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Tuesday, August 31, 2010

Nuestra traición
Marco Rascón

¿Qué somos como nación, si por anexarnos hemos traicionado el precepto primero de nuestra Constitución y masacramos a los esclavos modernos, migrantes, víctimas de la destrucción de sus naciones por la globalización imperialista y el enfrentamiento norte-sur?

“Artículo 1. En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece.

“Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.

"Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas."

Los 72 migrantes asesinados son la consecuencia de nuestra anexión a América del Norte. Voluntaria o involuntariamente fuimos anexados y convertidos en el gran muro de contención de Estados Unidos frente a Latinoamérica. En 17 años nos transformamos de hermano mayor en policía migratoria del norte.

Los 72 migrantes asesinados, más todas las vejaciones a los migrantes del Suchiate al río Bravo en esos años, constituyen el costo que hemos pagado para ser aceptados como parte de América del Norte y en pago de nuestra traición a América Latina. No es una responsabilidad sólo de Estado, sino de nación.

Los 72 migrantes asesinados muestran lo que hoy somos. El resultado del consenso de las fuerzas políticas, todas, que decidieron cambiar nuestra espalda mojada, por la espalda del que huye de los suyos.

Los 72 migrantes asesinados son la expresión del racismo mexicano que se ha expresado lo mismo contra los derechos indígenas y ahora contra los migrantes. México es hoy la tierra del genocidio, el paramilitarismo encubierto, el crimen, el origen de los virus y las epidemias. ¿Cómo luchar contra la ley SB 1070 y calificarla de nazi, si México es el holocausto, los trenes de la muerte y los ranchos del exterminio?

Los 72 migrantes asesinados y los sicarios que los masacraron son la fantasía del alguacil de Arizona, Joe Arpaio, y todos los cazainmigrantes en Estados Unidos. ¿Qué mayor apoyo al racismo y la xenofobia que la aplicación del terror en el patio trasero antes de la llegada y sin ninguna responsabilidad para los genocidas? En la frontera norte somos víctimas, en la sur, los victimarios.

Los 72 migrantes asesinados lo fueron, según la versión oficial, porque se negaron a colaborar con el "crimen organizado". La explicación es boba, pues suponiendo una larga fila donde se preguntaba a cada uno su decisión de vivir como sicario o morir como desconocido, ¿cuántos sí decidieron salvar la vida? O morir fue decisión por consenso.

Los 72 migrantes asesinados y el holocausto migrante en México no necesita leyes ni tribunales; no necesita apelaciones, ni disputas constitucionales sobre derechos: con el terror de México basta y los trenes de la muerte mexicanos se logra más que la iniciativa de la gobernadora de Arizona. Los cuerpos no estaban para incinerarse en hornos crematorios, sino para exhibirse y contener la migración al norte.

Los 72 migrantes asesinados son la vergüenza de nuestro bicentenario. Si el Grito de Dolores tuvo repercusiones desde el medio oeste norteamericano hasta Panamá como espíritu de liberación contra la corona española, hoy la vejación y el crimen de migrantes latinoamericanos es un mensaje de terror que nos identifica como lacayos del imperio.

Los 72 migrantes asesinados son la señal más clara de la profundidad de la crisis económica en Estados Unidos y, por tanto, del ascenso del racismo. Es un acto de colaboración mexicana a ese país, poniendo a su servicio la "guerra contra el crimen" para frenar la migración y presión sobre su frontera. Es la renta del patio trasero. Es la negación de nuestra tradición diplomática que abrió las puertas al exilio español, judío, árabe y latinoamericano tras las guerras y las dictaduras. Es la entrega de nuestro destino e historia. Por eso hoy no somos nada.

Los 72 migrantes asesinados en México es una obra obscura, alianza de los rangers de Chiapas con los de Texas y Arizona. Es el resultado de una mentira de las potencias que no asumen que sólo pueden sostener sus economías con trabajo ilegal y esclavizando.

Conclusión: no aceptemos ya versiones de policía, cuando la causa es el desplome moral de la nación mexicana. México a 200 años de su Independencia está muerto y sólo puede resucitar si buscamos la verdad.

Hace tiempo, no mucho, éramos una nación respetada. Hoy todo es falso: la violencia es política de Estado; nos inventan democracias, candidatos y falsas alternativas, cuando todos son lo mismo.

Los 72 migrantes asesinados es una traición a nosotros mismos.




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FUNDACIÓN ONASSIS CONVOCA A MEXICANOS A PREMIO EN TRABAJO SOCIAL SOBRE TEMA MIGRATORIO


La Fundación de Interés Público Alexander S. Onassis, en consonancia con su participación activa en la organización de las Jornadas de la Sociedad Civil del Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, Grecia, 2009, y conforme a los objetivos establecidos por su fundador, Aristóteles Onassis, para el otorgamiento de premios internacionales, ha decidido crear el:

Premio Internacional “Hestia” Onassis a la Integración de inmigrantes y el desarrollo humano.


