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Friday, July 13, 2012


Elección impugnada
Editorial
Fuente: La Jornada / Viernes, 13 de Julio, 2012

Ayer por la tarde el candidato presidencial por el Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, anunció la presentación de un juicio de inconformidad para demandar la invalidez de la elección presidencial realizada el primero de julio. El trámite correspondiente fue iniciado unas horas más tarde ante el Instituto Federal Electoral (IFE), bajo protesta, por el titular nacional perredista, Jesús Zambrano. De acuerdo con las disposiciones legales vigentes, la demanda habrá de ser turnada al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el cual deberá analizarla, sopesar sus argumentos, documentos y pruebas, y emitir un fallo definitivo sobre la validez de los comicios antes del 6 de septiembre.

Debe destacarse, en primer lugar, el hecho de que el abanderado presidencial de las izquierdas y su equipo cumplen, de esta forma, su compromiso de sujetarse a las vías legales y a los canales institucionales para dirimir su inconformidad ante las prácticas indebidas, si no es que abiertamente ilegales, que mancharon la contienda electoral y que ahora extienden una sombra de sospecha sobre el propio IFE y sobre la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) por su permisividad ante la comisión de flagrantes irregularidades.

A contrapelo de lo expuesto ayer mismo por el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Pedro Joaquín Coldwell, en la presentación de este recurso legal no hay ninguna suerte de desconocimiento a la autoridad electoral–pues se interpone ante el propio IFE– ni de lo firmado días antes de la elección. En la situación presente, cuando es particularmente necesario que los actores se expresen con precisión, resulta poco responsable confundir crítica con desconocimiento.

A juzgar por los ejemplos de irregularidades mostrados ayer por López Obrador y por el coordinador de su campaña, Ricardo Monreal, y con la argumentación jurídica expuesta en el mismo acto por el diputado Jaime Cárdenas Gracia, el recurso del Movimiento Progresista no puede ser desechado a la ligera. En la petición de anulación están contenidas un cúmulo de pruebas de compra de votos y de presuntos manejos sospechosos de dinero que podrían configurar, además de delitos propiamente electorales, desvío de recursos y lavado de dinero por parte del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto.

Asimismo, se hace una detallada demostración de cómo se rebasó el tope de gastos de campaña impuesto por la ley y se presen- tan numerosos elementos de juicio sobre la parcialidad con la que se condujo la mayor parte de los medios electrónicos y de las firmas encuestadoras en favor del abanderado priísta. El argumento central del recurso de inconformidad es que esas y otras irregularidades, independientemente de que sean violatorias del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), representan un atropello a las disposiciones constitucionales sobre la realización de elecciones, particularmente las contenidas en el artículo 41 de la Carta Magna. Como señaló Cárdenas Gracia, existen diversos ejemplos en la historia reciente del país de comicios anulados por su inconstitucionalidad.

El documento legal presentado ayer por la coalición de izquierdas no sólo refleja la posición de los partidos y organizaciones que la conforman, sino que recoge también el malestar de amplios sectores sociales por el desaseo y la opacidad que caracterizó a los comicios pasados, vicios que han sido abrumadoramente documentados, expuestos y difundidos en medios tradicionales y en redes sociales.
En tal circunstancia, la máxima instancia jurisdiccional en materia electoral tiene ante sí el deber de analizar a fondo los elementos contenidos en la demanda y de deliberar y fallar con estricto apego a la letra y el espíritu de las disposiciones constitucionales, legales y reglamentarias.

De la seriedad y honestidad con la que realice su tarea depende, en buena medida, el futuro de la democracia en el país y la gobernabilidad en el futuro inmediato. Dicho de otra manera, si el tribunal opta por declarar válida la elección del primero de julio, tendrá que desvirtuar en forma convincente y hasta contundente, uno por uno, los elementos contenidos en el recurso presentado ayer; si, por el contrario, decide anular la elección, deberá hacerlo con un fundamento legal sólido. De otra forma, el TEPJF causará un daño gravísimo a la credibilidad de los organismos electorales –de suyo maltrecha–, a la democracia en general y a la gobernabilidad.

Por último, en el trámite legal referido no hay motivo para incertidumbre o inquietud de la ciudadanía; por el contrario, el recurso por las vías previstas en la legislación apunta a restituir a las instituciones la solidez y la autoridad que perdieron en el curso de un proceso electoral marcado desde un inicio por la forma omisa y complaciente con la que se desempeñaron y por las transgresiones inocultables de uno de los bandos contendientes y sus aliados: agentes empresariales, medios electrónicos y gobiernos estatales.


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Penultimátum
¿Legalizar las drogas?
Hace 20 años, la revista Cambio 16 publicó un manifiesto en favor de la legalización de las drogas suscrito, entre otros, por Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Teresa Montero, Manuel Vásquez Montalbán, Carlos Monsiváis, Joan Manuel Serrat, Jorge Herralde, Fernando Savater, Roger Bartra y Terenci Moix. Consideraban que la prohibición había convertido a las drogas en un atractivo y fructífero negocio, además de fomentar por doquier la criminalidad y la corrupción. Entonces la mejor prueba eran los millares de muertos que dejaba en Colombia combatir las drogas; los millares de presos por cultivarlas o hacer parte de las bandas de delincuentes que controlaban su cultivo y comercialización; y los costos sociales, económicos y políticos que ello ocasionaba.

Destacaban que Estados Unidos parecía ignorar lo que ocurría mientras más de 20 millones de sus ciudadanos adictos se abastecían fácilmente de drogas, ajenos a una guerra interesada, inútil, impuesta a los países productores y que iba al fracaso. Por tanto, llamaban a terminar dicha guerra y afrontar prioritariamente el problema a escala global como un asunto ético y político. Con ese país como actor principal, por ser el mayor consumidor y eje del combate a las drogas.

Después, otros destacados personajes (entre ellos los premios Nobel Mario Vargas Llosa y Milton Friedman, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, los ex presidentes Zedillo, Gaviria y Henrique Cardozo), se sumaron a ese clamor. Hoy parece haber llegado la hora de discutir seriamente legalizar las sustancias prohibidas, terminar con la criminalización, la marginalización y la estigmatización de quienes las consumen sin causar daño a terceros.

Es factible lograrlo si se establecen modelos de regulación de su uso dentro de los marcos de la ley para socavar el poder del crimen organizado; con políticas de prevención y cuidado de la salud y la seguridad ciudadana, con servicios sanitarios y tratamiento a quienes lo necesiten. Como propuso recientemente al parlamento uruguayo el presidente José Mujica, a fin de combatir la inseguridad en su país, agravada los años recientes por la criminalidad asociada al narcotráfico.

La legalización tiene enemigos, acérrimos. Como el ultraconservador Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia, que condena hasta la propuesta de su sucesor, Juan Manuel Santos, de discutir el tema. O la señora Margarita Zavala, quien dice que despenalizar el consumo de drogas incrementaría exponencialmente la violencia en la familia a un costo incalculable.

En el caso de México, la realidad demuestra que ese costo lo pagamos por lo contrario: por no entender que ese problema no se soluciona con el uso de la fuerza.

¿El lector a quién da la razón?

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Carta dirigida a Andrés Manuel (para variar... otra...)
Martes, 10 de julio de 2012
Carlos Alazraki:


Estimado Andresito: Te habla la voz de tu conciencia. Y te escribo esta carta semanal para que juntos analicemos lo que nos ha pasado en esta elección y hasta dónde queremos llegar.


Te hablaré como conciencia.


No como los choreros de Monreal y Zambrano, que nada más nos dan por nuestro lado.
Hablaremos en secreto como tú y yo sabemos hacerlo, aquí en la soledad.
Y para empezar me gustaría que hagamos memoria de algunas de nuestras geniales trampas y mentiras que hemos hecho a lo largo de nuestra historia, como por ejemplo la de la elección que ganamos como Jefe de Gobierno. Me acuerdo muy bien —como si fuera ayer—.


Fue nuestra primera gran trampa, ya que nuestra credencial de elector de Tabasco no nos permitía contender por el DF.
Pero gracias a la buena voluntad de Zedillo pudimos competir y la pudimos ganar.
Sin duda fue una gran trampa.
Como también nos tenemos que acordar de algunas trampitas muy divertidas.
Por ejemplo: ¿Te acuerdas de cómo nos desligamos de René Bejarano cuando lo agarraron con las ligas?
¡¡Fue genial!!


Pero, la verdad, fue más genial la actitud de René, que nunca abrió la boca para acusarnos de lo que obviamente ya sabíamos.
Otra gran trampa de la que debemos acordarnos fue lo de Juanito...
El pobrecito.... ¡Cómo se la creyó!... (y eso que fuimos en contra de nuestro propio partido) Y la del costo de segundo piso que seguimos sin decir cuánto gastamos.
Y de ésas, mi querido Andrés, tenemos muchas..


Pero mejor hablemos del presente, ¿te parece? Tenemos unas trampas y mentiras maravillosas.
Como la inolvidable mentira de que le robamos a nuestro carnal Hugo Chávez con su “República del Amor”. Ésa fue muy buena...
Otra buenísima mentira fue la de que creíamos en el IFE...
¿Te imaginas? ¿Nosotros creyendo en el IFE?
Esa mentira es genial porque hasta firmamos con los otros candidatos un pacto de honor y civilidad de que íbamos a respetar al ganador y que todo el mundo se la creyó.
Ésa fue genial...


En la que sí la regamos fue en la de Soriana. No nos dimos cuenta de que ellos no tienen tarjetas de débito. Y parece que van a demandar a Monreal por mentiroso.
Pero no hay bronca, mientras no seamos nosotros, que Monreal se las arregle como pueda.
Otra trampa divertida fue negarle a la sociedad que estábamos enterados de que Mandoki y nuestro asesor latinoamericano habían pedido, a nombre nuestro, seis millones de dólares para que ganemos la elección.
Y qué bueno que tampoco se enteraron de que les habían pedido otros 3 millones de verdes a otros empresarios. (De la que nos salvamos)...


Lo que sí veo muy complicado es cómo vamos a nulificar la elección.
El argumento de la compra es malo porque no está prescrito en la ley.
Y aunque a los idiotas del PAN los logremos convencer, el TEPJF no la va a nulificar.
Aunque, si la queremos armar más grande, pudiéramos movilizar a nuestros borreguitos del #YoSoy132 y a nuestros aliados de siempre. Ya sabes… Atenco, STUNAM, SME y los demás.
Aunque te tengo que ser honesto, perder por tres millones y medio de votos es perder por una madriza. Y eso lo tendremos que aceptar tarde o temprano.


Además del atosigamiento de la prensa y los medios del poder, nos van a dar.
Creo que es un pleito que no vamos a ganar.


Hay que demostrarle a los medios, a las mafias y a esos 31 millones de corruptos que no votaron por nosotros que no sabemos perder y que de una vez por todas sepan quiénes somos. Aunque hayamos ganado, DF, Morelos y Tabasco. Y que hayamos quedado como segunda fuerza en la Cámara de Diputados.


Oye, Andrés: ¿Y si mejor nos vamos a La Chingada a pensarle con más calma?
Al fin todavía tenemos otros seis años para nuestra tercera candidatura...

carlos@alazraki.com.mx