CONSULTA PEMEX VÍA INTERNET
Con el fin de contribuir al Debate por el petróleo y en un ejercicio para apoyar la Consulta Ciudadana que se realizará en el país, Activistas del IPN nos avocamos a crear un sitio para llevar a cabo una consulta vía internet, para definir si se está de acuerdo en lo general, o no, con las iniciativas de Ley del Ejecutivo Federal (Felipe Calderón), por lo que invitamos a todos los interesados a participar en esta votación, con su clave de elector o CURP y su correo electrónico.
Solicitamos que pasen la voz más allá de las fronteras, para aprovechar el derecho a opinar e incidir en las decisiones fundamentales de nuestro país.
La dirección es muy simple: http://www.consulta pemex.com
Atte. René Torres, Roberto Galicia, Fco. López y comunidad IPN*********
Pemex “está muerto”; “no, vivo apenas”
Fuente: La Jornada
Diagnósticos necrológicos, y que cada cual elija el que le guste y acomode a su proyecto sobre la industria petrolera nacional: Pemex ya “está muerto”, asegura el senador perredista Arturo Núñez. Francisco Suárez Dávila, del PRI, lo refuta: la empresa “está viva, apenas”. Y el responsable de las finanzas nacionales en el gobierno del PAN, Agustín Carstens, contradice a ambos. Según él, Petróleos Mexicanos “está vivo, coleando y fuerte”.
No quedan ahí las alusiones, digamos panteoneras. Lorenzo Daniel Ludlow Kuri, del blanquiazul, se queja de que cuando hay excedentes petroleros, “como buitres, luego luego los estados y municipios” reclaman ese dinero.
Y por esa ruta, ¡ah!, cómo salieron cosas ayer en la larguísima sesión del debate petrolero en el Senado de la República. Tanto frente al micrófono como en la trastienda. Un panista, en inacabada adaptación a su nuevo rol de coordinador de su bancada, Gustavo Madero, ilustra con la empresa brasileña Petrobras para decir que la forma en que ésta opera hoy echa por tierra los argumentos “de tipo nostálgico e ideológico” que se oponen a la iniciativa del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Entonces, y en un acto de retórica incomprensible, trata de tranquilizar a quienes, según él, así piensan, y asegura que de aprobarse la reforma del Ejecutivo Pemex se mantendrá como una entidad “paraestatal monopólica”.
Lo mismo ocurre con el secretario Carstens, quien de plano admite que aun cuando se aprobara el proyecto en discusión, éste “no va a ser la reforma energética que nos resuelva el problema de Pemex en los próximos 20 o 30 años”.
Y quizá porque está perfectamente convencido de ello, y además no ha visto los anuncios de la televisión donde se busca persuadir a los mexicanos de la bondad de la reforma calderonista con el argumento de que habría menos importación de gasolinas, el titular de Hacienda se sincera: “lo más redituable es sacar el petróleo a unos costos muy bajos y poderlo vender a un precio mucho más alto. Ahí es donde está la renta petrolera”.
Cuestión de prioridad
Porque la verdad, continúa, las demás actividades (petroquímica y otros derivados, se entiende) “en el mejor de los casos tienen utilidades normales” y por eso se les grava fiscalmente como a cualquier otra empresa, mientras que la actividad que tiene un régimen tributario específico, insiste Carstens, es la exploración y explotación; es a lo que hay que darle prioridad.
Pero si esto fue dicho por el funcionario en todo caso como una forma de persuadir sobre la inexistencia de intenciones privatizadoras en el proyecto oficial, Carlos Tello Macías, ex secretario de Programación y Presupuesto con José López Portillo, desde muy temprano se había adelantado para ubicar en su justa medida los apetitos que despierta todo lo que tiene que ver con hidrocarburos.
“No se explica ni mucho menos se justifica la entrega al sector privado de negocios y actividades que generan, a quienes las practican, cuantiosas utilidades. Si no fuese el caso, no se estarían peleando los particulares por obtener esos negocios”, dice.
Ya se veía venir. Con su peculiar acento y un texto que criticaba de entrada que los ingresos fiscales por el petróleo “se diluyen en los diversos gastos corrientes del gobierno” para concluir, en términos llanos y claritos: “espero que no pasen las iniciativas” del Ejecutivo, Carlos Tello se convirtió ayer en el objetivo a denostar y en víctima de una suerte de “guerra sucia” en la sede del debate petrolero
En la sala de prensa del Senado circuló sin membrete un par de hojas en las cuales se “resume” la trayectoria de quien ayer se mostró como uno de los más aguerridos críticos de la propuesta presidencial. Y ahí se le ubicaba como autor de la privatización de la banca e “importante promotor de la fuerte –y desordenada– expansión del Estado en la economía” en aquel sexenio.