El Premio Hestia reconoce las iniciativas innovadoras y excepcionales centradas en la integración de inmigrantes y el desarrollo humano por parte de una organización de sociedad civil, grupo o persona que trabaje de forma individual o colectiva en el país anfitrión del Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo (GFMD por sus siglas en inglés). El Premio otorgado por la Fundación Onassis consiste en 50 mil euros. La primera edición fue en 2009 y la última será en 2011.

En 2009, durante el 3er GFMD llevado a cabo en Atenas, Grecia, la Fundación Onassis otorgó el premio a Médecins du Monde-Greece por su iniciativa innovadora “Open Polyclinic”, que ofrece cuidados médicos y farmacéuticos de manera gratuita, así como apoyo psicosocial a grupos de inmigrantes sin acceso o con acceso limitado al Sistema de Salud Griego y a los servicios sociales.

En 2010, el Premio Hestia será otorgado a una organización de sociedad civil, grupo o persona mexicano que trate con temas de integración migratoria y desarrollo humano.

La fecha límite para presentar las solicitudes vence el 15 de septiembre de 2010. El premio se ofrece a México en virtud de que este año se celebra en el país el Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo.

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Cae La Barbie; versión de que sería testigo protegido de la DEA

Despierta sospechas que no lo hayan capturado el Ejército o la Armada
Fuente: Periodico La Jornada
Martes, 31 de Agosto, 2010

Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, líder de una de las facciones en que se dividió el cártel Beltrán Leyva tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, en diciembre de 2009, y considerado uno de los narcotraficantes más sanguinarios que operan en México, fue detenido ayer durante un operativo de la Policía Federal. La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal no dio detalles de la operación ni del sitio exacto donde fue aprehendido.

Oficialmente, la SSP federal únicamente informó que la captura ocurrió en el estado de México. Al filo de las 22 horas, el vocero del gabinete de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, afirmó que habría sido en Lerma, una comunidad del valle de Toluca, a unos 40 kilómetros de la capital mexiquense.

Sin embargo, fuentes policiales indicaron que la detención ocurrió en el poblado de Santa Fe, comunidad cercana a Taxco, Guerrero, y con comunicación hacia Ixtapan de la Sal, en el estado de México.

Édgar Valdez Villarreal ha sido el único de los narcotraficantes importantes que han sobrevivido a un operativo de captura del gobierno mexicano contra líderes de organizaciones dedicadas al tráfico de drogas. El 15 de diciembre de 2009 fue abatido a tiros Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, en Cuernavaca, Morelos. El 29 de julio en la ciudad de Guadalajara, en un operativo realizado por efectivos del Ejército Mexicano, resultó muerto Ignacio Coronel Villarreal.

Tras la captura de Édgar Valdez Villarreal surgieron versiones de lo sucedido: que la operación policial fue realizada por mil agentes federales y la detención se logró luego de una balacera de más de una hora. Asimismo, que La Barbie se entregó y formará parte del programa de testigos protegidos en Estados Unidos, ya que es originario de Texas y existe un proceso penal en su contra en la ciudad de Atlanta, Georgia.

La información oficial que difundió la SSP federal señala: “elementos de la Policía Federal arrestaron este lunes en el estado de México al narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, quien fue el jefe de sicarios y principal hombre de confianza del extinto Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.

“La Secretaría de Seguridad Pública federal informa que elementos de la Policía Federal capturaron este lunes a Édgar Valdez Villarreal en el estado de México. Tras un trabajo de inteligencia que inició en junio de 2009 y se desarrolló en diversos puntos del país, Valdez Villarreal fue detenido.

"La operación contra la estructura criminal continúa", informó anoche la dependencia en un escueto comunicado.

A pesar del cerco informativo, fuentes de la Policía Federal revelaron que el operativo –en el que no participaron efectivos del Ejército Mexicano ni de la Marina– comenzó al filo de las 16 horas.

Una de las primicias de la detención la dio el presidente Felipe Calderón a través de Twitter.

En medio del hermetismo de la SSP federal, en fuentes gubernamentales cercanas al gabinete de Seguridad Nacional circuló la versión de que La Barbie había entablado desde hace por lo menos ocho meses negociaciones con la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y que se había convertido en "informante" de las autoridades de ese país.

Desde hace algunas semanas las fuerzas armadas mantuvieron en Morelos, Guerrero, estado de México y Distrito Federal diversos operativos en los que se detectaron casas de seguridad, integrantes de los grupos de sicarios y operadores de Valdez Villarreal.

La Barbie se convirtió en una prioridad para la Secretaría de Marina tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva. Incluso, altos mandos de la Armada estaban convencidos de que esa dependencia lograría la captura.

Sin embargo, hace unas semanas se realizó un operativo en la zona de Naucalpan, donde la Policía Federal realizó un aparatoso despliegue, sin obtener resultados. Después trascendió que la Armada había ubicado a La Barbie en la misma zona y que los agentes se adelantaron por unas horas.

La acción de la Policía Federal generó molestia en el alto mando naval, porque les quedó la idea de que lo único que lograron los federales fue alertar y abrir el cerco que estaban por cerrar los marinos.

En razón lo anterior, para algunos mandos navales resultó sospechoso que haya sido la Policía Federal y no la Armada ni el Ejército quien capturó a La Barbie, debido a que, al parecer, ya se había convertido en testigo protegido de la DEA.

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Detención bajo sospecha
 Editorial de La Jornada
La captura del presunto narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, oficialmente efectuada la noche del lunes por elementos de la Policía Federal (PF), ha generado en la opinión pública diversas interrogantes.

A las divergencias en lo relacionado con el lugar de la detención y el hermetismo oficial sobre los detalles del operativo, se suman las suspicacias en torno a la versión de que el presunto narcotraficante –quien se mostró tranquilo y hasta sonriente durante la presentación realizada en el centro de mando de la PF– fue capturado sin disparar un solo tiro, según informó el comisionado de la corporación, Facundo Rosas. Lo anterior no sólo contrasta con la caracterización –realizada por las propias autoridades– de Valdez Villarreal como un narcotraficante particularmente sangriento e implacable, sino también con la violencia de los episodios en los que han sido abatidos capos como Arturo Beltrán Leyva, en diciembre de 2009, e Ignacio Coronel, en julio de este año.

Tan sospechosa como las circunstancias de la captura de Valdez Villarreal resulta la exclusión del Ejército y la Armada de México en el operativo correspondiente, el cual corrió a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública federal por conducto de la PF. Es pertinente recordar, al respecto, que la dependencia encabezada por Genaro García Luna cuenta con un historial de infiltraciones, cooptación y corrupción por el crimen organizado –como quedó de manifiesto en el contexto de la llamada Operación Limpieza, y con la destitución, anunciada el mismo lunes, de 10 por ciento del personal de la PF–, y que su titular tiene en su haber un antecedente ineludible en las acciones de combate al crimen organizado: el montaje televisivo de la captura de la francesa Florence Cassez y la banda de Los Zodiaco, en diciembre de 2005.

Con tales precedentes, la participación de la PF contribuye a enturbiar, más que a esclarecer, el contexto, de por sí oscuro, en que se produce esta detención.

Ante tales consideraciones, la opinión pública tiene razones de sobra para preguntarse si dicha captura derivó en efecto del trabajo de inteligencia que se inició en junio de 2009 y se desarrolló en diversos puntos del país, como afirman las autoridades, o si fue resultado de una componenda previa con cárteles de la droga.

La sospecha se alimenta por el hermetismo de las autoridades policiacas y por la actitud desenfadada del propio Valdez Villarreal, pero también por la demostración constante y exasperante de la incapacidad de los distintos niveles de gobierno para enfrentar al crimen organizado en general, y al narcotráfico en particular: sin negociación de por medio, y habida cuenta de la vasta capacidad de fuego y organización de los grupos delictivos, es difícil explicarse cómo uno de los principales capos de la droga puede ser capturado sin oponer resistencia.

Por otro lado, de confirmarse las versiones de que el presunto narcotraficante originario de Laredo, Texas, será extraditado a Estados Unidos, no sólo se estaría asistiendo a una confesión de la incapacidad de las autoridades federales encargadas de procurar justicia; también quedaría de manifiesto una claudicación inaceptable en términos de soberanía y un trato de privilegio para un extranjero que cometió delitos en México, y que debe, por tanto, enfrentar los procesos penales correspondientes ante las instituciones mexicanas.

Por lo demás, los señalamientos de que La Barbie trabaja desde hace meses como informante de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), confirmarían, de ser ciertos, que las autoridades del vecino país incurren en un fraude monumental a la opinión pública internacional al promover, por un lado, una cruzada mundial contra el trasiego de estupefacientes y pactar, por el otro, con dirigentes de las bandas dedicadas a ese ilícito.

En suma, lo que ha sido presentado por las autoridades mexicanas como un nuevo golpe a la estructura del narcotráfico y un avance de la legalidad en el país, deja en la sociedad, a la luz de los elementos de juicio mencionados, una sensación de trampa, de simulación, de tomadura de pelo, que en nada ayuda a restañar la credibilidad oficial.

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¿Un éxito?
Octavio Rodríguez Araujo


Muchos creen a conciencia que la detención de La Barbie es un éxito de Calderón. Pero no es exacto. Tarde o temprano tenía que caer si más de 100 mil efectivos del Ejército, la Marina y la Policía Federal andan metiéndose en todos lados y buscando narcotraficantes. Además, alguien tan visto no es igual que un humilde camello que vende gramos por semana y no toneladas de droga. 

