El divisionismo del siglo
- En 2015, para el lopezobradorismo el enemigo será el PRD, al cual
busca destruir para surgir como interlocutor único frente al poder.
Significa que ha nacido con el nuevo PRI un nuevo "palerismo" funcional,
promotor de la división.
Por Marco Rascon / Fuente: Diario Milenio / Feb 5, 2014
El lopezobradorismo dijo que en México hemos vivido “el robo de todos los tiempos”. ¿Cuál debería ser el papel de un patriota para defender a la nación ante ese despojo? ¿Unir o dividir?
Hace casi 8 años, el 24 de abril de 2005 se realizaría la gran marcha contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador que lo catapultó definitivamente como candidato a la Presidencia de la República y de la cual naciera el lopezobradorismo como corriente política entre la debilidad conceptual y programática de la izquierda, que sucumbió ante su carnada de Presidencia o nada.
En aquella manifestación apoteósica sin duda sucedieron varias cosas: la ciudadanía, cientos de grupos y organizaciones salieron a defender los derechos políticos del gobernante amenazados por un proceso jurídico, pese a que 48 horas antes Vicente Fox, con sus atribuciones presidenciales, ya había decidido retroceder.
Eso no paró aquella manifestación monumental, donde entró al Zócalo un presunto desaforado y salió un candidato a la Presidencia.
Días previos a la manifestación, una comisión enviada por Andrés Manuel López Obrador llegó hasta las oficinas de Cuauhtémoc Cárdenas a invitarlo personalmente en nombre del jefe de Gobierno a que asistiera a la manifestación de ese 24 de abril. La cita: Chapultepec, 10 de la mañana, de donde partiría la cabeza de la manifestación integrada por el presunto desaforado, dirigentes del PRD y personalidades invitadas, como Cuauhtémoc Cárdenas.
Pese a que la manifestación se convertiría en un acto electoral de Andrés Manuel López Obrador, quien veía como su único obstáculo a Cuauhtémoc Cárdenas, este último decidió asistir puntualmente poniendo por delante la solidaridad con su compañero de partido a su política personal. Al iniciar la marcha, empezaron a llegar llamadas a los que encabezaban aquel contingente informándoles que AMLO ya estaba llegando al Zócalo y no acudiría ni con los dirigentes del partido al que pertenecía ni con sus invitados, despreciando aquel gesto de unidad con la soberbia que se hizo habitual a partir de ese momento.
En minutos Cárdenas, con un grupo de amigos, continuó caminando y recibiendo insultos de un pequeño grupo. Cárdenas, ante el mensaje de su anfitrión, decide abandonar la marcha.
Ese mismo día, lo mismo vivió Porfirio Muñoz Ledo, el cual hacía días había roto con el gobierno de Vicente Fox. Alguien lo invitó, asistió directamente al Zócalo y le pidieron a nombre de AMLO “decir unas palabras”: una gran rechifla ya estaba organizada al momento de mencionar su nombre.
¿Cuál era el significado y el mensaje de AMLO, que unos afirman que fueron casuales y otros premeditados?: anunciar que el 88 había muerto y que ese era un golpe contra los protagonistas y fundadores de la gran unidad histórica, que ahora él, AMLO, tomaba por asalto.
La diferencia entre 1988 y 2006 es que la unidad que dio origen al PRD fue programática y obra de cientos de dirigentes y líderes sociales, de miles de activistas y militantes, frente a un 2006 caracterizado como un movimiento de un solo hombre que dijo “la estrategia soy yo” y por tanto la unidad era solo en torno a él.
A ocho años de aquel momento, la circunstancia del país, le hizo un llamado a la unidad a López Obrador para defender el principal recurso nacional. Él y su corriente la rechazaron, pues la unidad y la suma no están en su naturaleza. Su nacimiento como partido a diferencia del PRD, no nació de la unidad, sino de la escisión; esgrimiendo la bandera de la verdad única y la pureza.
El desdén y hasta repudio a la unidad se basa en la búsqueda de diferenciarse del PRD al cual ha demonizado y convertido en su principal enemigo, porque nunca pudo subordinar y porque su estrategia de NO a ninguna reforma, califica toda acción legislativa, como traición.
