5 de julio: plebiscito ciudadano con urnas alternas
Marco Rascón
Cada vez es más claro que las diferencias de la clase política mexicana son entre las corrientes del Golfo contra las del Pacífico.
La caracterizan también el tráfico de influencias, nepotismos contra nepotismos, mutación de un partido a otro, violencia competitiva, trasiego de impunidades, cinismo propagandístico, fiestas de engaños, decapitación de principios, ejecución de derechos ciudadanos, narcomenudeo de despensas y programas sociales, adicción de clientelas, candidatos protegidos, desaparición de programas.
En los últimos tiempos no se ganaron derechos ciudadanos electorales, sino sólo se ampliaron los de los partidos registrados y su derecho exclusivo a ser votados en las urnas. La sociedad mexicana hoy los ve pasar más allá de la indiferencia, cuestionándolos, pues las elecciones se convirtieron en un gran vacío, convirtiendo el principio de que los partidos son organismos de "interés público" en instituciones antisociales y antidemocráticas.
En lo que va del año la disputa por saber si estábamos en recesión o no acabó de mala manera con la manipulación de la información sobre la aparición de brotes de influenza y los escándalos. En su carrera por el protagonismo electoral, todos los niveles de gobierno, surgidos de los tres principales partidos políticos, convirtieron eficazmente la influenza en crisis económica profunda.
Lo que era una lenta bajada de la economía, donde la actividad de los pequeños y medianos generadores de empleo buscaba adecuarse, se convirtió en un empujón irresponsable de los gobernantes por su ignorancia y falta de previsión. Con el manejo de la influenza hicieron lo que las leyes del mercado y la especulación financiera y monetaria aún no habían logrado: el colapso económico.
En esto, los gobiernos por primera vez se unificaron para colapsar y retroceder. El oportunismo se convirtió en los caminos de la marginalidad y el proceso electoral en ciernes es una contribución más de la decadencia de un sistema electoral caracterizado ya como una partidocracia, donde se gana mediante escándalos, como los de Carlos Ahumada o las memorias del olvido de Miguel de la Madrid, ya no con votos en las urnas.
Ante este panorama devastado, de gran vacío y pesimismo generalizado, para los partidos, las urnas y los votos de la ciudadanía son lo que menos cuenta. A los partidos políticos y los candidatos no les importa el tamaño de la abstención, pues obtienen sus prerrogativas partidarias, no por el número de votos, sino por el porcentaje obtenido bajo sus reglas. Así que un universo de un millón de electores, es el mismo para ellos que si sólo votan cien.
Por ello, si en 2003 los votos anulados les preocupaban, pues eran ciudadanos decididos a votar, pero no por ninguno y que se sumaban a 100 por ciento de votos emitidos, hoy los criterios de cómputo (artículo 277 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales y relacionados) son anular del conteo, los votos nulos y sólo reconocer como válidos los que son por los partidos políticos. Esto, si bien dará a conocer los votos nulos, para efecto de porcentajes y cobro de prerrogativas, los nulos no son integrados a 100 por ciento de los votos emitidos y no les afecta, por tanto, el rechazo ciudadano.
Con este criterio contra el voto nulo, la partidocracia ya se protegió, favoreciendo la práctica de recurrir aún más al ejercicio del clientelismo, la manipulación de los programas y presupuestos gubernamentales, convirtiendo la elección en una lucha de músculos y estructuras corporativas, votos duros controlados y rechazo a la participación ciudadana. Los gobiernos que vienen tendrán ese origen y para ese sistema gobernarán.
Si las reformas electorales de 1988 a la fecha fueron resultado de un amplio movimiento ciudadano, cívico, por cambios para asegurar la voluntad ciudadana y la legitimidad del poder, hoy todos los órganos colegiados y autónomos han sido pervertidos por la misma partidocracia, lo cual hace que sean ahora uno de los principales problemas para la democracia en México.
Este 5 de julio, la colocación de urnas alternas a las casillas instaladas por el IFE para votar por candidatos independientes no registrados ha generado una iniciativa para realizar un plebiscito, preguntando si se está de acuerdo o no con el actual sistema de partidos.
Cualquiera que sea el resultado, será un punto de partida y no de llegada. Una definición entre la paralización o retomar la iniciativa ciudadana, pues la búsqueda de procesos autónomos desde la sociedad hace que el voto nulo consciente o la abstención tengan también una proyección que sume impugnación a la situación actual y convierta a la ciudadanía en protagonista activo para opinar y decidir de manera efectiva.
La tarea hoy es por el sufragio efectivo de los ciudadanos en casillas alternas, a fin de que el reclamo y las formas de protesta silenciosa no sean agua que se nos va simplemente entre las manos y nos deja más vacíos.
