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Sunday, May 04, 2008

Comienza la refundacion del PRD!

PRD: la injuria desecha a la congruencia

René Avilés Fabila
04-May-2008


No conozco personalmente a Rosa Albina Garavito pese a que trabajamos en el mismo sitio: la UAM. Con Ruth Zavaleta apenas he intercambiado saludos. Dos mujeres que imagino distintas por sus respectivas formaciones. De la primera soy su lector y conozco las razones de su renuncia al PRD.

De la segunda, sé que hizo un buen papel al frente de la delegación Venustiano Carranza y que ahora representa la dignidad de los diputados ante los excesos del pejismo. Ambas son víctimas de un partido que devora a sus mejores criaturas. ¿Dónde está hoy Cuauhtémoc Cárdenas, el fundador del PRD y el hombre que alcanzó las votaciones históricas que le dieron a ese partido presencia nacional? AMLO le ha quitado hasta el padre. Basta ver fotos recientes donde López aparece ¡junto a Lázaro Cárdenas! (como antes lo ponían al lado de Juárez), no es una exageración sino una estupidez. La lista de víctimas de Obrador es infinita y ahora nos habla de amor, pero muestra un rostro descompuesto por la ira y el resentimiento.

Ruth Zavaleta fue elegida para cumplir tareas populares, es, pues, diputada, no empleada de un tiranuelo. Su pecado fue enfrentar con coraje y dignidad la oleada de críticas infundadas y las majaderías de sus correligionarios. Al frente no ha tenido polemistas serios, sólo agresores que de manera cobarde la ofenden y amenazan de muerte. A su vez, con discreción, Rosa Albina Garavito decidió renunciar al PRD; no es la izquierda que ella contribuyó a reorganizar. Lejos quedaron los sueños o, mejor dicho, están en manos de pillos capaces de falsificar la historia en su propio beneficio, por corruptos que tratan en vano de mostrarse como héroes de una pésima obra de teatro. Su despedida del PRD es un documento que muestra las incongruencias del partido propiedad de López Obrador y los suyos, hombres y mujeres que buscan venganza a cualquier precio y que desde sus cargos han tejido redes de complicidad para hacerse ricos y conservar eterna presencia en el DF.

Militante de izquierda toda mi vida, crítico por naturaleza, nunca creí en el PRD, aunque debo decirlo y hay múltiples pruebas, hice campaña por Cárdenas una y otra vez hasta que obtuvo la jefatura del Gobierno capitalino de modo aplastante. Hasta allí llegué yo; en menos de dos meses una larga hilera de pillos se había instalado en el gobierno del DF. Mis diferencias comenzaron con Rosario Robles cuando con un grupo ciudadano me quejé de la corrupción de El Pino, delegado de Tlalpan. Su reacción fue inaudita: “No quiero campañitas contra mi partido y menos de la derecha.” Carajo, desde entonces, con todo y largo pasado comunista, pasé a ser reaccionario y hasta tapete de Bush. Bueno, a ella le fue peor, hoy está sin empleo y rodeada de la total aversión perredista. A veces la compadezco al compararla con otras mujeres cercanas a López Obrador como Jesusa, Padierna, Poniatowska, tan mimadas por el caudillo, mientras Rosario se desgañita en programas radiofónicos en contra de “su partido”.

¿Hasta dónde llegarán las cosas en el PRD?, ¿qué será de esta organización de tribus y mafias ya de nuevo bajo control de López a través de Encinas? Pareciera que viene un reajuste, que el poderoso grupo encabezado por militantes como Jesús Ortega y René Arce, donde está Ruth Zavaleta, no desea más ser rehén de las decisiones equívocas y desastrosas de AMLO. ¿Pero dividiría al partido, a la gallina de los huevos de oro? Imposible. Es más probable dejar que López se desprestigie más y más hasta que se fatigue el culto a la personalidad y sólo quede rodeado de adelitas e intelectuales orgánicos como Monsiváis, calificado por el subcomandante Marcos como “el crítico más filoso y brillante de la derecha”. Entonces, será tiempo de rescatar el legado de la verdadera izquierda, no seguir más por la senda de hampones disfrazados de “autoridades” salvadoras y llenas de esperanza.

Realmente se avecinan cambios. Un movimiento político tiene que alimentarse de hechos reales, no de fantasmagorías. López ya no es el caudillo luminoso, podrán seguirlo miles de ciudadanos, pero las mayorías se han alejado de él. Las encuestas no mienten, el PRD regresó a sus posibilidades reales (18%) y seguirá a la baja mientras que él continúe convocando a la violencia callejera enfrentado de modo brutal con sus enemigos reales y ficticios.

Los casos de Zavaleta y Garavito deben ser analizados con profundidad. Ambas son víctimas de un partido que en manos de López se ha hecho un instrumento de revancha y choques inútiles. Adiós a las ilusiones.

Hay que refundar al PRD (“está viviendo una situación de desastre cada vez mayor”, dijo Cárdenas), quitárselo a los aventureros y reorientarlo como ha pedido el propio Cuauhtémoc, con quien el país tiene una enorme deuda política: sin él, careceríamos de los avances democráticos de hoy.

De lo contrario, México corre el riesgo de caer en el bipartidismo, sueño del conservadurismo nacional.

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