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Tuesday, July 20, 2010

El largo adiós de Rosa Albina Garavito al PRD
Luis Hernández Navarro


En abril de 2008, Rosa Albina Garavito renunció al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Desde 1988 había participado activamente tanto en el movimiento que le dio origen como en su fundación.

Su salida no fue un asunto menor, pues durante años tuvo responsabilidades muy importantes en su conducción. Fue consejera nacional emérita del partido, integrante de su dirección nacional, diputada federal, senadora y coordinadora de su fracción parlamentaria en la LVI Legislatura, hasta que un golpe de Estado de Porfirio Muñoz Ledo la removió de ese puesto. Durante años profesó una enorme simpatía por el neocardenismo y formó parte del grupo cercano a Cuauhtémoc Cárdenas. Fue, en suma, una personalidad muy influyente en la vida interna de ese organismo.

La salida de Rosa Albina del PRD debe ser analizada como "la exigencia de abandonar las ilusiones" que forma parte –de acuerdo con Carlos Marx y Federico Engels en La sagrada familia– del "llamado a abandonar una situación que necesita ilusiones".

Decidida a abandonar el mundo espectral en el que vivió durante dos décadas, la maestra Garavito acaba de publicar Apuntes para el camino. Memorias sobre el PRD. El libro trata, como señala la autora en su introducción, de la historia de "un partido que nació para disolver el régimen priísta y terminó por reproducirlo. Lo cuento según la viví: entusiasta fundadora de ese partido, terminé por renunciar al mismo en 2008".

La obra, que tiene, como decía José Revueltas, el color y el aroma del recuerdo, no es un ejercicio de nostalgia, sino parte de un proyecto político. Según Rosa Albina, "mientras en el imaginario social el PRD continúe ocupando el lugar de la izquierda que no es, más tardará en nacer la izquierda que el país necesita". Para ella, "el PRD es irrescatable".

Apuntes para el camino. Memorias sobre el PRD es un amplio bricolaje textual armado con reflexiones autobiográficas, artículos periodísticos, cartas, colaboraciones en revistas y libros, análisis de coyuntura y documentos políticos. Tiene como eje articulador central la vida, obra y desgracias del principal partido de izquierda electoral en México, y la intervención de la autora en él. Abarca un periodo de 21 años: desde 1988, fecha de la irrupción electoral cardenista, hasta mayo de 2009, momento en que Rosa Albina renuncia al partido decidida a salir de una organización a la que considera fantasmagórica, después de las pasadas elecciones internas fraudulentas para nombrar dirección nacional.

Según el poeta estadunidense Peter Balakian, "recuperar la memoria es un acto moral. Recordar, llamar al pasado es un acto de afirmación". El libro es, por supuesto, un acto moral y de afirmación, que toma como vía de expresión el testimonio de una aventura y un naufragio partidario. Pero va mucho más allá de eso. Las vicisitudes de su autora están acompañadas de lo que siempre caracterizó su intervención en ese instituto político: la reflexión de la problemática nacional y de la vida misma del partido, organizada desde la contradicción existente entre la esperanza concebida y lo vivido cotidiano.

Como testimonio histórico y sin ser en sentido estricto una historia completa del sol azteca, el libro es un documento de gran valor. No existe en español una obra sobre el PRD que pueda compararse a las escritas por Luis Javier Garrido para el PRI o por Soledad Loaeza para el PAN. Eso no quiere decir que no se haya escrito en tesis, artículos y libros sobre el sol azteca, algunos de ellos (no muchos) muy buenos. Por supuesto que los hay. Pero están lejos de ser definitivos. El libro de Rosa Albina Garavito es, sin lugar a dudas, una valiosa herramienta para construir esta historia.

La autora se sumó a la construcción del sol azteca "convencida de que de la confluencia de las organizaciones de la izquierda socialista y del nacionalismo escindido del PRI resultaría una síntesis política que superara a ambas vertientes, me volqué al trabajo de hacer de mi tesis una realidad". Durante varios años militó con gran orgullo. Sin embargo, a raíz del desastre de la elecciones internas de 1999 su orgullo perredista comenzó a esfumarse. En más de una ocasión –cuenta– escribió su renuncia al partido. Sin embargo, siempre fue mayor su voluntad de contribuir a rescatar ese espacio, que nació como el más grande esfuerzo unitario de la izquierda del país. Pero las cartas estaban marcadas por hechos como la negativa de los senadores perredistas a reconocer a los pueblos indígenas como sujetos de pleno derecho. Según ella, en lugar de ser un momento de síntesis, la militancia de esa amplia gama de la ex izquierda socialista fue el mejor espacio para reproducir grotescamente los viejos vicios del régimen priísta. Su renuncia se volvió inevitable.

