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Wednesday, February 06, 2013

Gobierno de España sugería a sus ciudadanos evitar viajes a Guerrero

La situación coyuntural de inseguridad que atraviesa México, debe ser tomada en cuenta por quienes tengan previsto viajar a ese país, advierte el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España.

Ciudad de México • Derivado de los incidentes de violencia que se han registrado los últimos años en México, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España sugería desde diciembre del año pasado a sus ciudadanos evitar viajar a varias entidades del país, por considerarlas zonas de riesgo.
El gobierno iberoamericano considera como lugares de riesgo las zonas montañosas de Guerrero, Michoacán, Veracruz, zonas rurales de Tamaulipas, Nuevo León y las zonas limítrofes y de montaña de Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora, debido a los enfrentamientos entre organizaciones criminales o de éstas contra el Ejército y las fuerzas de orden público, en el marco del combate contra el narcotráfico emprendido por el gobierno de México.
“La situación coyuntural de inseguridad que atraviesa México, especialmente, pero no únicamente en los estados del norte del país, debe ser tenida en cuenta por quienes tengan previsto viajar a este país y por los ciudadanos españoles residentes en el mismo”, dice el ministerio.
“Al amparo de la delincuencia organizada, florecen también otros tipos de violencia que adopta la forma de asaltos, robo de vehículos, secuestros, extorsiones, etc.”.
En específico de Acapulco, el Ministerio de Asuntos Exteriores señaló que “la delincuencia organizada ha protagonizado incidentes violentos” por lo cual se “recomienda extremar prudencia”.
La madrugada del lunes, seis turistas españolas fueron atacadas sexualmente por hombres encapuchados en el poblado de San Andrés, Barra Vieja, en la zona Diamante de Acapulco

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“Los accidentes no nacen… se hacen”. ¿Recuerdan?
Por Marco Rascon
Fuente: Milenio

Que reviente una instalación de Pemex es costumbre.
Constantemente explota una refinería, un depósito o hay incendio de un ducto que mata trabajadores y pobladores sin que ahí se pare algún funcionario importante para mitigar la tragedia. Tragedias anteriores han sido consideradas irrelevantes, salvo las que se le atribuyeron al EPR en julio de 2007, debido a la carga ideológica que ello implicaba ante las impugnaciones sobre la legitimidad del gobierno calderonista y en el contexto del “fin de las instituciones”.
En el caso de la Torre de Pemex se repiten escenarios, reacciones y declaraciones que nos hablan del regreso (o no hemos salido de ella) de la vida bipolar donde cada hecho relevante nos fractura.
Todo sería comedia, salvo por el hecho trágico de la existencia de muertes y dolor verdadero.
Historia. La frase del título de esta colaboración podríamos asociarla a los tiempos del auge petrolero de finales de los 70, que advertía a los trabajadores mexicanos que la causa de los accidentes estaba en su propia pericia. Era un spot previo a la propuesta de que todos los mexicanos nos contratáramos a nosotros mismos.
En medio del auge petrolero y la administración de la abundancia, vino entonces el derrame e incendio del pozo Ixtoc 1, en la Sonda de Campeche en 1979, provocando uno de los mayores desastres ecológicos en el mundo y en particular en el golfo de México, y lo que era un mensaje al pueblo, desapareció de un día al otro, cuando Pemex justificó que la causa del estallido y el derrame del Ixtoc había sido “un accidente”.
El gobierno se tragó su spot para subordinar la regla inventada a su versión, y de ahí en adelante se hizo una costumbre, una manía, que hoy cosecha la duda y la especulación.
Ya previamente, versiones oficiales como el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971, hicieron historia como falsedades oficiales.
Las frases de oro. A raíz de lo sucedido en la Torre de Pemex existe la propuesta para que en el Congreso de la Unión se cambie la frase en letras de oro “La patria es primero” por otra que diga: “Todas las líneas de investigación están abiertas” o “No se descartara ninguna pista”, las cuales tienen ya el carácter de lemas nacionales ante su repetición para cualquier evento, sea crimen, estallido, fraude o robo.
El método para olvidar. La mejor manera en México para olvidar un escándalo es sustituyéndolo por otro y no establecer conexión entre ellos. El que intente hilar o crear antecedentes es un conspirador creador de teorías. Un escándalo mata a otro escándalo. Por ejemplo: Pemex mata Cassez, y así, anterior y sucesivamente.
Nuestro concepto de estabilidad es el escándalo. De la decadencia de las telenovelas mexicanas pasamos a los realitys donde todos somos detectives, investigadores, fiscales y jueces.
El dato inútil. La política informativa nueva está en su esplendor: miles de datos irrelevantes para no decirte nada. La misma escena pasada miles de veces a manera de mantenerte excitado, pero ignorante; tenso, pero entretenido; escéptico, pero especulador.
Los mensajes. ¿Por qué en México existe una contradicción esencial entre las versiones oficiales y las de la sociedad? Si matan al candidato sucesor, el gobierno asegura que la causa es un “asesinos solitario”, caso Colosio; si se descubre una conspiración, desaparece el eslabón, Muñoz Rocha en el caso Ruiz Massieu; si se declara una guerra por parte del gobierno, el enemigo se hace abstracto, “el crimen organizado” nacido de una fuga; si se necesita para la versión oficial la existencia de un cadáver, éste aparece, caso Amado Carrillo; si la presencia de un cuerpo estorba, entonces el cuerpo desaparece, caso El Lazca; si se caen helicópteros y aviones con ministros, de tajo son accidentes causados por pilotos irresponsables, casos Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora.
¿Por qué la sociedad y ahora las redes sociales tienen la obsesión de dudar, politizar o despolitizar los crímenes, guerras, desastres o eventos? ¿Qué hay en el fondo cuando unos buscan el complot y otros demostrar causas accidentales o desarticuladas?
Existe una obsesión en buscar mensajes ocultos, guerras secretas, fuerzas poderosas, que el oficialismo combate con frases de cliché, investigaciones oficiosas, respaldadas por una política de medios que tienden a pasar del escándalo a la frivolidad y la irrelevancia, según las necesidades.
En la opinión popular, todo acontecimiento es un desvío de atención y ya no importa la causa, sino la especulación sobre los efectos.
Aunque nos piden reiteradamente no especular, toda tragedia en México, sea provocada, accidental o por razones naturales, tiene un significado más allá de ella misma.
La versión más certera. ¿Qué fue? ¿Colapso, explosión o implosión? Quién sabe y no sabremos. En México ha nacido una nueva duda, que solo desaparecerá hasta que llegue la próxima.

