Translate to another language

Sunday, May 11, 2008

Día de la madre, día del origen de la vida. 1908-2008
Luis Manuel Guerra

El ser humano, desde el inicio de la civilización, ha festejado en un día concreto a la madre. En la antigüedad se celebraba a las deidades femeninas que conformaban la cosmogonía de sus culturas específicas.

Así, los egipcios celebraban a Isis como su madre (acabamos de tener su espléndida exposición en el Museo de Antropología) que se autofecundó reuniendo las partes desmembradas de su hermano-marido Osiris, quien fuera descuartizado por su celoso hermano Seth.

Isis da a luz a Horus, primer faraón del Egipto unido, quien instaura la celebración en ciclos anuales del “Día de la Madre” en honor a su madre Isis, origen de la vida.
Entre los griegos, siglos después, Gaia, la madre tierra, compartía con Rhea, la madre de los dioses incluyendo a Zeus, las festividades del “Día de la Madre”.

Los romanos, más tarde, celebraban en las mismas fechas a la diosa frigia Cibeles, o Magna Mater, la Gran Madre. Con el advenimiento del cristianismo, la misma fecha se difundió por toda Europa, en donde se festejaba antes del Pentecostés a “La Madre Iglesia”, con la costumbre de acudir a la iglesia donde uno fue bautizado, llevando flores y adornos de regalo.

Al inicio del 1600, un decreto clerical en Inglaterra estableció por primera vez un ”Día de las Madres” humano para permitir a los hijos que trabajaban en diferentes regiones reunirse con sus madres un domingo antes de Pentecostés.

El “Día de las Madres” como lo conocemos hoy se instauró en los Estados Unidos en 1870 por Julia Ward Howe, quien doce años antes había escrito el Himno de Batalla de la República, y que estaba tan consternada con la carnicería que significaba la Guerra Civil, en donde hijos de unas madres mataban a hijos de otras madres en una futilidad despiadada, que hizo un llamado para crear el Día Internacional de las Madres para celebrar la paz y la maternidad.

Julia financió durante años la celebración en muchos estados de la Unión Americana, hasta que se le acabó el dinero en 1873. La ciudad de Boston continuó observando la festividad por diez años más.

Una mujer emprendedora del estado de Virginia Occidental, Anna Reeves, retomó incansablemente el esfuerzo de Julia, luchando por la reunificación de familias y vecinos separados por la Guerra Civil.

A su muerte, su hija Anna Jarvis, consiguió en 1908 que en memoria de su madre, la iglesia metodista de San Andrés en el pueblito de Grafton, Virginia, celebrara el diez de mayo como el primer “Día de las Madres por la Paz”.

Debido al impacto que tuvo ese evento en la comunidad, el senador Elmer Burkett presentó a solicitud de la YMCA (la Güay) la moción para convertir ese día en un día nacional de observancia obligatoria, pero fue rotundamente derrotado.

Anna Jarvis dedicó entonces toda su energía para la creación del “Día de las Madres”, renunciando a su trabajo de recorrer su país, presentando peticiones para firma a los congresos locales, grupos sociales, empresarios, periódicos y líderes de opinión.

En 1912 el Estado de Virginia declaró por primera vez el 10 de mayo como Día de las Madres, y en 1914 el presidente Woodrow Wilson decretó el segundo domingo de mayo como el día de observancia a nivel nacional, para no entorpecer las actividades entre semana. La celebración se extendió por toda la Unión Americana, Canadá, México y Europa, convirtiéndose en la fecha más importante de compra de flores, con aumentos extraordinarios en los precios.

La Revista de Floricultura escribió, inclusive: “este día es una gran oportunidad que debe ser explotada”.

Anna Jarvis, profundamente entristecida, empezó a luchar en contra de la comercialización excesiva del “Día de las Madres”, y en 1923 demandó legalmente a varias empresas intentando impedir que se llevaran a cabo eventos puramente comerciales con el nombre de “Día de las Madres”.

En 1930 fue arrestada por alterar la paz pública. Anna Jarvis murió en 1948, ciega y sin saber que, anónimamente, la Confederación de Floricultores de los Estados Unidos había pagado su manutención en un asilo en los últimos años.

Le comento todo esto, querida, querido lector, porque ayer sábado 10, a cien años de la primera promulgación del “Día de las Madres”, la ciudad de México se convirtió en un pandemónium frenético de colas interminables en los restaurantes, precios exorbitantes de las flores, embotellamientos desesperantes que le regalaron a las mamás una buena dosis de monóxido de carbono para sus pulmones.

Le hago una invitación para que en el 2009 pensemos un poco en el origen del Día de las Madres, y le regalemos a nuestra maravillosa madre original, nuestra Isis, nuestra Gaia y nuestra Cibeles, bondadosa, tolerante, agradecida cuando la tratamos bien, dadivosa y bellísima, un “Día de las Madres” en el que celebremos la maternidad en paz y amor.

Querida, querido lector, te invito a que veas el programa “Vida Verde” por el canal 412 de cable a las 11:30 de la mañana de hoy, y a que escuches “El pulso del Planeta” todos los días en el noticiero con Sergio Sarmiento a las 06:50 de la mañana por el 88.1de FM

No comments: