Translate to another language

Friday, March 20, 2009

“EU se va a mexicanizar”: Luis Valdez


Valdez fue el fundador del Teatro Campesino, que mucho influyó en el movimiento chicano .

Invitado por Luis de Tavira, el creador del cine y el teatro chicanos está en México para ultimar detalles del montaje —el año próximo— de su obra Zoot Suit con la CNT.


Considerado el padre del cine y el teatro chicanos, el cineasta, dramaturgo y director teatral Luis Valdez está en México para cerrar un ciclo. Hace cien años, recuerda ante una tercia de reporteros, sus abuelos cruzaron la frontera entre Sonora y Arizona para dirigirse a Estados Unidos. Un siglo después el director, que se asume como mexicano, regresa para ultimar los detalles del montaje —el próximo año— de su obra Zoot Suit con la Compañía Nacional de Teatro.

Creador del proyecto denominado Teatro Campesino en 1965, cuando era integrante de la Unión de Trabajadores de Granja de César Chávez, Valdez ha hecho de su carrera artística un compromiso con la causa chicana. Montajes como Bernabé o Bandido hablan de temas relacionados con referentes históricos de su pueblo. Su obra Zoot Suit fue vista por más de 40 mil personas en Los Ángeles, hecho inédito para una obra que trataba el juicio de un grupo de chicanos acusados erróneamente de asesinato. Convertida en película, la obra alcanzó a un público masivo, éxito que luego fue amplificado con el estreno de La bamba, historia del cantante chicano Ritchie Valens.

¿Qué papel juega la música en el montaje teatral y luego en la película Zoot Suit?

La música es un elemento muy esencial del fenómeno cultural, político e histórico del pachuquismo. Cuando consideré montar una obra sobre el caso de estos muchachos que fueron atacados por su modo de vestir, el modo de usar la melena al estilo pachuco, se me hizo que era necesario integrar no sólo la música, sino el baile de la época. Por otra parte soy un dramaturgo con raíces muy profundas en los movimientos sociales y he tratado temas políticos en mis obras, especialmente cuando se trata de la historia de nuestra gente en Estados Unidos. Así que mi papel como dramaturgo es el divulgar la historia a través de obras que hablan sobre lo que nos ha pasado.

¿Cómo definiría su estilo?

Estilísticamente soy brechtiano, es decir que soy político, pero me gusta entretener a la gente e integrar la música y el baile, pero no como si fuera un espectáculo de Las Vegas. Todos estos elementos se conjugan para dar vida a mi obra, que no es exactamente musical, sino que viene siendo una obra de teatro con música, lo que es una distinción muy importante. Tenemos cuatro números cantados, pero todas estas canciones son de Lalo Guerrero, porque él captó con su música el idioma, el modo de hablar del pachuco. Lo conocí porque era primo de mi padre y le pedí permiso para integrar sus canciones a la obra y recibió muchos elogios de la gente por su papel en la historia de la cultura chicana.

¿Montará la misma versión?

Sí y no. Hay un guión, ya escrito y publicado, y apenas hace cinco años se tradujo al español, pero jamás ha habido una producción de esta versión en español. Va a ser la misma obra, pero habrá cambios, adaptaciones que tienen que ver con esta nueva realidad. En vez de estar en inglés con una que otra palabra en español, en caló, está en español con algunas palabras de caló en inglés. El montaje es nuevo porque estoy trabajando con este equipo de gente muy talentosa y muy joven. Me encanta estar trabajando con la Compañía Nacional de Teatro.

¿Cómo vivieron usted y su familia la marginación que se retrata en Zoot Suit?

Para los años cuarenta, los pachucos que se vestían con su zoot suit se encontraban marginados en la sociedad estadunidense. En Los Ángeles, por ejemplo, muchos de los cines estaban segregados. Yo conocí esa realidad en mi juventud: uno entraba como mexicano a un cine y no podías sentarte en medio. Esos asientos eran reservados para los anglos. Si uno era mexicano, filipino o afroamericano se tenía que ir a los lados o al balcón. Esto comenzó a desegregarse por los reclamos del propio público. Había bailes para los mexicanos, para los negros, para los anglosajones, para los asiáticos, no se mezclaban las razas. En las albercas públicas nos reservaban los últimos días de la semana a los de color prieto, porque después que nos bañábamos vaciaban la alberca y le echaban agua nueva para que entraran los gringos. Cuando el pachuco apareció en las calles estaba confrontando esta condición.

¿Cuál es el impacto actual de los chicanos en Estados Unidos?

Es inevitable: Estados Unidos se va a mexicanizar por nuestra presencia. Guste o no esa es la realidad. A pesar de que yo nací allá, en mi familia jamás perdimos la identidad como mexicanos, es una forma de nacionalismo. El 60 por ciento de los latinos en Estados Unidos son mexicanos, así que somos la mayoría de esa minoría.

Pero, ¿van a cambiar las condiciones de discrimnación?

En 2010 viene el bicentenario de la Independencia de México y el centenario de la Revolución mexicana, y creo que vamos a presenciar otra revolución. No necesariamente va a ser violenta —yo no apoyo esa forma de rebelión—, sino que se está dando una condición totalmente nueva. México se está desparramando hacia el norte, se está extendiendo y Estados Unidos se está extendiendo para acá. No me gusta que a nuestra raza la utilicen como gente de carga —porque yo fui uno de esos, yo fui bestia de carga como campesino—, con un autorrespeto que debemos darnos a nosotros mismos, podemos mejor las cosas. El movimiento chicano dio línea de cómo hacerlo. Aunque ahora hay jóvenes que ya no se declaran chicanos, demandan más respeto e igualdad hacia México y a otras naciones de América Latina. Vamos a tener una nueva condición en Norteamérica, Sudamérica y todo el continente.


Luis de Tavira sostendrá una charla-entrevista con Luis Valdez en la Casa de la Paz (Cozumel 33, colonia Roma), hoy viernes, a las cuatro de la tarde.


Dos horas antes se proyectará la película Zoot Suit. Entrada libre

No comments: