Washington, 29 de marzo. El presidente Barack Obama aseguró que la violencia del narcotráfico en México está fuera de control
y que plantea una seria amenaza a las comunidades de la frontera con Estados Unidos.
En una entrevista con la cadena de televisión CBS, Obama dijo que su gobierno esperaría para evaluar el impacto de la intensificación de las tareas policiales antes de desplegar la Guardia Nacional en la frontera.
No creo que eso sea lo que podría llamarse una amenaza existencial. Pero es una seria amenaza a las comunidades de la frontera, y se ha salido de las manos
, afirmó.
Haciéndose eco de los comentarios de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien estuvo en México la semana pasada, Obama calificó a la crisis de la droga en el sur de Estados Unidos de calle de doble sentido
, alimentada por la demanda de droga en su país y la disponibilidad de armas.
Debemos reducir la demanda de droga. Debemos hacer nuestro esfuerzo por reducir también el flujo de dinero y de armas en el sur
, dijo.
Funcionarios del gobierno anunciaron la semana pasada planes de enviar 360 agentes federales más y funcionarios a la frontera para concentrarse en el movimiento de droga y armas, oara así fortalecer la seguridad e inteligencia. Incluso, Obama dijo que el gobierno consideraba llamar a la Guardia Nacional.
Pero antes queremos evaluar si algunos de los pasos que dimos pueden ayudar a disipar la violencia
, dijo. Queremos asegurarnos de que estamos consultando lo más efectivamente posible al gobierno mexicano para avanzar con esta estrategia
, agregó.
Clinton dio este mismo mensaje la semana pasada en México, prometiendo colaborar con el gobierno de Felipe Calderón en la lucha contra los poderosos cárteles de la droga. Asimismo se comprometió a proveer a México de 80 millones de dólares para adquirir helicópteros BlackHawk con el objetivo de perseguir a estos grupos.
Obama habló sobre México durante una entrevista difundida este domingo por la televisora CBS –una de las de mayor auditorio en Estados Unidos–, conducida por el jefe de la corresponsalía de la cadena en Washington, Bob Schieffer, quien comenzó con el tema de la guerra en Afganistán, su ampliación hacia Pakistán y su relación con el conflicto en Irak.
Casi a la mitad del programa, realizado el viernes pasado, el periodista introdujo las preguntas sobre México.
–Déjeme preguntarle sobre algo más próximo a nuestra casa y eso es México. Usted habló de enviar más ayuda al gobierno mexicano. Pero las cosas allá son de verdad serias, como usted bien debe saberlo. Entiendo que 90 por ciento de las armas que se consiguen allá provienen de Estados Unidos. No parece que estemos haciendo un muy buen trabajo para cortar ese flujo. ¿Necesita algún tipo de ayuda legislativa es ese frente? ¿Ha pensado, por ejemplo, en pedir al Congreso que restablezca la prohibición del armamento de asalto?
–Pienso que lo que más necesitamos es una mejor aplicación de la fuerza pública. Y por eso esta semana pusimos en marcha una amplia iniciativa para apoyar a aquellas regiones fronterizas que están siendo amenazadas por estos cárteles de las drogas para dar respaldo al gobierno mexicano, a fin de asegurar que de nuestro lado de la frontera tengamos más personal y más equipo de vigilancia.
–¿Por qué tenemos problema con eso?
–Lo que ha pasado es que el presidente Calderón, pienso, ha sido muy audaz y acertadamente ha considerado que esto se ha salido de control. Los cárteles de la droga tienen mucho poder, están minando y corrompiendo grandes segmentos de la sociedad mexicana y así él los ha tomado de la misma manera en que, sabe usted, Elliot Ness enfrentó a Al Capone durante la prohibición (del alcohol), lo que frecuentemente causa más violencia. Y estamos viendo que eso estalla.
–¿Usted cree que es una amenaza para la seguridad de Estados Unidos?
–No creo que eso sea lo que podría llamarse una amenaza existencial. Pero es una seria amenaza a las comunidades de la frontera y se ha salido de las manos. Lo que tenemos que hacer es reconocer que esto es una calle de doble sentido.
–Lo que...
–Como la secretaria (Hillary) Clinton indicó...
–¿Sí?
–Tenemos que reducir la demanda de drogas. Debemos hacer nuestra parte y acortar el flujo de dinero y de armas.
–¿Estamos en algún punto cercano a poner tropas de Estados Unidos en la frontera?
–Obviamente ha habido peticiones para aumentar las tropas de la Guardia Nacional. Eso es algo que estamos considerando. Pero queremos ver primero si algunas de las medidas que hemos tomado pueden ayudar a sofocar la violencia y queremos asegurarnos de consultar efectivamente con el gobierno mexicano al llevar esta estrategia hacia adelante.
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Elliot Ness, elogio, mensaje o ingenuidad?
Salvador García Soto
El Universal
Martes 31 de marzo de 2009
La etiqueta de “héroe americano” que Barack Obama le colocó al presidente Felipe Calderón al compararlo con el mítico agente del Tesoro, Elliot Ness, podría llevar de fondo mucho más que una metáfora curiosa del estadounidense en la víspera de su primera visita oficial a México.
En el imaginario de los estadounidenses —y del resto del mundo vía Hollywood y su novela autobiográfica— Ness representa al policía honesto que lucha contra los mafiosos y la corrupción del sistema; un defensor de los valores de ese país. ¿Eso ve Obama en el presidente al que visitará en días?
En las épocas de Ness y Capone había todo un entorno de corrupción: policías, alcaldes, gobernadores, congresistas ligados a la mafia permitieron a Capone construir un emporio, y eran tales su redes de protección en el sistema, que nunca pudo ser juzgado ni encarcelado por traficar alcohol —entonces droga ilegal—, y sólo lo fue por evasión de impuestos.
¿El mismo nivel de corrupción percibe Obama en México? ¿Cree que el país que tiene al sur, y que visitará, es como el Chicago de los 20? Pues tal vez el señor Obama se lleve una sorpresa. Las mafias de Chicago, con toda su violencia y corrupción, serían “juego de niños” comparadas con el nivel sanguinario, de armamento, la diversificación de actividades y, sobre todo, la penetración de las mafias de las drogas mexicanas.
Capone en sus mejores tiempos usó la frontera mexicana como punto para establecer destilerías o como lugar para pasear por cabarets de Ciudad Juárez. Los narcos mexicanos ya penetraron todo el territorio de Estados Unidos; tienen allá plantíos, laboratorios clandestinos y eficientes redes de distribución y narcomenudeo —con participación de estadounidenses—, por no hablar del lavado de dinero en su centros financieros y un sistema que los surte de las más letales y sofisticadas armas.
Los mafiosos de Chicago se dedicaban a lo suyo: la venta ilegal de whiskey, cerveza, y si acaso controlaban la vida nocturna, giros negros y prostitución. Los capos mexicanos de hoy, igual producen y distribuyen toda clase de drogas, secuestran, cobran “impuestos de protección”, controlan la piratería y el comercio ambulante, trafican con personas a las que esclavizan y torturan, asesinan a civiles inocentes, incluidos mujeres y niños.
Ojalá cuando venga y vea de cerca, Obama se percate que su comparación —que quiso ser elogiosa con el valor de Calderón para “encarar a los narcos”— será insuficiente, y que más que un Elliot Ness, necesitaríamos a Superman para acabar con el engendro de violencia y corrupción que es el narco mexicano.