A su manera, el libro dialoga con dos actores políticos: el ciudadano que irrumpe en masa en las urnas en 1988, y el EZLN. Se trata de un diálogo en el que la analista busca al sujeto social capaz de construir la opción de izquierda que hoy no existe en el país. La izquierda partidaria –asegura– quedó arrollada por la derrota ideológica y política del viejo nacionalismo. Es un diálogo en el que se destaca el análisis de los desencuentros del PRD con esos dos actores, cuando no, de la decisión explícita del partido de aislar al zapatismo. De una reflexión en la que que el largo adiós de la analista con el partido que ayudó a fundar se combina con la búsqueda del México de abajo capaz de transformar al país.

Decía Albert Camus: "Quizá mi papel sea servir, desde mi lugar, a los valores sin los que el mundo, aun transformado, no valdrá la pena de ser respetado". Al igual que se lo proponía el escritor francés, Apuntes para el camino. Memorias sobre el PRD sistematiza con claridad, más allá de los acuerdos o desacuerdos que puedan tenerse con el libro, un conjunto de tesis políticas y valores de los que la izquierda no puede prescindir a riesgo de perder su autoridad y extraviarse en el camino.

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Video: Carmen Aristegui entrevista al Ing. Cayetano Cabrera, huelguista del SME (1/2)



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Crimen desorganizado
Marco Rascón

Algo lógico no cuadra en la guerra presidencial contra el crimen organizado: el comportamiento del enemigo destruyéndose (a menos que estén inspirados en la izquierda) ¿Cuál es entonces el papel del Ejército Mexicano? ¿La disputa por acabarlos a todos? ¿Apaciguarlos? ¿Disputarles el negocio? ¿Se pretende ser, juez o parte en la guerra?

Es justificable que Felipe Calderón prefiera la guerra a la negociación con la delincuencia; se entiende, pero… ¿los narcos han demandado diálogo o pacto? Hasta ahora, que se sepa, el crimen organizado no ha expresado objetivos más allá de los declarados por el Mayo Zambada a Julio Scherer, o lo que dicen las narcomantas: no dicen nada y tampoco hay interlocutores, salvo el mítico Chapo Guzmán, que no dice nada. Hoy resulta que los narcos son homófobos y hacen limpieza de homosexuales (la del sábado en Torreón) y drogadictos en rehabilitación. ¿Cómo se verían, desde una perspectiva de exterminio paramilitar, estas masacres? Tal parece que no hay una guerra, sino muchas.

Dejemos los comparativos con guerras actuales, donde la guerra interna en México supera con mucho a otras. En los años 70, la Operación Cóndor en Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay dejó un saldo de 50 mil muertos y su objetivo era el liquidar y el exterminio. Estamos a la mitad.

En esta guerra sexenal, el crimen organizado no parece tener nada heroico, pues se construyó desde la descomposición de las mismas policías y por tanto, ya venía organizado de origen; sirvió para dar perspectiva mayor a miles de delincuentes y pequeñas bandas y surgió hace 15 años a causa del cambio de comportamiento de los compradores del norte, quienes decidieron que México no debería ser sólo un país de paso, sino también consumidor y empezaron a pagar con droga el aseguramiento de los cargamentos que iban haciendo pequeños mercados. Así nació el narcomenudeo y de ser exportadores medieros, ahora importan.

Si a eso unimos la crisis en el campo mexicano, la migración y la falta de oportunidades para los que se quedaron, el nuevo mercado fue la solución para miles de pueblos y ciudades, en lo que se podría caracterizar como la crisis de nuestras provincias. Miles en todo el país, fueron reclutados y el fenómeno generó no sólo negocio, sino también cultura y competencia.

