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Wednesday, April 15, 2009

MÉXICO, D.F.— Una reforma migratoria, el reforzamiento de la Iniciativa Mérida, el trabajo bilateral conjunto para la seguridad nacional, el relajamiento de las fricciones por el tema del bloqueo al transporte mexicano, así como la desigualdad económica social, son los temas en los que México espera ver mejorías con la visita del presidente estadounidense, Barack Obama.

El mandatario estadounidense será recibido por su homólogo mexicano, Felipe Calderón, en la Ciudad de México, en donde se prevé permanecerá mañana y pasado en la primera visita de Estado a un país latinoamericano.

La visita ocurre en medio de una serie de expectativas por la reciente llegada del demócrata a la Casa Blanca, considerado un político de mayor apertura que su antecesor, el republicano George W. Bush, quien no logró que el Congreso aprobara una reforma migratoria que beneficiara a alrededor de 12 millones de indocumentados, la mitad de ellos mexicanos.

"Nunca es un mal momento para impulsar una reforma migratoria porque aun en crisis económica los migrantes siguen haciendo los trabajos que los norteamericanos no quieren hacer", comentó el senador Jesús María Ramón, de la comisión de Asuntos Fronterizos.

"Se tiene que buscar cuanto antes un solución legal que dignifique a los mexicanos allá; de lo contrario, no sería una relación de igualdad", agregó el legislador. "Esto es un problema de prioridades".

No obstante, para algunas organizaciones de mexicanos radicados en Estados Unidos el tema migratorio debería esperar para ser tratado en territorio estadounidense y de congresista a congresista.

"El problema en México es que no hay calidad moral para hablar del tema porque tienen un doble discurso: por un lado piden que se nos incluya en la vida de allá y por otro se nos excluye aquí; los partidos políticos no nos están permitiendo ingresar en las representaciones proporcionales para ser legisladores migrantes", destacó Germán Trejo, coordinador de asuntos migratorios de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC).

En febrero de 2007, durante su última visita oficial a suelo mexicano, Bush se comprometió de manera "personal" a impulsar ante el Legislativo de su país dos temas: una reforma integral que fuera el inicio de la legalización de la comunidad mexicana sin documentos en Estados Unidos —en el cual fracasó— y apoyar de manera más directa a la lucha contra la inseguridad.

Así se fraguó la Iniciativa Mérida, que aportará durante los primeros tres años alrededor de 450 millones de dólares para que la modernización de equipo tecnológico y humano que trabaja contra la delincuencia organizada en México.

Los analistas sobre el narcotráfico consideran que la política en torno al tema seguirá en la misma dinámica de proteger la frontera del tráfico de enervantes y armamento, tal y como funcionarios de ambos países han venido reiterando en las visitas de avanzada que tuvieron la secretaria de Estado y de Seguridad Interna de EEUU, Hillary Clinton y Janet Napolitano, respectivamente.

"Lo que esperamos es una serie de anuncios que establezcan el posicionamiento conjunto hacia una agenda de cooperación y complementariedad y una declaración que termine con la atmósfera que enrareció las declaraciones del gobierno de Estados Unidos en relación a que México era un ‘Estado fallido’ y que la violencia estaba fuera de control", precisó Jesús Gallegos, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Estadísticas oficiales han reconocido que en poco más de dos años, alrededor de 10 mil mexicanos han muerto por asuntos relacionados con el narcotráfico.

El gobierno de Calderón ha centrado su imagen en la lucha contra la delincuencia organizada; sin embargo, para algunos estudiosos del tema, Obama puede influir para que el gobierno de México abra la agenda y no la centre sólo en el narcotráfico.

"Desde el lado mexicano no podemos seguir ‘narcotizando’ las relaciones con Estados Unidos y dejando un tema único; la agenda bilateral es mucho más que eso: debemos mejorar la educación, la inmigración, el comercio, la innovación tecnológica y la desigualdad social", dijo José Fernández Santillán, académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Zar para la frontera

Por otro lado, anoche se informó en Washington, D.C., que Alan Bersin, un ex funcionario del Departamento de Justicia, ha sido elegido como supervisor a lo largo de la frontera con México, un nuevo puesto del Departamento de Seguridad Interior (DHS) para estar pendiente de asuntos relacionados con la violencia del narcotráfico.

Se prevé que Janet Napolitano, la secretaria del DHS, nombre hoy a Bersin en el nuevo cargo durante una visita a la frontera con México, de acuerdo con una fuente de la institución.

‘Desde el lado mexicano no podemos seguir ‘narcotizando’ las relaciones con Estados Unidos y dejando un tema único; la agenda bilateral es mucho más que eso: debemos mejorar la educación, la inmigración, el comercio, la innovación tecnológica y la desigualdad social’.

José Fernández Santillán

Académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey


A continuación, las actividades oficiales que Barack Obama y Felipe Calderón sostendrán durante su encuentro:

1:30 p.m. Méx. (11:30 a.m. LA). Ceremonia oficial de bienvenida en la Explanada Francisco I. Madero de la Residencia Oficial de Los Pinos.

2:00 (12:00). Reunión a puerta cerrada con comitivas

2:45 (12:45). Conversación privada de jefes de Estado

3:15 (1:15). Encuentro en privado de jefes de Estado ampliada con comitivas

3:35 (1:35). Mensaje a medios de comunicación.

