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Saturday, February 01, 2014

Muerte de mexicana, con amplia cobertura en los diarios canadienses

Migra de Canadá ocultó muerte de mexicana un mes.
Fuente: diario La Razon
 
- Lucía Vega intentó suicidarse en oficinas de la border en Vancouver para no ser deportada; falleció 8 días después
- Apenas el pasado miércoles, autoridades de ese país confirmaron el deceso de la mujer de 42 años de edad.
- En 2010 le negaron asilo por violencia doméstica, trabajaba haciendo limpieza para enviar dinero a sus 2 hijos aquí .
Como parte de su política migratoria, Canadá detuvo a la mexicana Lucía Vega Jiménez, de 42 años, a quien deportaría desde el 20 de diciembre de 2013, pero omitió cuidar de ella: un día antes de ser enviada de regreso a México, se colgó con la cortina de la regadera de un baño de la oficina migratoria en el Aeropuerto Internacional de Vancouver, lo que aparentemente le causó la muerte una semana después.

Sin embargo, las autoridades de aquel país, mantuvieron el deceso en secreto, y fue hasta el pasado miércoles que confirmaron la muerte de la mexicana bajo su custodia, luego de presiones por parte de grupos defensores de derechos humanos en ese país.

Lucía Vega, fue detenida a principios de diciembre en el metro de Vancouver y de inmediato puesta a disposición de las autoridades migratorias candienses, debido a que no contaba con estancia legal.
La mayor parte de lo que ganaba como trabajadora de limpieza de un hotel en esa ciudad lo enviaba a México para su madre y sus dos hijos.

No era su primera vez como ilegal, pues desde 2010 pidió asilo a Canadá debido a problemas de violencia doméstica en México, pero se la negaron y fue deportada. Ahora se investiga cuándo y cómo regresó a ese país.

Después de haber sido detenida, se decidió deportarla, para lo cual la llevaron el 19 de diciembre al Aeropuerto de Vancouver. Un día después la subirían a un avión que la traería a tierra mexicana.
Sin embargo, fallaron los protocolos, pues fue sola al baño, donde agarró la cortina de la regadera y se la enredó en el cuello.
Autoridades canadienses la encontraron todavía con vida, por lo que fue trasladada al Hospital de Mount St. Joseph, donde murió el 28 de diciembre de 2013.
Versiones indican que una semana después, la desconectaron del respirador artificial ya que no se veían avances en su salud.
Según la ONG canadiense Liberación, no deportación, hay incluso versiones que indican que se obligó a su hermana Martha, quien habría ido a hacer los trámites para la repatriación del cuerpo, a firmar un documento de no divulgación del caso.
Por su parte, Claudia Franco, cónsul de México en Vancouver, exigió al gobierno canadiense explicar la muerte de la mexicana.
En entrevista con Joaquín López Dóriga en su noticiario de Radio Fórmula, la diplomática explicó que sí conocieron sobre la detención y que incluso hablaron con ella en dos ocasiones antes de ser trasladada a la oficina migratoria en el aeropuerto de Vancouver.

Indicó que fue en diciembre, cuando el consulado mexicano en Vancouver se enteró de la detención de Lucía por lo que se le dijo en qué podía apoyarse.

Explicó que después de la muerte de Lucía se ha mantenido constante contacto con su familia, y a las autoridades canadienses que tienen competencia en el asunto se les ha exigido una explicación respecto a los hechos y eso se suma a las voces que se han alzado respecto al caso.

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Farah: el caso exhibe el drama humano de la migración

El Secretario General de la Cámara de Diputados y defensor de derechos humanos advirtió que la muerte de Lucía Vega obliga a México, Estados Unidos y Canadá, a replantear sus políticas migratorias y no sólo contener el fenómeno.

Por

Jaquelin Coatecatl

La muerte en Canadá de la mexicana Lucía Vega Jiménez, exhibe el drama de los migrantes y permite tener un panorama más claro de lo que viven estas personas ante las políticas migratorias de contención y acoso por parte de las autoridades, aseguró Mauricio Farah Gebara, secretario general de la Cámara de Diputados y especialista en derechos humanos y migración.

En entrevista con La Razón, destacó que el caso de Lucía, es una muestra de la simulación en que incurren los países en el tema migratorio, pues por un lado se ofrece trabajo y por otro hay acoso y persecución que les obliga a vivir en la clandestinidad para evitar ser deportados.

Tan sólo de Estados Unidos, cada año son deportados aproximadamente 400 mil mexicanos, de los cuales se desconoce las circunstancias que están viviendo al momento de su detención y repatriación, indicó.

Consideró que México debe impulsar con Estados Unidos y Canadá, e incluso con países centroamericanos acuerdos sobre migración con una visión de derechos humanos y no sólo contener el fenómeno. ”Hay que tratar a los migrantes como lo que son: humanos, hay que respetar su dignidad, no deben ser cosificados”.

En el caso de Lucia, dijo, Canadá deben aclarar las circunstancias de su intento de suicidio, así como lo sucedido después, ya que se le mantuvo viva a través de un respirador y se le desconectó el 28 de diciembre.

En síntesis, apuntó, nos lleva a tres reflexiones: la primera es sobre el drama que viven los migrantes, incluso al grado de que Lucía pensara en quitarse la vida antes de ser deportada. Segundo, el respeto a los derechos humanos que debe existir de toda persona que esta bajó la custodia de un gobierno. Tercero, la necesidad de cambiar las políticas migratorias de contención, pues estos flujos deben gestionarse de manera segura y ordenada. Sin simulación.

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