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Itinerario Político
Por Ricardo Alemán
Fuente: El Universal
Martes 26 de mayo de 2009
La mafia que disputa el voto
Son esposas, hijos, compadres, hermanos
Vulgares depredadores de la política
De suyo insultante, la partidocracia mexicana no tiene límite en su capacidad para depredar la política y el poder. Para los partidos no es suficiente el monopolio electoral y de puestos de elección popular —además del control total de la vida social—, sino que ahora heredan ese poder a esposas, hermanos, padres, hijos, en un frenesí de ambición.
La elección de 5 de julio será —para buena parte de los “políticos profesionales”—, una “piñata familiar” donde lo que cuenta para aspirar a una curul, alcaldía o gobierno estatal, no es la capacidad profesional, militancia, honestidad y eficacia. No, basta con ser hermano de AMLO, compadre de Chucho, esposa de un gobernador priísta o panista; hija o hijo de un líder amarillo, azul o tricolor, para ser candidato. Y si para diputado plurinominal, mejor.
Para vergüenza de la clase política las evidencias se apilan en una montaña. En Colima, Arnoldo Vizcaíno, líder estatal y fundador del PRD en la entidad, forzó la candidatura de su hija Indira Vizcaíno, de sólo 22 años y aún estudiante, que competirá en el lugar cinco de la 5a. circunscripción. En esa misma entidad, Hilda Cevallos, ex diputada local y esposa del ex gobernador Fernando Moreno Peña, se metió al lugar nueve de esa misma circunscripción, por el PRI.
En Morelos, donde el narcotráfico hace estragos, la diputada local Margarita Olvera Alemán, cuñada del gobernador Marco Antonio Adame, fue metida en el lugar tres de las listas plurinominales a diputada federal.
La feliz pareja de los esposos Marcos Cruz Martínez y Zelma Guzmán Deer —quienes cumplen el mérito de ser compadres de Jesús Ortega—, se reparten la candidaturas de mayoría y plurinominal de su natal Durango. Por cierto, Marcos Cruz dejó el PT y se afilió al PRD apenas hace semanas. Probado trapecista.
María de Lourdes Reynoso Femat, hermana del gobernador de panista de Aguascalientes, Armando Reynoso Femat, también aparece en las listas plurinominales. Esto, además de que el gobernador Reynoso Femat resultó todo un depredador del presupuesto. Y es que según el diario La Razón, el angelito se paga un bono de 150 mil pesos extras, “por riesgo laboral”. Depredar el presupuesto con toda la familia resulta todo un riesgo.
Otros azules abusivos son gobernadores como el de Querétaro, Francisco Garrido Patrón, quien metió a la lista plurinominal —listas y abusivas, claro—, a su esposa Marcela Torres Peimbert; el de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien metió también en los aspirantes seguros a su hermano Jaime. Chulada de familias guanajuatenses que hacen de la depredación presupuestal una fiesta.
Pero no es todo entre los azules. El secretario de Agricultura y ex gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas, metió a la misma depredación a su esposa María Joan Novoa Nassberguer. A su vez, Alejandro Sada Alanís, Esposa del alcalde de San Pedro, Nuevo León, Fernando Margáin, también alcanzó hueso.
Otra familia feliz, también azul, es la que componen la “trinca infernal”, como motejan en Naucalpan a los Durán Reveles. Resulta que el alcalde es José Luis Durán Reveles, y sus hermanitos Patricia y Porfirio compiten por sendos distritos locales y federal. Se merecen el hueso, claro.
Una joya, para los que han olvidado la honestidad —la valiente, por supuesto, que no sólo se mide en la cantidad que roban, sino en el tamaño de la deshonestidad intelectual y política—, es el caso de Pedro Arturo López Obrador, otro que depredará el presupuesto, gracias a su hermano Andrés, el más grande depredador presupuestal. ¿De qué vivirán los López Obrador, si no trabajan?
María del Carmen Ortuño Gurza no tiene mérito político para ser postulada por el PAN de Querétaro. Salvo, claro, ser hermana de Tere Ortuño, legisladora emblema del PAN, y actual senadora.
También en el PRI se cuecen habas. La priísta Guadalupe Guajardo pretende por segunda vez la alcaldía de General Bravo, Nuevo León, cargo que heredó de su esposo Adolfo Cantú. En el municipio de Allende compiten por PRI y PAN los primos hermanos Jorge Salazar Salazar y Antonio Cavazos Salazar. En Doctor Arrollo, el priísta Juan Paredes Gloria busca la alcaldía por tercera ocasión. ¿Y que creen? Sustituirá en el cargo a su yerno Juan Francisco Espinosa. En Abasolo, Nuevo León, David Millán Ramos dejó la alcaldía a su hijo David Millán. Busca el mismo cargo, pero por Nueva Alianza.
La lista de depredadores del poder es mucho más extensa. Luego del 5 de julio se sabrá cuales de los hijos del nepotismo se sacaron la lotería. Perdón, ganaron un puesto de elección popular.
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En el camino
¿Y qué tal si Monreal se deslinda de AMLO?
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