Este 31 de enero, día en que se realizó la gran manifestación de la unidad anunciando la consulta popular para 2015, el lopezobradorismo lanzó una campaña contra el PRD a través de sus medios de propaganda para descalificar la presencia del PRD en este acto, tratando de justificar su divisionismo y negativa a marchar en unidad con otras muchas fuerzas.
Para 2015, el eje de la campaña del PRD y la izquierda será la consulta popular en las urnas sobre el petróleo, para el lopezobradorismo el enemigo no será ni el PRI o el PAN, sino el PRD, al cual busca obsesivamente destruir, para surgir como interlocutor único frente al poder.
Esto significa, ni más ni menos, que ha nacido con el nuevo PRI un nuevo palerismo funcional y eficiente promotor de la división y subordinado a los intereses más obscuros del poder.
www.marcorascon.org
-----------------
Por Marco Rascon / Fuente: Diario Milenio / Feb 5, 2014
El lopezobradorismo dijo que en México hemos vivido “el robo de todos los tiempos”. ¿Cuál debería ser el papel de un patriota para defender a la nación ante ese despojo? ¿Unir o dividir?
Hace casi 8 años, el 24 de abril de 2005 se realizaría la gran marcha contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador que lo catapultó definitivamente como candidato a la Presidencia de la República y de la cual naciera el lopezobradorismo como corriente política entre la debilidad conceptual y programática de la izquierda, que sucumbió ante su carnada de Presidencia o nada.
En aquella manifestación apoteósica sin duda sucedieron varias cosas: la ciudadanía, cientos de grupos y organizaciones salieron a defender los derechos políticos del gobernante amenazados por un proceso jurídico, pese a que 48 horas antes Vicente Fox, con sus atribuciones presidenciales, ya había decidido retroceder.
Eso no paró aquella manifestación monumental, donde entró al Zócalo un presunto desaforado y salió un candidato a la Presidencia.
Días previos a la manifestación, una comisión enviada por Andrés Manuel López Obrador llegó hasta las oficinas de Cuauhtémoc Cárdenas a invitarlo personalmente en nombre del jefe de Gobierno a que asistiera a la manifestación de ese 24 de abril. La cita: Chapultepec, 10 de la mañana, de donde partiría la cabeza de la manifestación integrada por el presunto desaforado, dirigentes del PRD y personalidades invitadas, como Cuauhtémoc Cárdenas.
Pese a que la manifestación se convertiría en un acto electoral de Andrés Manuel López Obrador, quien veía como su único obstáculo a Cuauhtémoc Cárdenas, este último decidió asistir puntualmente poniendo por delante la solidaridad con su compañero de partido a su política personal. Al iniciar la marcha, empezaron a llegar llamadas a los que encabezaban aquel contingente informándoles que AMLO ya estaba llegando al Zócalo y no acudiría ni con los dirigentes del partido al que pertenecía ni con sus invitados, despreciando aquel gesto de unidad con la soberbia que se hizo habitual a partir de ese momento.
En minutos Cárdenas, con un grupo de amigos, continuó caminando y recibiendo insultos de un pequeño grupo. Cárdenas, ante el mensaje de su anfitrión, decide abandonar la marcha.
Ese mismo día, lo mismo vivió Porfirio Muñoz Ledo, el cual hacía días había roto con el gobierno de Vicente Fox. Alguien lo invitó, asistió directamente al Zócalo y le pidieron a nombre de AMLO “decir unas palabras”: una gran rechifla ya estaba organizada al momento de mencionar su nombre.
¿Cuál era el significado y el mensaje de AMLO, que unos afirman que fueron casuales y otros premeditados?: anunciar que el 88 había muerto y que ese era un golpe contra los protagonistas y fundadores de la gran unidad histórica, que ahora él, AMLO, tomaba por asalto.
La diferencia entre 1988 y 2006 es que la unidad que dio origen al PRD fue programática y obra de cientos de dirigentes y líderes sociales, de miles de activistas y militantes, frente a un 2006 caracterizado como un movimiento de un solo hombre que dijo “la estrategia soy yo” y por tanto la unidad era solo en torno a él.
A ocho años de aquel momento, la circunstancia del país, le hizo un llamado a la unidad a López Obrador para defender el principal recurso nacional. Él y su corriente la rechazaron, pues la unidad y la suma no están en su naturaleza. Su nacimiento como partido a diferencia del PRD, no nació de la unidad, sino de la escisión; esgrimiendo la bandera de la verdad única y la pureza.
El desdén y hasta repudio a la unidad se basa en la búsqueda de diferenciarse del PRD al cual ha demonizado y convertido en su principal enemigo, porque nunca pudo subordinar y porque su estrategia de NO a ninguna reforma, califica toda acción legislativa, como traición.
Este 31 de enero, día en que se realizó la gran manifestación de la unidad anunciando la consulta popular para 2015, el lopezobradorismo lanzó una campaña contra el PRD a través de sus medios de propaganda para descalificar la presencia del PRD en este acto, tratando de justificar su divisionismo y negativa a marchar en unidad con otras muchas fuerzas.
Para 2015, el eje de la campaña del PRD y la izquierda será la consulta popular en las urnas sobre el petróleo, para el lopezobradorismo el enemigo no será ni el PRI o el PAN, sino el PRD, al cual busca obsesivamente destruir, para surgir como interlocutor único frente al poder.
Esto significa, ni más ni menos, que ha nacido con el nuevo PRI un nuevo palerismo funcional y eficiente promotor de la división y subordinado a los intereses más obscuros del poder.
www.marcorascon.org
-----------------
Viva el hereje Vela Salvador Camarena |
La camiseta verde, aunque demasiados se confundan, no es la
Patria. Es un negocio. Un enorme negocio. A veces impúdico de tantas e
indebidas ventajas que los gobiernos dan a los dueños del balón. Esos
empresarios se reúnen y toman decisiones, muchas veces polémicas por
fallidas, que creen que son buenas para su negocio. Algunas de esas decisiones nos avergonzarán en décadas por venir, pues hay violaciones a las leyes e imponen a jugadores condiciones prácticamente de esclavitud. Pero, esté o no de acuerdo yo, esas decisiones son suyas, y en ese sentido totalmente respetables. Carlos Vela es, entre otras cosas, un joven empresario. Tiene un negocio fincado en sus habilidades deportivas que le da altos rendimientos en ligas de futbol, y ha decidido que lo mejor para su negocio es no hacer parte del mismo en México o, más precisamente, no hacerlo por el momento formando parte del negocio de otros que se supone que representan a México. Esto ha provocado cierta histeria de buena parte de los consumidores de ese negocio, impulsada en buena medida por algunos (no todos, no empiecen, diría Gil Gamés) de los comentaristas que viven de ese mismo negocio de los llamados señores del pantalón largo que quieren que a fuerzas, porque sí, el joven empresario Vela invierta parte de su capital en el negocio de la Federación Mexicana de Futbol. La polémica ha sido tal que poco falta para que escuchemos locuras como que se debería expropiar a Vela sus talentos, “pues es lo que el General hubiera querido”; o que alguien pida al señor Presidente que expida un decreto para declarar de utilidad nacional que el señor Vela no tenga libertad; poco falta pues para que alguien suba a la tribuna en el Congreso y proponga una comisión que quite a este joven empresario futbolístico su libre albedrío. Se nos volvió insoportable la idea de que exista un mexicano triunfador que no quiera hacer lo que otros quieren que haga. Yo saludo a Vela desde el desconocimiento: no tengo idea de si su negativa es por agravios con la Federación del balompié o por un orgullo desmedido o porque simplemente no conviene a su negocio. Pero allá él y su libertad. ¿Porque qué pasaría si se hiciera lo que la masa pide? ¿Obligaríamos a Jorge Ramos a que haga su periodismo sólo en México? Le pediríamos que no lo haga en Estados Unidos y en el mundo (donde ha tenido éxito tras migrar porque aquí era casi imposible ser periodista libre y crítico). ¿Forzaríamos a Cuarón a que hiciera al menos una película tras la cortina del nopal para que si le sale como las demás (cosa improbable) entonces esa cinta pueda competir por un Oscar en la categoría de película extranjera y todos tengamos chance de ir al Ángel a celebrar? ¿Demandaríamos que regrese el bailarín Isaac Hernández y que no dejen ir a la pianista Daniela Liebman para que se regrese a Comala (tan bonito) y decline cualquier invitación a crecer en Europa? Me niego a juzgar a Vela. He visto algunos de sus goles, qué gran talento, pero sobre todo qué bueno que ya nadie —ni el Presidente de México, ni los impresentables federativos— puede obligar a todos a jugar cuando y como ellos quieran. Viva Vela. Vivan siempre los herejes. |
No comments:
Post a Comment