia de las relaciones internacionales de esos años” (Clara Lida. La Casa de España en México. El Colegio de México, 1988).

Fue, en verdad, un gesto humanitario del presidente Cárdenas al ver una España sumida en la barbarie, y su República en manos de los fascistas. A pesar de la flaqueza de las arcas públicas de esa época, la administración de Cárdenas creó una institución intelectual para cobijar y proteger a profesionales, académicos y artistas que, por oponerse a Francisco Franco, fueron objeto de persecuciones y vejaciones que podían llegar, con frecuencia, al exterminio mismo. El exilio español y su acogida en nuestro país hizo posible la creación de la Casa de España (1938). Dos años después se convertiría en El Colegio de México (1940).

Cárdenas fue el promotor político de esta empresa académica. Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas fueron los organizadores intelectuales de la misma. En 1939 se decidió que Alfonso Reyes, ilustre escritor y hábil diplomático, presidiera La Casa de España. Cosió Villegas, un hombre de gran visión, fundador del Fondo de Cultura Económica (1934), fue el secretario de la institución recién nacida.
La Casa acogió a un grupo de destacados intelectuales españoles, independientemente de la ayuda que hizo con otros grupos de exiliados. Coadyuvó, por ejemplo, a que se instalara la primera sede del gobierno de la República en el exilio. La Casa, y después el Colegio de México, representan una inflexión en el conocimiento y en el quehacer, particularmente de las ciencias sociales y las humanidades. Los trasterrados españoles que fueron recibidos en La Casa (otros fueron cobijados por la UNAM y el Politécnico) representaron una redefinición, de enormes dimensiones, del quehacer intelectual de nuestro país.

Sin mencionar nombres ni logros de los que vinieron, puede afirmarse que los intelectuales españoles le imprimieron un rumbo diferente a la investigación social y humanista: empezaron a hacerla científicamente rigurosa. Su talento contribuyó a robustecer también al Fondo de Cultura Económica, hoy en día una de las casas editoriales más importantes de Iberoamérica, traduciendo libros fundamentales para estudiar disciplinas como la economía, la sociología, la política y el derecho, entre otras. El exilio español define un antes y un después como consecuencia de una España destrozada y que no se repondría hasta varias décadas después: a la muerte de Franco en 1975. Esa, sin embargo, es otra historia.

Poco tiempo pasó después de la muerte del dictador español para que México restableciera las relaciones diplomáticas entre los dos países, interrumpidas desde fines de los años 30. Se reanudaron en marzo de 1977 (16 meses después del fallecimiento del “caudillo”). Era el sexenio de López Portillo (1976-1982), pero el artífice del rencuentro fue el primer secretario de Gobernación de esa administración presidencial: don Jesús Reyes Heroles.

Octavio Paz destacó que “la reanudación de las relaciones diplomáticas entre España y México, era el esperado rencuentro de dos viejas amigas que mucho tenían que contarse”. (Revista Datamex, de la Fundación Ortega y Gasset en Madrid. Abril de 2007). Y así sucedió. Puede añadirse que en este periodo de 35 años las relaciones han sido fluidas y armónicas. Baste mencionar que México es uno de sus principales socios comerciales de España en América Latina. Ahí está, como ejemplo, la enorme inversión hecha en instituciones bancarias y financieras. Vale decir que España es el octavo socio comercial de México a escala mundial y que el comercio entre ambas naciones se estima, en la actualidad, en 6 mil millones de dólares. España, por cierto, es el país superavitario.

Habría que agregar el importante flujo turístico entre ambos países. Sin embargo, España dio un giro en este rubro y lastimó la relación bilateral: hizo de su política de ingreso a su territorio un problema que fustiga a los mexicanos (y a los ciudadanos de otras nacionalidades). Aunque no se exige un visado a los mexicanos, éstos tienen que cumplir con una serie de requisitos que, de no cumplirse, se traducen con frecuencia en desplantes soberbios por parte de las autoridades migratorias españolas.