Aun quedan muchas interrogantes sobre el accidente de Pemex en Mexico.



Necesario, explicar cómo llegó el gas al subsuelo del B-2: expertos
‘‘Si un explosivo hubiera ocasionado la tragedia en algún lugar del siniestro habría un cráter’’

Fuente: Periódico La Jornada
Miércoles 6 de febrero de 2013
“¿Cómo llegó el gas metano (natural) al sótano del edificio B-2 de Petróleos Mexicanos (Pemex)? Es algo que deben explicarnos lo más pronto posible las autoridades federales, porque de ninguna manera tenía por qué haber instalaciones de gas ahí, en el subsuelo de ese edificio. Pero de que es posible una explosión como la ocurrida el jueves pasado, por acumulación de gas, claro que es posible’’, aseguró Abel Martínez, egresado de la licenciatura en ingeniería química de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al comentar con La Jornada los resultados de los peritajes preliminares realizados tras la tragedia en la paraestatal.
En el mismo sentido, el también químico e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Benjamín Ruiz Loyola, refirió –en entrevista por separado– que cuando se acumula gas en una zona cerrada, como puede ser un sótano, el fluido ‘‘va a reaccionar muy violentamente y por eso es tan peligroso, sobre todo el gas natural, porque es terriblemente explosivo. Cuando tienes ya el gas, una muy pequeña cantidad puede originar una explosión muy grande’’.
El químico Ruiz Loyola expuso que si un explosivo hubiera ocasionado la tragedia de Pemex, en algún lugar del siniestro se habría localizado un cráter.
‘‘Cuando tú colocas un explosivo en algún lugar, éste deja una huella indeleble de dos maneras: la deformación que causa en el terreno y los residuos que quedan en la zona en que se genera la explosión’’, indicó.
Ruiz Loyola, uno de los peritos que participan en la elaboración de los dictámenes solicitados por el gobierno federal para obtener respuestas científicas a las causas de la explosión en el edificio B-2 de la Torre de Pemex, sostuvo que no hay un punto específico donde se haya iniciado el estallido.
‘‘En los residuos que se analizaron, buscando precisamente rastros de compuestos nitrogenados, que son los que se encuentran en los explosivos, no se halló absolutamente nada’’, puntualizó Ruiz.
Agregó que ‘‘esto es indicio claro de que no se trató de un artefacto explosivo. Esto nos lleva a concluir, con mucha certeza, que no se trató de un atentado.  De hecho, la manera en que se dio la explosión, de forma difusa y horizontal, nos da la respuesta y confirma que no se trató de explosivos.
‘‘¿Qué fue lo que ocurrió en Pemex? Al explotar el gas, muy probablemente metano (natural), por entrar en contacto con una fuente de calor, el gas ejerce una presión pareja, porque se ha difundido por toda el área; a eso se refieren con el término explosión difusa: que se difundió por toda el área el material explosivo y no se concentró en un punto.
‘‘Lo que provocó fue que la losa se levantara completita y se elevara hasta el siguiente nivel. Y después empujara a la siguiente losa al otro nivel; por eso la mayoría de las personas murieron por aplastamiento y otras por estallamiento de vísceras, especialmente pulmones. Supongo que muchos de nosotros hemos visto o incluso lo hicimos de chiquillos, poner una paloma (pólvora envuelta en papel) sobre una lata y ver cómo se elevaba ésta. Eso fue lo que ocurrió, sólo que en lugar de una palomatuvimos un gran volumen de gas ocupando todo un piso y empujó, no una lata, sino todo el techo de ese nivel hacia el siguiente piso’’, destacó.
Ruiz Loyola expuso que las hipótesis sobre el origen del gas son las siguientes: que haya provenido del subsuelo, pues parece que el edificio se construyó sobre un terreno que antes fue un depósito de hidrocarburos; que la fuga haya iniciado en un cuarto de máquinas del edificio que está una calle después del B-2; que el gas proviniera de un ducto instalado por debajo del sótano de esa edificación, o que alguien haya metido un tubo con el propósito de que se acumulara el gas que ocasionó la explosión, lo cual es muy remoto.
En tanto, Mario Garza, coordinador del diplomado en Protección Civil y Prevención de Desastres de la Universidad Iberoamericana, indicó que el análisis de lo sucedido debe centrarse en el grado de cumplimiento puntual del programa preventivo y correctivo de mantenimiento del inmueble a que obligan los propios programas internos de protección civil de una empresa.
Sobre la reanudación de actividades en la zona, el experto recomendó, ‘‘por seguridad’’, que no se ocupen todavía los edificios vecinos al B-2, si bien descartó riesgos en la Torre Ejecutiva de Pemex.