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Saturday, December 01, 2007

Dificultades de los inmigrantes en California!

INMIGRACIÓN: Tolerancia cero

Alberto Ampuero

22 de noviembre de 2007

Los inmigrantes no son muy populares en estos tiempos y la creciente oleada de agresiones lo comprueban.

Los inmigrantes enfrentan dificultades derivadas del racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia, que se expresan en formas de discriminación, así como también en abusos, violencia y engaños, amenazas a su integridad física y riesgo de muerte.

El crecimiento de esta ola de xenofobia y racismo contra los latinos no es sólo producto de iniciativas aisladas: se alimenta de una deliberada política de Washington que criminaliza a los inmigrantes y que se ha traducido en violencia institucional contra ellos.

La mayoría de víctimas por delitos de odio hacia minorías étnicas son contra latinos, reportó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).También están las redadas y deportaciones. Una medida absolutamente violatoria de los derechos humanos de esos trabajadores, ya que se trata de una medida policial y cuyo efecto final es, por supuesto, debilitar aún más a esa fuerza de trabajo que vivirá más aterrada ante la "migra", aunque, eso sí, trabajando en condiciones cada vez más ventajosas para los empleadores.El Departamento de Seguridad Interna (DHS) informó que en el año fiscal 2007 que concluyó el 30 de septiembre más de 330 mil personas fueron detenidas en las instalaciones de control migratorio mientras que la Guardia Nacional ayudó a detener a casi 124 mil indocumentados.

Está claro que ese "control" no necesariamente implica impedir los cruces de indocumentados sino detectarlos. Por la sencilla razón, ampliamente demostrada, que la economía estadounidense necesita, para impulsar su productividad y su competitividad internacional, del flujo de la fuerza laboral inmigrante, por sus bajos salarios y poco acceso a programas sociales.

Un estudio del Pew Hispanic Center señala que la demanda de trabajadores latinos se ha incrementado, debido a que el mercado de trabajo estadounidense se ha revitalizado. Estos trabajos han sido cubiertos en su mayoría por inmigrantes latinos, especialmente recién llegados.

Se estima que el número de personas indocumentadas en la fuerza laboral estadounidense es de de 6.5 a 7.2 millones. Ellos constituyen el 24% de todos los trabajadores agrícolas en Estados Unidos, el 17% de los empleados en limpieza, el 14% en la construcción y el 12% de las personas empleadas en la preparación de comidas.

La construcción de nuevas viviendas, en particular, es el gran empleador de nuevos trabajadores indocumentados, señala el investigador Rafael Rodríguez Cruz.

Se calcula que entre el año 2000 y 2005, la industria de la construcción atrajo al menos 550 mil de los nuevos trabajadores indocumentados acabados de llegar al país, llegando así a un total de 1.4 millones de personas indocumentadas empleadas en esa industria en 2005.

Este patrón continúa incluso ahora en que se habla de una caída en la producción de nuevas viviendas. Entre 2005 y 2006, la industria de la construcción incrementó sus trabajadores latinos acabados de llegar en 255 mil personas.

Sin embargo, estas contrataciones no se han traducido en mejores salarios; por el contrario, se mantienen estancados. En parte, eso se debe a la estratificación racial del mercado de trabajo estadounidense. Al seccionarse legalmente el mercado de trabajo (gracias a una especie de apartheid laboral moderno), la demanda creciente de fuerza de trabajo en los sectores de rápida expansión —como la construcción— no se traduce en un alza general de los ingresos de los trabajadores, explica Rodríguez Cruz.

El mercado de trabajo en Estados Unidos está tan rígidamente demarcado por la cuestión racial, dice, que el empleo de indocumentados está hasta cierto punto desconectado del resto de la fuerza laboral, aunque se trate, en términos generales, de la misma categoría ocupacional, la misma ciudad o el mismo sector industrial.

Además, y esto es muy importante, dice Rodríguez. Esta porción de la clase trabajadora, los indocumentados, que precisamente tiene la tasa de participación laboral más elevada, y que está sujeta a la demanda más intensa, queda privada por ley de organizarse sindicalmente, so pena de perder un trabajo ya de por sí mal pagado.

La Suprema Corte de Estados Unidos determinó en el año 2002 que los trabajadores indocumentados no tienen derecho a buscar la protección de las leyes federales cuando los despiden por tratar de organizar sindicatos. El caso se conoce como Hoffman v. NLRB (533 US 137).

Con esta decisión el Tribunal Supremo del país abrió el camino para el empleo masivo de trabajadores indocumentados en la industria y los servicios, sin temor a que ello provocara una oleada de reclamos de organización sindical.

Muchos jueces federales de Estados Unidos interpretaron esta decisión también como una negación de derechos compensatorios a los trabajadores indocumentados que sufren accidentes laborales.

La decisión en Hoffman coincide, pues, con el inicio del boom expansivo en la construcción de la primera mitad de esta década, y creó el marco legal para un régimen especialmente opresivo de explotación de los trabajadores indocumentados en la manufactura, la construcción y los servicios, concluye Rodríguez Cruz.

Alberto Ampuero es periodista radicado en Riverside, California

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