Era lógico que así como se filtra información privilegiada del gobierno también ocurra lo mismo en las filas del narcotráfico. Siempre hay bocones en todo lados, incluyendo en la jerarquía eclesiástica. ¿Por qué no entre los narcos que, como se sabe, no están unidos sino que luchan entre sí por territorios y mercados?

La guerra de Calderón empezó mal y seguirá peor. Hasta ahora, después de decenas de sugerencias expertas en ese sentido, se está tratando de controlar en serio el problema del lavado de dinero. Esta debió de ser una de las primeras medidas a tomar, pero el licenciado se tardó casi cuatro años en percatarse de que el narco no suele usar tarjetas de crédito propias, ni cheques para pagar sus adquisiciones, sean automóviles, viviendas, tierras o la misma droga y su transporte. Tampoco para corromper autoridades.

Una vigilancia bancaria adecuada, empezando con los ingresos y gasto de autoridades federales, estatales y municipales, uniformadas o no, permitiría saber quiénes recibieron más dinero del que la legislación les permite. Esto no se ha hecho y todos imaginamos por qué, pues muchos saldrían raspados. Lo mismo se puede decir de los muchos ricos que, según se ha denunciado, evaden impuestos de mil maneras y, de este modo, igual pueden lavar dinero o aumentar sus riquezas sin que se note mucho.

Un efecto secundario de la captura de La Barbie es que sus secuaces, que debe tenerlos y en gran cantidad por todos lados, incluso fuera de México, seguirán haciendo de las suyas y quizá con más saña que antes, pues han sido tocados en donde más les duele, y no sólo porque era jefe de muchos sino el enlace con todos los involucrados en la producción, comercialización, transporte y paso de aduanas de la droga.

Cuando la Marina asesinó a Beltrán Leyva los crímenes de diversos tipos (decapitados, colgados y demás) aumentaron, sobre todo en Morelos, y en Cuernavaca en particular. Las venganzas propias de la competencia descarnada y criminal entre jefes de los diversos grupos de maleantes se hicieron ver y las estamos padeciendo. Aumentarán, pese a que Valdez Villarreal esté detenido.

Algo que no dirá Calderón en su cuarto Informe es que las casi 30 mil víctimas de su guerra contra el crimen organizado no han sido suficientes (ni lo serán) para acabar con los maleantes. Hay guerras que no se ganan, ni con los mejores ejércitos del mundo, y esto lo saben los yanquis, los franceses y los ingleses, principalmente, en sus varias incursiones en Asia, África e incluso en América Latina o en Europa (Yugoslavia, por ejemplo).

Y esas guerras históricas, por el número de víctimas de varios lados y por los años que duraron, fueron planeadas y no improvisadas como en México. Tampoco dirá que así, como quien no quiere la cosa, se ha militarizado el país y que las acciones del Ejército son a todas luces ilegales (y no sólo lo he dicho yo, que no soy jurista, sino varios expertos en leyes muy respetados por sus conocimientos en la materia).

Lo más grave del asunto es que Calderón echó a andar su máquina de guerra interna, incluso aumentando los gastos militares y el negocio de las armas, y no se sabe cuándo ni cómo va a terminar. Los posibles sucesores, que se apuntan para el 2012, no nos han dicho qué van a hacer cuando tengan la papa caliente en las manos. Tal vez su silencio al respecto se deba a que no saben, de verdad, qué hacer con un país que no es el mismo de hace 10 años y que el actual inquilino de Los Pinos lo está dejando a punto de volverse ingobernable.

Los especialistas en economía puede ser que sepan cómo enderezar las finanzas del país, cómo distribuir mejor la riqueza, cómo evitar la inflación y la devaluación del peso. Pero, ¿dónde están los expertos en convertir una guerra sin futuro en un anhelado periodo de estabilidad y seguridad pública? Los yanquis, los colombianos y los israelíes no saben de esto. Lo han demostrado hasta el cansancio. ¿Quién lo hará en México? ¿Joaquín Villalobos y sus llamados no precisamente elípticos a apoyar a Calderón?

Bien, con La Barbie se puede restar a uno. ¿Y los demás, que tienen según el mismo Villalobos, más armas que las decomisadas a las FARC en varias décadas y "tres veces lo que las guerrillas lograron introducir desde Nicaragua durante la guerra civil de ese país"? Faltan dos años y meses para que termine este desgobierno. Por lo mismo dos años y meses de terror, de miedo a salir a la calle o de que nos asalte el Ejército en la casa por una llamada anónima del vecino molesto, o de que nos secuestren los policías que, recién cesados, buscarán de qué vivir.

Si siquiera viviéramos mejor que antes…

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