PRIMER TIEMPO: el negocio se volvió incendiario. El
26 de septiembre del año pasado, mil 500 delegados efectivos del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación acudieron a un
cónclave magisterial en un hotel de Oaxaca donde eligieron sin mayor
problema como su líder a Rubén Núñez Ginés, un maestro
originario del Istmo de Tehuantepec. En Oaxaca, donde desde hace 34 años
el magisterio lo controla la Coordinadora de maestros, la unción de
Núñez Ginés lo colocó también como el hombre más fuerte de la disidencia
magisterial en el país, al tener más de 83% de la representatividad de
ese grupo de interés. Núñez Ginés encabezó la movilización de maestros
hacia la ciudad de México, y se convirtió en el mejor interlocutor del
gobierno federal durante las negociaciones secretas para llegar a un
acuerdo. Gracias a su liderazgo sobre la parte moderada de la CNTE,
evitó que hace tres viernes la protesta pasara a la sangre cuando los
radicales del magisterio quisieron tomar el aeropuerto internacional de
la ciudad de México. Por sus oficios se evitó una confrontación en la
Cámara de Diputados hace dos domingos, y cada vez que estaba a punto de
incendiarse el Centro Histórico de la ciudad de México, él era la voz
que dispersaba las tormentas. Pero este viernes, Núñez Ginés cambió de
piel. El acuerdo alcanzado con la Secretaría de Gobernación de que se
irían del Zócalo para permitir la ceremonia de El Grito el 15 de
septiembre y el Desfile Militar el 16, lo rompió. No se irían los
maestros de Oaxaca y continuarían su protesta callejera. Todas las demás
delegaciones de la CNTE ya habían emprendido el regreso a sus estados,
pero él decidió estirar más la liga. Desde esta semana algo había pasado
con Núñez Ginés. Cuando en Los Pinos, donde recibieron a una comisión
de la que iba al frente, le dijeron que el presidente Enrique Peña Nieto
no los iba a atender, se enfureció y ordenó a sus seguidores ir hacia
el cercano Periférico a bloquearlo. Primera llamada: el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera,
estuvieron de acuerdo. Ni un paso atrás ya más. Ante una escalada de
violencia, actuarían con la fuerza. Núñez Ginés reculó en ese momento y
se evitó la confrontación. Este sábado quería inmolarse y enfrentar a la
Policía Federal y a los granaderos. ¿Por qué este hombre moderado se
radicalizó? En las dinámicas de la CNTE se explica: había perdido
liderazgo y había sido rebasado por los radicales. El viernes lo
desplazaron. Francisco Villalobos, secretario de
organización de la Sección 22, dijo que no se enfrentarían a la policía y
se replegarían un par de kilómetros del Zócalo, al Monumento a la
Revolución. Como en otras ocasiones, sus palabras fueron incumplidas.
Los radicales se impusieron y lograron lo que por casi un mes buscaroon:
que los reprimieran.
SEGUNDO TIEMPO: La radicalización no es nueva.
La bipolaridad histórica de los líderes de la CNTE no es química, sino
política. Corre por un organismo donde se cruzan dirigentes
magisteriales que también han sido jefes guerrilleros, líderes honestos o
corruptos, delincuentes o verdaderos luchadores sociales. De todo ha
habido en la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación y controlada por la CNTE, que es un grupo de presión. Uno de
sus viejos dirigentes es Erangelio Mendoza, quien
también es uno de los dirigentes históricos del EPR en la zona de Los
Loxichas. Quien encabezó la rebelión en 2006 contra el gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca fue Enrique Rueda,
que no había sido comandante del EPR, pero que había puesto bombas en
acciones clandestinas. Rueda llegó al límite de la insurgencia, pero él
mismo comenzó a desactivar todo, una vez que le habían transferido 20
millones de pesos y entregado un boleto one way a Canadá. El actual dirigente de la Sección 22 es Rubén Núñez Ginés, y entre los maestros militantes que lo siguen se encuentran algunos secuestradores, como Sara Altamirano,
quien es de Jalapa del Marqués, en la zona Loxicha, ligada por oriundez
y línea política a Mendoza. De esa zona salió también otro comandante
eperrista, Rafael Sebastián, asesinado hace casi un
año, que estuvo vinculado con Altamirano y Rueda. Este año otros
miembros de la Sección 22 estuvieron involucrados en otro secuestro,
junto con militantes de sus aliados de 2006, la Asamblea Popular de los
Pueblos de Oaxaca, y algunos remanentes de la guerrilla. Fue el de los
sobrinos del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani.
La investigación sigue su curso y la madeja de involucrados se expande.
Aún no actúa el gobierno federal, que sigue la pesquisa, pero no apunta
a que queden impunes.
TERCER TIEMPO: Aquella barricada de “Cinco Señores”.
Apenas el 8 de junio pasado, esta columna registró un episodio de la
movilización de los maestros de la Coordinadora y organizaciones
sociales en mayo de 2006, que empezó como una presión al gobierno de Ulises Ruiz
para mejorar sus condiciones salariales en la negociación anual que
estaba por comenzar, y evolucionó en un intento por derrocarlo. En esa
columna, que hoy vuelve a ser pertinente, se decía: El 14 de junio, Ruiz
envió a su policía a desalojar un plantón en el centro de la capital
que afectaba seriamente al comercio, y contaba con el apoyo de la
Policía Federal. Lo que no sabía era que el presidente Vicente Fox
lo traicionaría y dejaría solo... En la tercera semana de agosto se
instalaron entre 500 y dos mil barricadas, de entre la que sobresalió la
más grande y duradera, la de la colonia “Cinco Señores”, que se
convirtió en el símbolo de la resistencia popular y evocadora de
romanticismo revolucionario. La barricada, sin embargo, tenía otro
origen. No habían sido ni los maestros, ni la Asamblea Popular de los
Pueblos de Oaxaca (APPO), quienes la habían instalado, sino dos sobrinos
de José Díaz Parada, que no era un activista sino el
fundador del Cártel de Oaxaca, asociado primero con el Cártel de Tijuana
y después con el de Juárez. Sus sobrinos tampoco actuaron por una
motivación social, sino porque el clima de enfrentamiento permanente en
esa colonia afectaba su negocio de antros, en donde concentraban su
lucrativa empresa del narcomenudeo. La barricada fue para mantener el
narcomenudeo vivo y la caja registradora abierta.
Se quitó en noviembre
de 2006, cuando los Díaz Parada, en el eclipse del movimiento,
negociaron que la policía local se retirara mientras sacaban a sus
sicarios de “Cinco Señores”, que en el epílogo de aquel conflicto, se
encaminaba hacia el status quo previo a la movilización
magisterial. “Cinco Señores” fue paradigmática, pero no sólo como la
gran barricada del movimiento, sino como la única zona, aunque bañada en
alcohol, prostitución y drogas, donde cuando todo el comercio de Oaxaca
se hundió, siguió funcionando para el Cártel de Oaxaca.
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El diálogo ayudó a liberar el Zócalo: Mancera
Agencias
MEXICO, DF, (apro).- El jefe de gobierno capitalino Miguel Ángel
Mancera destacó que el diálogo con los líderes de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) propició que los
maestros decidieran levantar su campamento del Zócalo y con ello “evitar
una confrontación mayor”.
En rueda de prensa, Mancera aclaró que,
“privilegiando en todo momento el diálogo, se logró que tanto los
líderes como los grupos de profesores optaran por una salida
dirigiéndose hacia 20 de Noviembre y tomando sus cosas para trasladarse,
según se acordó, al Monumento a la Revolución”.
También resaltó
que su administración coadyuvó, con su participación en el desalojo del
Zócalo, a evitar una confrontación mayor.
“La participación de
todas las autoridades que trabajamos para evitar consecuencias, que
consigan los medios, ha sido de construcción y de diálogo”, dijo Mancera
Espinosa.
Además se logró, abundó, que los profesores aceptaran
irse a otro punto del Distrito Federal, y luego las fuerzas federales
tomaran el control de la Plaza de la Constitución.
No obstante, deploró que se hayan registrado enfrentamientos entre policías e inconformes.
“Lamento
mucho que hayan habido choques y que se den este tipo ataques. Hay un
grupo de personas que se ha puesto a disposición de la Policía Federal, y
donde no se encuentran maestros”.
Enseguida acotó que la
operación de su gobierno fue dar garantías de seguridad a los ciudadanos
y ser respetuosos del derecho de la manifestación.
“Es un
conflicto nacional, pero estoy seguro que con la comunicación y con el
diálogo con el gremio de los maestros habrá un camino de solución”,
planteó.
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Con el permiso de Mancera y del Gobierno Federal, los maestros de la CNTE y sus nexos con la guerrilla ya conquistaron una cabeza de playa en el DF.... |