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Wednesday, October 17, 2007

Vicente Fox y el Chapo, tuvieron nexos???

¿Se protegió al ‘Chapo’ Guzmán?
Por Raymundo Riva Palacio

Durante mucho tiempo se ha especulado que el cártel de Sinaloa fue protegido en el gobierno de Vicente Fox. Nuevos datos indican que, cuando menos por omisión, así fue

Con una corrupción imbatible, entre 2000 y 2006, asegura la Contraloría de Estados Unidos, que es el brazo investigador del Capitolio, el narcotráfico en México navegó poderosamente entre el quiebre de coordinación para su combate entre los gobiernos de ambos países, que provocó que del 70% de la cocaína sudamericana que llegaba a esa nación por México en 2000, se elevara a 90% el año pasado. Pero en este año, afirmó la Oficina de las Drogas de la Casa Blanca, la campaña contra el narcotráfico que emprendió el gobierno del presidente Felipe Calderón alteró el flujo de las drogas hacia aquel país, con lo cual 37 ciudades de la Unión Americana tuvieron un déficit de cocaína, cuyos precios se dispararon de 95.89 dólares el gramo, a 118.70. ¿Qué sucedió?

Los dos informes, que fueron difundidos recientemente con un espacio de tiempo de dos semanas, parecen esquizofrénicos. O al menos ese sería el diagnóstico si la lógica fuera el eje rector de los gobiernos mexicanos. Entre el de Vicente Fox y el de Calderón no hubo muchos cambios en los funcionarios que combaten al narcotráfico. El procurador general de Calderón, Eduardo Medina Mora, fue director del Cisen y secretario de Seguridad Pública con Fox; el secretario de Seguridad Pública de este gobierno, Genaro García Luna, fue el director de la Agencia Federal de Investigación en el pasado. Sólo cambió el secretario de la Defensa, del general Clemente Vega en el sexenio anterior, al general Guillermo Galván en éste. Entonces, vale la pena insistir en la pregunta, ¿qué sucedió?

“Es muy simple”, dijo recientemente un alto funcionario del gobierno de Calderón que también lo fue en el de Fox. “En el sexenio anterior no nos dejaban actuar; en éste se nos exige actuar”. La afirmación, por inculpatoria, hasta parece temeraria. Sin embargo, cada vez aparecen más datos que sugieren que en el sexenio foxista se dieron cosas “raras” —por llamarlas de alguna manera— en relación con el cártel de Sinaloa, que maneja el mayor volumen de cocaína en México y dispone de los mayores inventarios.

Sinaloa es un estado muy caliente en el tema del narcotráfico, donde se encuentra el mayor número de municipios peligrosos. Durante el inicio de la campaña calderonista contra el narcotráfico, los golpes a la logística y operación del cártel de Sinaloa fueron contundentes. Por mencionar sólo un ejemplo, cuando el Ejército entró en Sinaloa a principios de año, le quitaron al narco el control de Guamúchil, uno de los principales municipios de Sinaloa. En Guamúchil abundaban los vehículos Hummer y para conseguir uno había que esperar una lista de seis meses. El aeropuerto local fue tomado por los militares, quienes destrozaron la pista. Más de 70 avionetas quedaron varadas, sin poder realizar sus vuelos diarios a la sierra, en particular a Badiraguato, por su mercancía ilícita.

Hidalgo Eddy prometió detener a El Chapo antes del 20 de noviembre, recuperando el tiempo perdido. El año pasado, de acuerdo con un alto funcionario en el gobierno de Fox, en dos ocasiones se estuvo a punto de atrapar a Guzmán, pero se les escapó en el último momento. ¿Cómo fue? Cuando se dio la orden de arrestarlo y se lanzó la operación, respondió, de manera no planificada en ambos casos, un avión militar pasó rasante sobre el lugar donde se encontraba. Si esa acción militar fue coincidencia o no, agrego, el resultado fue el mismo: el vuelo a baja altura lo alertó y le dio tiempo para escapar.

Dentro del gobierno federal ya no hay muchas cejas levantadas. Varias investigaciones sobre el cártel de Sinaloa fueron abortadas en el sexenio foxista. Una muy importante se dio en la investigación contra Nahum Acosta, responsable de giras en la presidencia foxista, y a quien la PGR le había interceptado llamadas telefónicas que le había hecho uno de los jefes de esa organización, Arturo Beltrán Leyva. La PGR estaba estableciendo los vínculos del ex funcionario, allegado por cierto al presidente del PAN, Manuel Espino, cuando desde el interior de Los Pinos se filtró la información al reportero Francisco Garfias. La publicación de esa investigación tomó por sorpresa a la PGR, que no pudo documentar una acusación sólida contra el ex funcionario, quien fue exonerado.

Por omisión o comisión, mucho de lo relacionado con el cártel de Sinaloa fue dejado pasar durante el sexenio pasado. Y no hay responsables de alto nivel en la fuga de Guzmán de Puente Grande, o de cuando detectado en el Distrito Federal a mediados del sexenio tampoco lo detuvieron, o de los vuelos militares rasantes sobre su guarida, o que se pudiera mover, de acuerdo con reportes, en zonas supuestamente protegidas por militares. Si ese cártel no estaba protegido, parecía estarlo. Pero es probable, a la luz de resultados, que esa situación tan peculiar esté llegando a su fin. Cuando menos es lo que sugiere la estrategia actual en el combate contra el narcotráfico. Falta ver si no, como se ha visto tantas veces en el pasado, todo quedó en flor de un día.

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