La demostración: alrededor de 300 mexicanos han sido deportados por no cumplir con las exigencias requeridas por el gobierno español. El trato, cabe decirlo, carece de la cortesía elemental.
Por ahora, se tiene que cumplir con la obtención de una carta de invitación, cuyo trámite se tiene que hacer en España, por parte de algún particular que haya decidido invitar a un amigo o a un familiar. La gestión se tramita en la Comisaría de Policía. Ésta se encuentra facultada para expedir el permiso de entrada o para negarlo. El invitante, además, tiene que aportar la documentación que” acredite la disponibilidad de la vivienda”. Esto es, mostrar el título de propiedad del inmueble o el contrato de arrendamiento.

Las familias (españolas, mexicanas, hispano-mexicanas) que quieran invitar a un ciudadano mexicano (pariente, amigo) tendrán que enfrentar un farragoso entramado burocrático que, en muchos casos, se resuelve desistiendo de la invitación. La cancillería mexicana ha hecho el reclamo correspondiente sin que el gobierno español haya hecho algo para solucionar el problema que, en muchas formas, entorpece la que fue una fluida relación bilateral, dando así pie a que se imponga la soberbia y la arbitrariedad españolas. Algunos indicios, sin embargo, apuntan a que España está pensando en “suavizar” el problema, lo que sería deseable ocurriera pronto. Pero, por ahora, las exigencias burocráticas españoles se mantienen.

España es soberana y el punto no está a discusión. Sin embargo, tiene una deuda histórica con México: su exilio, sus perseguidos encontraron protección y, a muchos de ellos, les proporcionó las alternativas para su sobrevivencia. España, con el trato despótico dado a muchos mexicanos en su territorio, no corresponde a esos gestos que, en su momento, enaltecieron al gobierno mexicano. Ojalá rectifique. Si no lo hiciera, el gobierno mexicano tendrá que responder apelando a la reciprocidad.

Nota: este artículo se basó también en el libro de Clara Lida La Casa de España y el Colegio de México. Memoria, 1938-2000 (El Colegio de México, 2000).

Sunday, June 03, 2012

Arranca Cárdenas apoyo a AMLO.

MORELIA, Mich. (apro).- El exgobernador de Michoacán y líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, inició en Michoacán una serie de actos para apoyar al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

Este sábado el exjefe de Gobierno del Distrito Federal acudió a una comida a la cual asistieron 500 militantes de diversos puntos del estado, en el restaurante Quinta Real.

Ahí, el excandidato presidencial llamó a terminar con el sectarismo al interior del Sol Azteca y a fortalecer al partido para triunfar en la elección de este primero de julio.

En su discurso, Cárdenas Solórzano pidió a los perredistas michoacanos, incluidos los candidatos a senadores y diputados por Michoacán y el exgobernador Leonel Godoy, a fortalecer el partido en esta última etapa del proceso electoral.

Pidió en especial a los militantes terminar con los sectarismos internos que tanto han dañado al PRD.
Indicó que el PRD tiene el único proyecto de cambio real que hoy se está presentando en esta contienda electoral, “los únicos que representan un proyecto de cambio de rescate para que el país  pueda ejercer sin trabas su soberanía, ofrecer oportunidades de mejoramiento, para transitar a una democracia cada vez más participativa”.

Cárdenas Solórzano realizará por todo el país actos de apoyo a López Obrador, en busca del triunfo electoral de la izquierda, desde este sábado hasta lo que resta de las campañas.

El michoacano podría asumir la dirección de Petróleos Mexicanos si el aspirante del Movimiento Progresista gana la Presidencia de la República, pues éste lo ha invitado para que ocupe dicho cargo.
“Pero primero vamos a ganar la elección del primero de julio”, afirmó en breve entrevista el fundador del PRD, quien se mostró con cautela al respecto.

En su estilo parco, sostuvo que López Obrador “es la opción real que necesita el país”, mientras sus opositores Enrique Peña Nieto, Gabriel Quadri de la Torre y Josefina Vázquez Mota “son más de lo mismo”, consideró.

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Pongamos que son iguales, pero uno es fascista
Guillermo Almeyra
El doctor Perogrullo nos enseña que todos pertenecemos a la especie humana. Pero ésta reúne tanto a Gengis Khan como a Francisco de Asís, a Torquemada y a Rousseau, a Hitler y a Marx. En una palabra, somos todos iguales en la pertenencia a la especie, pero hay algunos iguales bastante diferentes. 

Esto vale para las candidaturas presidenciales: no es lo mismo quien pertenece a un grupo que robó, torturó, masacró y violó estando en el gobierno, y que tiene lazos estrechos con el narcotráfico y la trata de blancas, que aquel que es un honesto reformista del sistema y a quien, cuando mucho, se le puede criticar por sus carencias políticas. 

Un candidato a émulo de Díaz Ordaz no es igual que un seguidor desleído de Lázaro Cárdenas (todos ellos, por supuesto, iguales en lo que respecta a la defensa del capitalismo mexicano). 

Existe una diferencia cualitativa que sólo un irresponsable puede despreciar entre una legalidad retaceada y una dictadura civil-militar abierta.

Ahora bien, si AMLO no ganase, México se dirigiría velozmente a ese régimen dictatorial, ya que los sectores gobernantes y sus mandantes estadunidenses no tienen el consenso necesario para gobernar con una fachada democrática ni un aparato estatal controlable, pues el mexicano es un semi Estado en descomposición acelerada. Por eso las bandas del narcotráfico, los gobernadores convertidos en señores locales y el entrelazamiento de las cúpulas de las fuerzas armadas por los delincuentes y el imperialismo, añadirían su lucha sangrienta a la necesidad de la oligarquía de ejercer una brutal violencia contra toda movilización reivindicativa o democrática. Un fascista en Los Pinos daría el tiro de gracia al sistema nacido con la Revolución mexicana, que se basó en un pacto tácito con obreros y campesinos a cambio de la pasividad política de ambos, y la independencia misma del país estaría en peligro.

Eso, y no otra cosa, es lo que México se juega en estas elecciones. Por supuesto, en las urnas no caben el dolor, las esperanzas ni los esfuerzos por un cambio social. Los papeles que hay que esperar las llenen sólo garantizan la legalidad y legitimidad de un candidato, lo cual no es poco, aunque sólo es el comienzo del comienzo, ya que la verdadera lucha empieza el 2 de julio. En efecto, si no hay organización y voluntad decidida de los trabajadores y oprimidos para imponer una nueva relación de fuerzas en el país, ni siquiera está asegurado que el aparato estatal reconozca el contenido de las urnas. Las elecciones sólo miden la temperatura política del país; es la sociedad organizada y en lucha la que debe convertir los papelitos impresos en fuerzas reales para que se empiece a imponer un cambio social.

Queda un mes para convencer a los protagonistas de ese cambio. Las encuestas amañadas no consideran a quienes no responden para no decir qué piensan hacer, ni a los que mienten para no facilitar la posible represión, ni a quienes no tienen teléfono pero sí comprensión y decisión. Los medios de desinformación son medios de propaganda de la derecha. La batalla por las mentes entra ahora en la fase al rojo vivo. Por eso hay que oponer a los intoxicadores profesionales el teléfono popular de boca a oreja, la encuesta en la colonia o la comunidad, en el mercado, en el transporte público, la lucha por cada cabeza pensante.

La propaganda en favor del candidato de Morena deberá ser el subproducto, la consecuencia lógica de un esfuerzo colectivo por discutir y proponer soluciones antioligárquicas y anticapitalistas. Es indispensable una tarea de autorganización, porque sin ésta no se podrán controlar los resultados en las mesas ni se podrá asegurar un eventual triunfo electoral y, sobre todo, tampoco será posible imponer posteriormente un cambio real cuando, si gana AMLO, comiencen a presionarlo desde la embajada gringa hasta los corruptos elegidos por sus partidos aliados al Congreso y muchos de los que se prendieron de su carro para llegar al gobierno y después dirigirlo hacia la derecha.

Peña Nieto no puede dar ninguna respuesta a quienes denuncian las matanzas de sus familiares, porque él, sus iguales y su partido están del lado de quienes cometen esos crímenes. La candidata del gobierno de la derecha –que puso a agentes de los narcos en la lucha contra las drogas, militarizó el país y carga con la responsabilidad de decenas de miles de asesinados– nada puede decir contra esos delitos aberrantes cuando sólo propone la continuidad. El silencio de AMLO al respecto, en cambio, no es un silencio cómplice ni una expresión de impotencia política e intelectual. Ha criticado la represión en Atenco y los asesinatos masivos, que no desconoce, pero su política está dirigida hacia la victoria electoral (que, por supuesto, es imprescindible) y no hacia la movilización popular, y teme perder votos moderados si presenta propuestas de lucha. Ese cálculo, nos hemos cansado de decirlo, es erróneo y podría llevarlo a perder votos de los indecisos, que piden soluciones, no campañas. Pero los militantes de Morena no tienen por qué ser tan tímidos y cautos. Lo esencial ahora es demostrar a todos que quien se abstiene o vota en blanco abre el camino a los aparatos de Carlos Salinas y de Salinas Pliego, de Televisa y del PRI, de la banca y del imperialismo.

Quienes se abstuvieron en 2006 saben que votaron por Calderón y tuvieron como resultado decenas de miles de muertos. Quienes se abstengan en julio, votarán por el represor de Atenco, por el candidato a repetir el papel de Díaz Ordaz. Así de simple. Hay, por supuesto, almas puras que susurran: ¿cómo votar por un candidato burgués? Pero si no lo hacen corren el riesgo de contarse entre las primeras víctimas de una dictadura. Esperemos que despierten a tiempo.

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 Se movilizan mexicanos en Madrid y repudian el posible retorno del PRI

 - La mayoría son estudiantes, motivados por la urgencia de frenar la corrupción


Madrid, 2 de junio. Son en su mayoría jóvenes, estudiantes, mexicanos y tienen en común una convicción: el México actual no puede seguir por el mismo camino. Es momento de decir ¡basta ya! de corrupción, de mirar para otro lado sobre los principales problemas que aquejan al país, como la pobreza, la desigualdad, la violencia... Además son mexicanos residentes en el extranjero que decidieron crear el movimiento #YoSoy132 Madrid para compartir, desde la distancia, una contestación cívica que –sostienen– es apartidista, pero no apolítica y en ningún caso va a acabar el 1º de julio, sino que se convertirá en una forma de control y de exigencia para depurar la democracia mexicana.

El movimiento social de la primavera mexicana está traspasando las fronteras y hermanándose con otros fenómenos similares, como el 15M o la revolución de los indignados en España. Compartimos el mismo malestar por los mismos motivos, explicaron a La Jornada algunos jóvenes que se han sumado a la iniciativa y que ya están organizados y planeando los pasos a dar para articular su movimiento.

Cecilia Juárez (32 años) es indígena mixe y estudia una maestría en derecho fundamental. Su visión de México está condicionada por el maltrato histórico a los pueblos indígenas, los grandes olvidados. Explicó sus razones para sumarse a esta iniciativa ciudadana: Es un movimiento que ya se estaba esperando, pues en México las cosas están bastante mal. Y la debilidad de los candidatos, sobre todo del que está posicionado mejor, hizo que la gente reaccionara contra la política, pero también contra la manipulación de los medios de comunicación. Es un síntoma de que la inconformidad social va en aumento, que los sectores excluidos de la sociedad no son escuchados ni tomados en cuenta. En mi caso, que procedo del pueblo mixe, hemos estado en el olvido y precisamente por eso decidí sumarme a este movimiento.

Refugio Chávez (28), originario de Tijuana, quien estudia doctorado en gobierno y administración, afirmó: Aunque hay varios Méxicos, creo que el malestar es el mismo porque al final las instituciones son débiles y alguien tenía que decir ya basta. Estamos muy cansados de lo que sucede. Y queremos decir basta ya del control de los medios de comunicación que imponen sus intereses. Por eso decimos ya basta de decisiones políticas que no toman en cuenta ni a los pueblos indígenas ni a la gente que está sin trabajo, o que las políticas educativas están tomando un rumbo que no deberían. Y esto no sólo ocurre en México, está pasando en todo el mundo, en el que muchas voces estamos diciendo que el sistema como tal no está funcionando y los malestares son los mismos en todas partes. Por ejemplo, aquí en Madrid a través del 15M, o la primavera árabe o el Occupy Wall Street.
Salir y decir basta ya

Erick Alfredo Guerrero Márquez (40) es de la ciudad México y estudia un doctorado en políticas públicas, becado por la Agencia de Cooperación Española: “Este movimiento nos enseña que todo es posible. Que un mundo en transformación es posible en la medida en que pensemos que en cualquier parte del planeta hay personas, jóvenes y ancianos que les duele lo que pasa. Sólo tenemos que salir y decir basta ya. Y entonces todos esos malestares se van convirtiendo poco a poco en una agenda común. En el caso de México, los chicos universitarios están diciendo ‘basta con este estado de cosas, con este sistema, con esta mentira que nos cuentan a diario los políticos y los medios de comunicación’. Somos gente pensante que sentimos, que vivimos y que somos capaces de generar cooperación, solidaridad y contestación. Es imposible pensar en el movimiento 132 si no se le reconoce un nivel de conciencia de la situación del país y sus principales problemas, como la pobreza, la violencia, la desigualdad... Existía la conciencia de que esos problemas seguían ahí, no habían desaparecido y que, más aún, están fracturando al país”.

Georgina Hugues (25) es de Cancún y estudia maestría en periodismo. Se muestra convencida de las bondades de la movilización: Una de las principales razones por las que decidí unirme al movimiento es que es de jóvenes y la red de comunicación es por medios alternativos. Es una demostración de que se equivocaban los que dijeron durante tanto tiempo que si los jóvenes estábamos dormidos, que si éramos unos apáticos que no queríamos estudiar ni trabajar, sin ponerse a pensar que era porque no había opciones. Que no teníamos oportunidades.

Erick Palomares (27) es de Guadalajara y estudiante de doctorado de gobierno y administración de la Fundación José Ortega y Gasset, explicó: “Creo que es un movimiento que era necesario, que dice ‘somos apartidistas pero no apolíticos’. Además de empezar a señalar con todas sus letras los problemas que más daño hacen al país, como Televisa, Elba Esther Gordillo o la corrupción. Es un movimiento que sólo es posible que ocurra en una sociedad informada que ha sabido crear una herramienta de comunicación y organización que ya no nos la pueden quitar. Eso ya está ahí para controlar y vigilar a los actores políticos”.
A lo anterior añade Refugio Chávez: No es casual que uno de los temas centrales sean los medios electrónicos, la televisión. Pues si consideramos que el derecho a la información es la base de la discusión de cualquier política pública y si de entrada ya tienes unos medios que te están sesgando la información y que te manipulan permanentemente eso produce un malestar gigantesco, que ahora surge.
Mientras Cecilia, la mixe, subraya: En Oaxaca el movimiento ha crecido mucho, aunque es verdad que a veces es difícil llegar a las comunidades más lejanas. Pero la ventaja del movimiento es que pretende trascender al 1º de julio. Estamos construyendo la agenda precisamente porque esta respuesta social se inicia y no se termina el 1º de julio, precisamente porque una de las razones del movimiento es crear más conciencia social, más crítica y estar más vigilante de sus gobernantes. De esta manera, los sectores más vulnerables, como los pueblos indígenas, se pueden ir sumando y estar presentes ahí.

Lo peor de nuestra historia

Georgina argumenta por qué repudian el regreso del PRI y sus métodos: No tiene que volver el PRI por todo lo que representa. Es una historia que no es tan lejana y que representa lo peor de nuestra historia, como la represión a los periodistas, la corrupción, la violencia política, el nepotismo... Y nosotros queremos conseguirlo. Me incluyo porque nosotros, aunque estemos en el exterior, no estamos huyendo de México, al contrario nos estamos formando fuera para volver, para intentar cambiar las cosas, para mejorar nuestra sociedad.

Una opinión que comparte el candidato a doctor Guerrero Márquez: “No queremos que vuelva el PRI porque no queremos que el futuro sea el de la trampa, de la mentira, del mal uso de los recursos públicos. Durante 70 años estructuraron una sociedad que en todos los aspectos hacía uso de prácticas fraudulentas y corruptas y sólo así tenías futuro en el país. Y eso no se puede permitir. Ningún pueblo se queda inmutable con lo que está pasando. Nos duele y ese dolor hace posible este diálogo. Y que a través de ese diálogo articulemos una respuesta a todo lo que está ocurriendo.

Concluye Erick Palomares: Quizá nos estamos equivocando al decir que el régimen y el sistema de la mentira y la corrupción, que representó el PRI, ha sido sólo de 70 años. No podemos ser condescendientes y deberíamos reconocer que esa realidad sigue ahí, que han sido 82 años de un régimen que sigue vigente.

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Video: desde Barcelona, #YoSoy132