Conflictos entre narcos siempre hubo, pero siempre predominó el negocio a la violencia. El norte próspero, deslindándose del sur, no se dio cuenta de la trampa en la que estaba. El crecimiento masivo de la descomposición, generó al régimen un problema de seguridad nacional y la alternancia aflojó más los viejos controles corrompidos de la seguridad interna. Para 2006, el balance era claro: habían perdido control de gran parte del territorio. Felipe Calderón decide meter al Ejército contra el narcotráfico, pues eso fue promesa de todos los candidatos en 2006 y era uno de los pocos consensos políticos.

En esto es donde se genera la duda: ¿no fue una decisión de Estado liquidar, matar, a 50 mil delincuentes, aunque eso fuera una estrategia ilegal, basada en la guerra sucia y conceptos como la Operación Cóndor? ¿Qué se hará con el paramilitarismo que está surgiendo? ¿Será una herencia para el próximo sexenio?

Si el Ejército combate a todos los fuera de la ley y si de los 25 mil muertos 95 por ciento es entre ellos mismos ¿por qué no han pactado o llegado a treguas, cuando tienen un enemigo común, que es el gobierno mexicano y un objetivo central, que es él negocio? Urge la lógica.

Desde opiniones poco ingenuas, se dice que nos estamos pareciendo a Colombia, cuando ya los rebasamos y en aquel país, se cuidan de mexicanizarse. El terror en Morelia aquel 15 de septiembre y la bomba de Ciudad Juárez van teniendo orígenes siniestros en la idea de generar el terror y la justificación a ver decenas de ajusticiados diariamente. El estado de derecho no existe, ni para hacer autopsias de cadáveres, menos para investigar o encarcelar, cuando las prisiones están rebasadas y se liquida a drogadictos en centros de rehabilitación, surge la noción de la fosa común y el exterminio. Hoy los alemanes que fueron parte del nazismo, dicen que nunca vieron nada y, por tanto, no existió.

Una derrota gubernamental es el hecho de que la población no apoya al Ejército Mexicano. La sociedad ve con igual desconfianza a tirios y troyanos y así se lo cobraron los niños scouts a Margarita Zavala con su porra norteña de ¡Tírense al suelo!, pues los "daños colaterales" no sólo son los baleados ocasionales por las refriegas, sino la inexplicable matanza de un enemigo ambicioso y que se autoliquida para que nos tranquilicemos.

Liquidar es una vieja tentación fascista. Lo cruento del enfrentamiento sólo da lugar a la versión oficial. Es probable que el Presidente haya enloquecido y no estemos ante una guerra, sino un exterminio de delincuentes, con lo cual se nos ofrece la seguridad del futuro, a cambio de entregar el estado de derecho.

Por lo pronto, lo que nos queda de duda es que el crimen no está organizado.

http://www.marcorascon.org

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Cárcel de Phoenix crea anexo SB1070

El sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio, anuncia la creación de una sección donde colocará carpas al aire libre para los indocumentados detenidos

Joe Arpaio, el sheriff del Condado de Maricopa, conocido por su posición antiinmigrante, anunció hoy que albergará en tiendas de campaña dentro de la cárcel a los indocumentados que sean detenidos bajo la nueva ley de inmigración de Arizona SB 1070.

Arpaio creó desde 1993 un anexo a la cárcel del condado en Phoenix, donde colocó carpas o tiendas de campaña para instalar ahí a ciudadanos estadunidenses e inmigrantes indocumentados encarcelados por robos, violencia doméstica, manejar en ebriedad y otros delitos.

El sheriff anunció este martes que para celebrar el 17 aniversario de dicho anexo, creará una nueva sección con tiendas de campaña que será bautizada con el nombre de 'SB 1070' y se usará para los indocumentados detenidos bajo la nueva ley.

El sistema de encarcelamiento de Arpaio, prácticamente al aire libre, ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos, dadas las altas temperaturas que se registran en Phoenix, que en verano superan los 45 grados centígrados.

Arpaio informó que tiene varios lotes vacantes dentro de la cárcel, suficientes para albergar a unos mil prisioneros más en tiendas de campaña.

El Sheriff ha advertido que planea lanzar una redada contra indocumentados, 'inmediatamente' después de que entre en vigor la nueva ley SB 1070, a fines de este mes.

La nueva ley, sin embargo, pudiera no entrar en vigor en caso de que prospere alguna de las demandas interpuestas en su contra y una juez ordene su suspensión temporal.

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