5:00 (3:00). Encuentro con representantes de la American Chamber

20:00 (6:00). Cena en honor del presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, en el Museo de Antropología.


Viernes 17 de abril

Obama viaja a Trinidad y Tobago para participar en la Cumbre de las Américas, a la cual asistirá también Calderón.


Fuente: Presidencia de la República. Los horarios están sujetos a cambios.


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Radiografía de los indocumentados

Sus características, cifra y distribución se han modificado, revela un estudio

* Eileen Truax y Jorge Morales Almada / La Opinión |
* 2009-04-15


Que los inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos tienen un menor nivel de educación, ganan menos y son en su mayoría hispanos puede no ser una novedad; pero poco se sabe sobre el hecho de que tienden a vivir con su familia cercana, que en los últimos años se han dispersado y que ha dejado de aumentar su cantidad.

Estos y otros datos que analizan de manera cercana las características, la cifra y la distribución de la población inmigrante indocumentada en Estados Unidos fueron dados a conocer ayer a través de un reporte publicado por el Centro Hispano Pew (PHC).

De acuerdo con este trabajo, existen 11.9 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Esta población tuvo un crecimiento notable entre 1990 y 2006; sin embargo, desde entonces se ha estabilizado. De ellos, 8.3 millones son parte de la fuerza laboral del país.

Cerca de tres cuartas partes, el 76% de ellos, son hispanos. La mayoría de los inmigrantes indocumentados, el 59%, son originarios de México: 7 millones. Otros inmigrantes indocumentados provienen de Asia (11%), Centroamérica (11%), Sudamérica (7%), el Caribe (4%) y el Medio Oriente (menos del 2%).

Los inmigrantes indocumentados actualmente son más dispersos en cuanto a su distribución geográfica. Estados como Georgia y North Carolina, que prácticamente no contaban con una población de inmigrantes indocumentados en 1990, hoy han visto crecer el flujo hacia su territorio. Esto no significa que haya bajado en otros estados hacia los cuales "tradicionalmente" se dirigen los migrantes: Florida, Illinois, New Jersey, Nueva York y Texas siguen recibiendo a esta población.

Sin embargo, entre estos estados resalta el caso de California, en donde la población de inmigrantes indocumentados ha disminuido. Esta entidad aún cuenta con el grupo más grande de ellos, 2.7 millones, que representan el doble de la cifra existente en 1990; pero proporcionalmente, el 42% de la población indocumentada en el país que residía en el estado en ese año, se convirtió en un 22% en 2008.

Los inmigrantes indocumentados adultos son más propensos a vivir con los miembros de su familia inmediata, cónyuges o hijos. Cerca de la mitad de ellos viven con hijos menores de 18 años y casi la mitad de los hogares de esta población, un 47%, está conformado por una pareja con hijos, proporción mayor a la de los residentes nacidos en Estados Unidos, que es del 21%, o de los inmigrantes con documentos, de 35%.

De acuerdo con Paul Taylor, director del PHC, las razones para que exista esta diferencia pueden radicar en la relativamente joven composición de la población inmigrante indocumentada.

La mayoría de los hijos de los inmigrantes indocumentados (un 73%) son ciudadanos estadounidenses por nacimiento. La cantidad de niños ciudadanos que viven en familias con estatus migratorios combinados (por ejemplo, padres indocumentados e hijos ciudadanos) ha aumentado de manera acelerada en los años recientes, pasando de 2.7 millones en 2003 a 4 millones en 2008. En contraste, la cifra de niños que son indocumentados (1.5 millones en 2008) puede haber disminuido un poco desde 2005.

En materia laboral, de los 154 millones de personas que conforman la fuerza de trabajo estadounidense, 8.3 millones son inmigrantes indocumentados. En 2003 esta población conformaba el 4.2% del total del mercado laboral en el país; para 2008 representaban el 5.4%.

La pobreza y la falta de educación caracterizan a esta población.El 47% de los inmigrantes indocumentados entre los 25 y los 64 años de edad cuentan con un grado de estudios menor a preparatoria, cifra que entre los residentes nacidos en el país es de tan sólo un 8%.

Por lo que respecta a los niveles de ingreso, en 2007 el ingreso promedio anual de los hogares de los inmigrantes indocumentados era de 36 mil dólares, en contraste con los 50 mil que perciben los residentes nacidos en Estados Unidos.

Para Miguel Tinker-Salas, profesor de Estudios Latinoamericanos en el Colegio de Pomona, el reporte confirma las proyecciones que se han visto en los últimos 10 años en relación con que la gran migración se registró luego de proyectos económicos como el Tratado de Libre Comercio.

"Y confirma que los indocumentados son parte esencial del tejido social", dijo. "Este retrato debería instar a los legisladores a presentar un paquete de reforma de inmigración para incorporar a esta población a la sociedad estadounidense".

Como académico de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Octavio Pescador dijo que este reporte es un retrato muy conocido en California y poco conocido en áreas del medio oeste o medio atlántico.

Por su parte, Jorge Mario Cabrera, portavoz del grupo proinmigrante CHIRLA, dijo que el estudio es una evidencia más de la influencia permanente del inmigrante a la cultura y economía del país. "Ya hemos hechado raíces en Estados Unidos a través de varias generaciones. Los estadounidenses deben de darle un nuevo vistazo al inmigrante y descubrirán que somos tan parte de este país como los mismos peregrinos lo fueron en su momento".

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