La industria de la migración a Canadá: promesas falsas
- Con el compromiso de llevar al norte del continente, empresas fantasmas
han encontrado la forma de engañar y defraudar a centenares de personas
que pagan hasta 4 mil 500 dólares canadienses.
Fuente: diario Milenio / miercoles, 29 de Agosto, 2012
Ciudad de México • La reunión se llevó a cabo a mediados de agosto en un salón del hotel Sevilla Palace, de la Ciudad de México, decorado para la ocasión con pequeñas banderas de Canadá y Quebec.
Medio centenar de personas observaban con atención a un hombre bien peinado con un pin de la hoja de maple en la solapa de su traje, mientras señalaba hacia una pantalla en la que se podía leer: “una nueva vida está al alcance”. Quien apuntaba con la mano hacia la pantalla era Manny Aviles y su tarjeta, de las que había varias dispuestas por todo el salón, le presentaba como consultor especializado en migración latinoamericana. A las 7 de la noche en un día laboral y pese al horario, la sala estaba a reventar.
“La inmigración no es algo nuevo. Siempre ha existido y Canadá está buscando inmigrantes”, expuso Manny con un ligero acento sudamericano. Su audiencia estaba compuesta equilibradamente por hombres y mujeres de distintas edades, desde jóvenes universitarios hasta madres de familia y personas de la tercera edad.
Aviles había aderezado su discurso durante cerca de cuarenta minutos con una presentación Power Point en la que destacaban imágenes de ejecutivos y amas de casa sonrientes, además de fotografías de los bosques de Canadá y estadísticas sobre la apertura de ese país a migrantes mexicanos para todo tipo de empleos.
“Canadá necesita mano de obra y tiene seguridad para ustedes, no como Latinoamérica. Canadá permite hacer una buena vida, no como Latinoamérica. Canadá es uno de los países más abiertos del mundo, ustedes pueden vivir ahí. No hay excusa para no tener una mejor calidad de vida”, aseguró.
A manera de colofón, añadió un comentario que encajó bien en la audiencia: “Además, para ustedes los mexicanos, Canadá no es como Estados Unidos, donde deportan a la gente”. Al final de la presentación, Manny entró al hilado fino.
Expuso a los presentes que la firma para la que trabaja como representante en Latinoamérica, Primus Immigration Experts Inc., estaba dispuesta a ayudarles con la tramitología para migrar a Canadá, previo un pago de 4 mil 500 dólares canadienses en seis cómodos plazos, el primero de los cuales tendría que hacerse en cosa de horas. “En serio es fácil hacerlo.
Pero si por alguna razón no logran migrar, se les devolverá todo su dinero. Todo se reembolsará”, ofreció, aunque agregó una precisión: “Se les devolverá todo, excepto el primer pago de 500 dólares”. Esa prima era para la firma, ganara o perdiera el migrante su caso.
Aunque los volantes del encuentro hacían pensar lo contrario —“¡Piense e imagine si solamente en la provincia de Quebec 730 mil empleos estarán disponibles, cuántos más estarán en todo Canadá!”, anunciaba uno—, no era una oferta de una vez en la vida ni la primera vez que Manny presidía una reunión así en el Sevilla Palace.
Encabezó otras en julio y junio, por mencionar solo dos de 2012. En los últimos años, él y sus compañeros de Primus han dado la misma conferencia en una decena de ocasiones en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, ofreciendo una y otra vez la apertura del sueño canadiense a miles de mexicanos mediante “consultorías y gestorías migratorias”, una práctica sin regular que se ha extendido por todo el país.
Como Primus y aprovechando la ausencia de legislación al respecto, un sinfín de empresas canadienses se ha montado en la oleada migratoria de mexicanos a Canadá para hacer un negocio millonario con la oferta de vivir en el norte, trabajando como lavaplatos, administrador, carpintero, plomero y recamarera, entre distintas profesiones calificadas y no calificadas.
Pero esa es una promesa que no siempre se cumple y que en sus formas más extremas llega al fraude abierto. Y que, de hecho, ni es necesaria. “Usted no necesita contratar representantes migratorios para aplicar para una visa o ciudadanía canadiense”, advierte la embajada de Canadá en México.
“Los representantes migratorios no tienen conexiones especiales con el gobierno canadiense y no le pueden garantizar la visa”.El gobierno de Quebec hace la misma advertencia. “Todas las solicitudes de certificado de selección presentadas al Ministerio de Inmigración se tratan siguiendo los mismos criterios.
No se da ningún tratamiento prioritario o particular al expediente de una persona que haya contratado los servicios de un intermediario en inmigración. Por lo tanto, no es necesario recurrir a los servicios de una persona remunerada para que realice los trámites en su nombre”, alerta.
La oferta de una entrada fácil al norte gracias a una gestoría tampoco se sostiene al revisar las estadísticas migratorias de Canadá. Ese país suele preferenciar a 20 otras nacionalidades —como argelinos, colombianos, filipinos, coreanos, indios, chinos y estadunidenses— por encima de los aspirantes mexicanos a visas de residente.
Por ejemplo y sin importar la multiplicidad de gestorías ofrecidas, en 2010 Canadá solo aceptó legalmente a 3 mil 800 mexicanos como migrantes permanentes, de un total de 280 mil recibidos de todo el mundo, según cifras de su buró de Ciudadanía e Inmigración. Al mismo tiempo y pese a que “Canadá no deporta”, según prometió Aviles, ese mismo año 4 mil 16 mexicanos fueron expulsados de territorio canadiense, de acuerdo con la Agencia de Servicios Fronterizos.
En cuanto a trabajadores migratorios, las ofertas de Primus para ayudar a encontrar empleo también parecieran hacer agua: si bien Canadá aceptó en 2010 a 18 mil mexicanos para empleos temporales, 17 mil 500 de ellos fueron enviados directamente al programa de jornaleros agrícolas, en el que las firmas consultoras no tienen involucramiento alguno.
Primus no contestó a llamadas de este diario para una entrevista. La empresa, que viene al país cada mes y cuyos seminarios suelen convocar a un promedio de 100 personas, ya anunció nuevas fechas: tiene previstas más conferencias en México, Monterrey y Guadalajara en septiembre próximo.
Ubicado en la frontera entre lo legal y lo ilegal, el fenómeno de “incentivar la migración” comenzó a tomar velocidad en 2007, antes de la imposición del visado a mexicanos. Ya llegó a la atención de autoridades de México y Canadá, que han detectado decenas de empresas que han ido más allá y están dedicadas, literalmente, al negocio de la estafa binacional.
“Se han dado casos de agencias que se manejan como facilitadoras, promotoras y reclutadoras, pero muchas de ellas solo se establecen (en México) por cierto tiempo. Algunas aparentemente tendrían vínculos en el exterior, también con algunos elementos en Canadá y en cierto momento se convierten en una clase de empresas fantasma”, admitió Eduardo Baca, director general para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Según expuso Baca, el gobierno mexicano solicitó apoyo al de Canadá para iniciar una investigación conjunta en torno al papel de empresas gestoras de migración como Primus.
La PGR ya fue avisada y se analiza la forma jurídica que tendrá que usarse para fincar cargos contra consultores fraudulentos, en especial si son de otra nacionalidad. Pero hace falta un elemento crucial. “Pedimos a toda la gente defraudada que denuncie, porque es un caso que no se puede perseguir de oficio”, dijo el funcionario diplomático.
El fenómeno se ha extendido de forma tan acentuada que el gobierno canadiense aprobó en junio de 2011 la ley C-35, que convierte en una ofensa que cualquier persona que no sea un representante migratorio debidamente registrado asesore a un extranjero sobre cómo migrar a Canadá.
En México no hay una ley al respecto.
Los anuncios, que comenzaron a aparecer en internet por 2007-2008, son todos muy similares: están repletos de errores ortográficos y prometen llevar al interesado al norte. “Compañía internacional solicita albañiles y plomeros para trabajar en Canadá. Pagamos exelente (sic) sueldo, pagamos tus gastos de transportación, tu visa de trabajo y con muchas ganas de trabajar y superarse (sic)”.
El más evidente ejemplo es el de la página Accessworkforce, que se presenta como “la principal empresa de Canadá en mano de obra extranjera” y contiene un listado de mexicanos a los que, supuestamente, se ha tramitado la visa para trabajar en ese país como “carniceros y procesadores de carne” entre otras profesiones. Pero la lista contiene inconsistencias gramaticales y nombres ficticios, como el de “abdelrahman mahmoud abdellatif shamma” (sic) un supuesto poblano de 34 años que aplicó para ser mesero.
Según se pudo constatar en distintos anuncios, el presidente de la empresa, Joseph Burchill, recorre México ofreciendo conferencias en restaurantes y plazas públicas asegurando que puede reclutar a trabajadores migratorios. Cobra un promedio de 200 a 500 pesos para iniciar el proceso.
Por ejemplo, un diario local de Durango documentó en abril pasado un encuentro en el que Burchill, en una plaza pública y rodeado de cientos de personas, aseguró que podía tramitarles visas de trabajo en empresas de la construcción, petróleo, restaurantes, hoteles y hasta en el campo.
Pero su empresa, que dice tener oficinas en Guadalajara, Puebla y Guatemala, no existe, al menos físicamente: como referencia, dio direcciones falsas, de centros comerciales.
Mientras Burchill sigue recorriendo pequeños poblados de México,
decenas de anuncios vinculados a esta empresa siguen disponibles en
internet. La más reciente oferta es la de conseguir visas a “modelas
para contratos local y en Canadá. Ahora la latina está muy popular en
las publicidades” (sic).