Lo curioso es que los datos incluidos en el documento sobre reservas petroleras, déficit fiscal, ingresos públicos y demás, durante la etapa lopezportillista, los repitió textuales el senador del PAN Rubén Camarillo, secretario de la Comisión de Energía y, como tal, uno de los anfitriones del debate.
De plano, personificó en Tello Macías todas las desgracias nacionales. “No fueron los tecnócratas ni el neoliberalismo; fue el desastre en el manejo estatista-populista de la economía en los 70.” Y hasta quiso ironizar. Preguntó al invitado si su propuesta para mejorar Pemex se basará en esa misma receta. Ya encarrerado pidió que nadie en estos foros proponga defender a la paraestatal “como un perro”.
Porque para los legisladores del PAN los ocho años en la Presidencia de la República, por lo menos respecto al manejo de la industria petrolera, pareciera que no han existido, y que ellos nacieron cuando el presidente Calderón envió su iniciativa. Antes, la nada. Sólo, en todo caso, satanizar el pasado. Y claro, para eso estaba ahí Tello Macías.
“¿Por qué cuando era todo a favor y tenían un Congreso a modo y dócil al Ejecutivo no pudieron lograr nada? Y le diría algo más, doctor Tello: que esta reforma y muchos cambios más que estamos haciendo son precisamente para corregir los vicios y los problemas que ustedes nos heredaron o por no hacer nada o por tomar decisiones muy malas...”
Por supuesto, para entonces el aludido ya no tenía oportunidad de réplica. Al parecer, tampoco se trataba de tener con ese “emisario del pasado” las deferencias que sí obtuvo Agustín Carstens.
Curiosamente, ninguno de esos legisladores se rasgó las vestiduras ante las críticas del priísta Francisco Suárez Dávila y del senador perredista Arturo Núñez, sobre el dispendio en que incurrió el anterior gobierno del PAN en materia petrolera. “...maximizó la dilapidación de excedentes y también la depredación del capital humano. El juicio histórico será muy adverso sobre los responsables”, dijo el primero.
Y hay que decirlo: a su modo, el propio Carstens admitió ese dispendio. “En esta administración hemos tenido mucho cuidado de que eso no se repita.”
Al oír a tan enjundiosos panistas, qué pasaba por la cabeza de Manuel Tello Macías, de Jesús Silva Hérzog, de Manuel Bartlett, de Alfredo Phillips Olmedo, presentes ayer ahí. No es difícil suponerlo. Murmuraban y movían la cabeza en señal negativa. Y así estuvieron las más de seis horas durante las que se discutió la situación financiera de la principal empresa mexicana... aún.
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¿Dónde queda el IMP en la iniciativa de Calderón?, preguntan especialistas
■ En duda, los reales contenidos de impulso a la ciencia y la tecnología, lamentan en el Senado
Heber Cinco Ley y Gustavo Chapela, director y ex director del Instituto Mexicano del Petróleo, respectivamente, debieron encarar una oleada de cuestionamientos en Xicoténcatl Foto: Marco Peláez
Frente a la defensa a ultranza que directivos y ex funcionarios del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) hicieron ayer en el Senado de la República a la iniciativa del presidente Felipe Calderón en materia petrolera, las preguntas formuladas por científicos y legisladores sobre dónde están y cuáles son los reales contenidos de impulso a la ciencia y la tecnología mexicanas en ese documento, quedaron en el aire.
“¿Para qué sirve el IMP?, ¿qué hace?, ¿cuántas patentes del instituto se están vendiendo internacionalmente?, ¿cuánto dinero se obtiene de las mismas?”, fueron algunas de las interrogantes a las que tanto Heber Cinco Ley, director del instituto, como su antecesor, Gustavo Chapela, buscaron encarar sobre todo con un glosario de los proyectos que desarrolla la institución para asegurar que su contribución al desarrollo de la industria petrolera nacional “ha sido considerable”.
Sin embargo, admitieron que durante largo tiempo el Instituto Mexicano del Petróleo y Pemex “hablaron un idioma distinto”.
Javier Castellón Fonseca, ex rector de la Universidad Autónoma de Nayarit, consideró la pertinencia de preguntar si el IMP ha cumplido los objetivos para los cuales fue creado, en virtud de la disminución constante a su financiamiento por parte de Pemex, y quiso indagar si ese organismo es un centro público de investigación o una empresa de servicios.
Luego vino la interrogante que nadie, salvo algún legislador panista –y de manera tenue– logró responder: “¿En qué párrafo de la iniciativa de reforma, en cuál del diagnóstico de la industria petrolera, se menciona al IMP?, ¿cuáles son los puntos que le convienen al instituto en esta reforma?”, como planteó Nicolás Domínguez Vergara, jefe del Departamento de Sistemas de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Lo que sí alcanzó consenso fue la urgencia de elaborar un proyecto nacional de desarrollo científico y tecnológico de largo plazo, que responda ante todo al tipo de país que se busca alcanzar.
Hacia ese punto se dirigieron lo mismo Fernando Elizondo, del PAN, que Castellón Fonseca; la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz, Leopoldo Rodríguez y el propio Gustavo Chapela, quien definió a la comunidad científica mexicana como “excelente, pero muy pequeña”, y además “estamos envejeciendo”.
Lo que no pasó desapercibido tanto para los ponentes como para sus anfitriones y el público que ayer acudió a la casona de Xicoténcatl fue la revelación del panista Juan José Rodríguez Prats, quien aseguró que la propuesta hoy a debate, y en breve sujeta a dictamen, “nunca se calificó por el Ejecutivo de reforma energética: fue una reforma a Pemex”.
El tabasqueño recurrió a su habitual vehemencia para defender la postura presidencial y asegurar que no se requiere de una alusión directa al IMP en la iniciativa, porque el apoyo a esa institución se dará cuando se le quiten obstáculos y limitaciones a Petróleos Mexicanos. En dos momentos –y sin que se percatara para enmendar– cayó en el lapsus de hablar de Instituto Mexicano del Café, cuando en realidad se refería al del Petróleo.
Rosaura Ruiz, también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, pidió ser cuidadosos con la política de estímulos fiscales a las empresas que realicen desarrollo tecnológico, para que aquellos no se conviertan en una forma de evasión tributaria (como en efecto ocurre y se documentó hace unos días en un reportaje en estas páginas). Asumió además que el IMP, a diferencia de casi todas las demás instituciones en el país, sí cuenta con “todo lo necesario para hacer investigación”.
La formación del llamado capital humano se asumió como consenso, sobre todo ante el hecho señalado por Leopoldo García Colín, miembro de El Colegio Nacional, de que hoy, “para convencer a alguien que estudie ingeniería hay que sudar”.
Con más optimismo pese a las evidencias, Enrique Aguilar, gerente de Tecnología del IMP, lamentó sin embargo la carencia de expertos mexicanos en temas de ingeniería, y señaló que si bien la tecnología representa uno por ciento de un proyecto industrial, cuando aquella se compra como “caja negra”, más de 50 por ciento del equipo está atado y condicionado por el licenciador para cumplir sus garantías de desempeño.
Admitió entonces que Petróleos Mexicanos ha sido una empresa conservadora para la adaptación de nuevas tecnologías, “y eso ha creado barreras muy importantes”, porque cuando se desarrollan proyectos exitosos la empresa paraestatal con frecuencia argumenta que no puede probarlos para no arriesgar su sistema productivo.
José Luis Fernández Zayas, del Consejo Consultivo de Ciencia y Tecnología, apoyó la iniciativa presidencial y se mostró en favor de un desarrollo nacional en esas áreas, aunque resaltó: “Hay que saber qué tecnología comprar y para eso necesitamos expertos”. México, dijo, invierte mucho en educación y lo hace muy mal.
Respecto de la denuncia que había hecho el propio doctor Aguilar, sobre que las leyes de adquisición en México exigen comprar lo más barato, aunque no sea lo de mejor calidad, el diputado Joaquín Vela, del Partido del Trabajo, le dio la “mala noticia” de que mientras la oposición se encontraba en poder de las tribunas del Congreso para exigir este debate, el resto de legisladores aprobaron la nueva disposición para compras del sector público, “donde se reiteró que se va a comprar lo más barato y ahora también al exterior”.
1 comment:
Que va ni esta muerto ni anda de parranda, mas bien esta hiper castigado, pero eso si trabaja que trabaja para satisfacer las necesidades no del pueblo de mexico sino las del vecino, y ahora hasta las del viejo continente que aprovechando que el Leon duerme quiere hacer su agosto y bien que lo ha hecho de muchas otras maneras, en fin de muerto nada asi que las coronas a otro lado...
Y ya que publican notas de la jornada por favor publiquen la de hoy en que sale la lista de los multimillonarios mexicanos, ellos en abundancia dandole vuelo a la hilacha y sus empleados con un salario minimo Kafquiano
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